26 octubre 2022

EL SECRETO DE LA FELICIDAD, SEGÚN 12 DE LOS FILÓSOFOS MÁS SABIOS DE LA HISTORIA

EL SECRETO DE LA FELICIDAD, SEGÚN 12 DE LOS FILÓSOFOS MÁS SABIOS DE LA HISTORIA

MUCHOSMUCHOS CAMINOS, UN ÚNICO OBJETIVO



El secreto de la felicidad, según 12 de los filósofos más sabios de la historia

¿De dónde venimos? ¿Dónde vamos? Estas son dos de las grandes preguntas que se ha hecho el hombre, pero hay otra más importante aún: ¿cómo podemos vivir felices?

Hasta Nietzsche se preguntó cómo podemos ser felices.

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¿Qué es la felicidad? Es una pregunta que todos nos hemos formulado alguna vez en la vida. Cómo decía Séneca en su 'De vita beata', “todos los hombres, hermano Galión, quieren vivir felizmente. Aspiramos a ser felices y para ello intentamos descubrir qué es. Sin embargo, cada persona posee una respuesta, una definición de felicidad diferente, y es precisamente esa disparidad de opiniones ante una cuestión tan trascendental en la existencia del ser humano una de las razones de la aparición de la ética en la antigua Grecia.

 

[Bután, el país que creó el Día Internacional de la Felicidad]

 

Son muchos los pensadores que a lo largo de la historia han reflexionado sobre los secretos de la felicidad y cómo conseguirla. A continuación se  recopila las opiniones de doce de los filósofos más importantes de la historia. ¿Cuál es la que encaja más contigo?

 

“No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino.” Buda Gautama

 

Muchas veces nos obcecamos en llegar a la meta, en conseguir el trabajo deseado, en ganar un partido, en tener el coche que anhelamos… y es precisamente todo lo que hacemos para conseguirlo lo que aporta la felicidad. Según el budismo, esta reside en las experiencias enriquecedoras que se viven para lograr un objetivo, ya que una vez se consigue lo que deseábamos la satisfacción es muy breve.

 

Según la Real Academia Española de la lengua la felicidad es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”

 

“El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”. Sócrates (470 a. C. - 399 a. C)

 

Para el filósofo griego la felicidad no viene de recompensas externas o reconocimientos, sino del éxito interno. Al reducir nuestras necesidades, podemos aprender a apreciar los placeres más simples.

Conocerse a uno mismo

“El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”. Platón (427 a.C. - 347 a. C.)

 

Según la Real Academia Española de la lengua, la felicidad es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Esta definición encajaría bastante con la versión de Platón, ya que, para el filósofo griego, alumno de Sócrates, radica en el crecimiento personal y es fruto de la satisfacción conseguida a través de pequeños logros.

 

“La felicidad depende de nosotros mismos”. Aristóteles (384 a.C. - 322 a.C.)

 

Ser feliz significa autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano. Aristóteles, discípulo de Platón, sostenía que todos los hombres perseguían la felicidad. Unos son felices ganando dinero; otros, recibiendo honores, y otros viajando. Cada cual posee el secreto de su propia felicidad. Pero para eso hay que conocerse bien a uno mismo, claro está, y saber qué se quiere.

“Las grandes bendiciones de la humanidad están dentro de nosotros y a nuestro alcance. El sabio se contenta con su suerte, sea cual sea, sin desear lo que no tiene” Séneca (4 a. C.- 65 d. C.)

 

El filósofo estoico creía firmemente en lo que los psicólogos llamaran ahora el “locus de control”. Un concepto ampliamente usado en psicología que afecta al punto de vista de un individuo y a la manera que este tiene de interactuar con el entorno.

 

Para algunas personas, el locus vive en el exterior; sienten como fuerzas externas guían sus acciones. Para otros, como Séneca, el locus reside dentro.

La felicidad como obligación

“Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado. Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, estas viviendo el presente”. Lao Tzu (601 a. C - 531 a. C.)

 

Traducido literalmente como "viejo", Lao Tzu es una personalidad china cuya existencia histórica se debate, aunque se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china.

 

Lao Tzu sostenía que la razón de su felicidad era vivir el presente. Quienes siempre piensan en el mañana o recuerdan con nostalgia el ayer solo generan ansiedad, estrés, y dejan de disfrutar el momento y la verdadera existencia.

 

“La felicidad; más que un deseo, alegría o elección, es un deber”. Immanuel Kant (1724-1804)

 

La felicidad es uno de tantos deberes del ser humano, un deber último y supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla. La felicidad en el mundo kantiano no depende del destino ni de los demás, sino de uno mismo, de la persona, es decir, de su propio comportamiento y carácter.

 

Cuando comprobamos que hemos superado aquello que nos oprimía, según Nietzsche, es cuando somos felices

 

“Es el sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia ha sido superada”. Friedrich Nietzsche (1844-1900)

 

Según el filósofo nihilista la felicidad es una especie de control que uno tiene sobre su entorno. El autor de 'El Anticristo' cree que existe la llamada voluntad de poder, una fuerza que nos da la vida y que nos ata a ella y que al mismo tiempo la convierte en atractiva, ya que es la que nos hace enfrentarnos a todas las adversidades.

 

Cuando experimentamos que la fuerza aumenta en nosotros y nos sentimos con mucha vitalidad, cuando comprobamos que hemos superado aquello que nos oprimía, según Nietzsche, es cuando somos felices.

La huida del dolor

“He aprendido a buscar mi felicidad limitando mis deseos en vez de satisfacerlos”. John Stuart Mill (1806 -1873)

 

John Stuart Mill, uno de los principales autores del utilitarismo, mantenía que el deseo de ser feliz por encima de todos los demás deseos (eudemonismo) se presenta en todo ser humano. Mill consideraba la felicidad como la búsqueda del placer y la huida del dolor, aunque no todos los placeres tienen el mismo valor, ya que los hay superiores e inferiores, y nuestras acciones deben dar preferencia a los primeros.

 

“De todas las formas de precaución, la cautela en el amor es tal vez la más mortal de la verdadera felicidad”. Bertrand Russell (1872 - 1970)

 

El autor de 'La conquista de la felicidad', ganador del Premio Nobel de Literatura y conocido por su influencia en la filosofía analítica, concibe el amor como un instrumento para conseguir la felicidad. Para el filósofo británico el amor ayuda a romper el ego y a superar la barrera de la vanidad que impiden ser felices.


Thoreau, decía “La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro”. Henry David Thoreau (1817 - 1862)

 

En 1845 Thoreau abandona su casa familiar para instalarse en la cabaña que ha construido junto al lago Walden. Se marcha a los bosques para vivir una vida más intensa. Es a raíz de esta experiencia cuando escribe uno de los clásicos fundamentales del ensayo moderno: 'Walden', un libro escrito contra toda servidumbre y a favor de la felicidad como única riqueza del ser humano, una felicidad que proviene de vivir intensamente el momento.

 

La felicidad se produce cuando coincide lo que queremos ser con “nuestra vida efectiva”, eso que somos en realidad

 

“Felicidad es la vida dedicada a ocupaciones para las cuales cada hombre tiene singular vocación”. José Ortega y Gasset (1883 - 1955)

 

Ortega y Gasset mantenían que la felicidad que sentimos es directamente proporcional a la cantidad de tiempo que pasamos ocupados en actividades que absorben completamente nuestra atención y nos agradan.

 

En palabras del propio Ortega: “Si nos preguntamos en qué consiste ese estado ideal de espíritu denominado felicidad, hallamos fácilmente una primera respuesta: la felicidad consiste en encontrar algo que nos satisfaga completamente”. Para este filósofo y ensayista madrileño la felicidad se produce cuando coinciden lo que él llama “nuestra vida proyectada”, que es aquello que queremos ser, con “nuestra vida efectiva”, que es lo que somos en 

09 septiembre 2022

Psicología MITOS SOBRE EL ESTRÉS

 

 Psicología
  MITOS SOBRE EL ESTRÉS


Hay seis mitos en torno al estrés. Descartarlos nos permite entender nuestros problemas y luego tomar acciones para contrarrestarlos. Analicemos estos mitos.

Mito 1: El estrés es igual para todos.
Totalmente equivocado. El estrés es diferente para cada uno de nosotros. Lo que es estresante para una persona puede o no ser estresante para otra; cada uno de nosotros responde al estrés en forma totalmente diferente.

Mito 2: El estrés siempre es malo para usted.
Según este punto de vista, cero estreses nos hacen sentir felices y sanos; pero este concepto es equívoco. El estrés es para la condición humana lo que la tensión es para la cuerda del violín: muy poca tensión y el sonido es apagado y desafinado; demasiada tensión y el sonido es estridente o la cuerda se rompe. El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo. El estrés bien manejado nos hace sentir productivos y felices; el estrés mal manejado nos perjudica e incluso nos mata.

Mito 3: El estrés está en todas partes; por lo tanto, no puede hacerse nada al respecto.
No es tan así. Usted puede planificar su vida de modo que el estrés no lo abrume. La planificación eficaz implica establecer prioridades y trabajar primero en los problemas sencillos, resolverlos y luego continuar el proceso con dificultades más complejas. Cuando el estrés está mal manejado, es difícil establecer prioridades. Todos sus problemas parecen ser iguales y el estrés parece estar en todos lados.

Mito 4: Las técnicas más populares para reducir el estrés son las mejores.
Nuevamente, no es tan así. No existen técnicas de reducción de estrés que sean eficaces para todo el mundo. Todos somos diferentes, nuestras vidas son diferentes, nuestras situaciones son diferentes y nuestras reacciones son diferentes. Lo único que funciona es un programa integral adaptado a las necesidades de la persona.

Mito 5: Si no hay síntomas, no hay estrés.
La ausencia de síntomas no significa la ausencia de estrés. De hecho, camuflar los síntomas con medicación puede privarlo de las señales que necesita para reducir la tensión en sus sistemas fisiológico y psicológico.

Mito 6: Los síntomas de estrés más importantes son los únicos que requieren atención.
Este mito supone que los síntomas "secundarios", como dolor de cabeza o acidez estomacal, pueden ignorarse con tranquilidad. Los síntomas secundarios de estrés son las primeras advertencias de que su vida se está descontrolando y de que necesita esforzarse más para sobrellevar el estrés.

21 agosto 2022

TECNICA PARA SALIR DEL BUCLE DE PENSAMIENTOS NEGATIVOS

psicología /desarrollo personal                                                                              
TECNICA PARA SALIR DEL BUCLE DE PENSAMIENTOS NEGATIVOS

Controlar las emociones es difícil, y más cuando entras en un bucle de pensamientos negativos. Por eso, aquí te dejo    algunas formas para que puedas salir del bucle.

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PENSAMIENTOS NEGATIVOS CONTROL EMOCIONES

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Cuando tenemos expectativas poco realistas es probable que tomemos decisiones erróneas y si las cosas no salen como esperábamos podemos entrar en un tipo de pensamiento circular, de juicios negativos, de culpas y de remordimientos que nos jugarán malas pasadas. Te explicamos cómo aprender a parar a tiempo el bucle emocional y físico manteniendo el equilibrio interior.

Todos alguna vez hemos pasado por una época en que nos hemos obsesionado con una idea que no deja de rondar en nuestra cabeza. Son ideas que a menudo vienen acompañadas de emociones potentes que parece que no podemos cambiar y que nos hacen estar preocupadas y tensas en extremo. Focalizamos nuestros sentidos en aquello que va mal y sentimos que no podremos salir nunca de ese estado. Nos quedamos en una especie de bucle que nos hace pensar que la vida no es agradable ni productiva, sin darnos cuenta que cuando los pensamientos se mueven como en bucle puedes llegar a sentirte excesivamente débil y cansada. De hecho, investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de Saint Louis Missouri (EE UU) confirman que el enfado y la rabia que habitualmente sostienen los pensamientos obsesivos producen más síntomas físicos que la ansiedad o la depresión. Recuperar el rumbo de tu vida sin estos pensamientos reiterativos es posible. La clave pasa por aprender que estas reflexiones adictivas nunca son aleatorias, y que también pueden ser oportunidades extraordinarias para aprender a entenderte y a encontrar la ruta interna para alcanzar tu bienestar.

"¿Por qué a mí?"

Aferrarse a ciertas situaciones o personas nos impide tomar distancia y afrontar que las cosas pueden tomar rumbos inesperados. Es probable que entonces caigamos en preguntas trampa como “¿por qué me sucede esto a mí?”, sin darnos cuenta de que en el mismo instante en que ponemos el foco en que somos nosotros el problema, los sentimientos de indefensión se disparan y quedamos enredadas en conclusiones erróneas y dañinas. No en vano, en los últimos años, se ha llegado a demostrar que mantener la sensación de vivir en una injusticia constante durante un período prolongado tiene un efecto adverso en nuestra mente y eso acaba por afectarnos y por manifestarse en nuestra salud (lo somatizamos). Librarse de la tendencia a rumiar es posible y también lo es poner en marcha un proceso rápido de higiene mental para frenar la vorágine de ideas distorsionadas que acaban desconectándonos de nosotras mismas y de los demás. Te contamos cómo lograrlo.

Estrategias pare evitar el bucle de pensamientos negativos

Llenarse de actividad para no pensar en el dolor de una pérdida, en un fracaso laboral, en la soledad, en el abandono... No hace desaparecer la herida. De poco sirven las horas de lecturas, de gimnasio, de cafés con amigas y charlas. Porque los pensamientos repetitivos seguirán estando ahí. En lugar de ello decide cómo afrontarás tu vida a partir de eso que te pasó, antes de que todo ello desemboque en el malestar.

1. Escribe lo que te pasa

Hazlo con libertad, al menos durante 20 minutos. Todos tenemos creencias que se desencadenan ante la frustración. Si quieres ponte una alarma y no pares de escribir hasta que suene. Aunque parezca extraño, escribir ayuda a cambiar la narrativa. Cuando sucede algo que nos duele, a menudo revivimos el evento una y otra vez en nuestras cabezas, volviendo a enfriar el dolor. Este proceso se llama rumiación y en absoluto nos mueve hacia la curación y el crecimiento. Al pensar qué vas a escribir, también reflexionas desde otras perspectivas y esto te ayuda a obtener nuevos conocimientos sobre los nuevos desafíos y a repensar tus creencias, así como a explorar tus pensamientos y sentimientos más profundos.

2. Haz algo que te ayude a reparar tus emociones

Algo que te haga sentir bien, no importa si hace mucho que no lo haces. Puede ser ver a un viejo amigo, que te apetezca ir a nadar o a bailar... Reparar emociones es difícil porque la evolución nos ha dotado de la motivación psicológica para evitar ser abandonados por otros y la forma más fácil de boicotearnos cuando no lo logramos es huir, o bien devolver el golpe, o imaginar represalias, algo que está muy arraigado en la historia evolutiva.

3. Perdona y perdónate

La naturaleza dotó a la humanidad de venganza pero también de la capacidad para comprender y perdonar como herramientas para la resolución de conflictos. Sin embargo, la sola idea de pensar que debemos dar el brazo a torcer nos hace sentir incómodos. Probablemente porque no se tiene en cuenta que no es signo de debilidad sino que es eso lo que realmente nos hace humanos. Un sencillo truco es repetirte mentalmente que las cosas están bien tal y como están.

4. Rompe el círculo

Intenta no darle tanto poder a eso que estás pensando y que una y otra vez te lleva a recordar solo la parte negativa del problema o de una situación concreta. Cuando esos pensamientos se produzcan, utiliza un estímulo de corte. Por ejemplo, decirte: “¡Basta ya!”, y cambia de actividad, de espacio… Recuerda que vivir es aceptar que las cosas cambian y pretender que las cosas no cambien es más que ilusorio. Es como dejar de lado que uno cambia de forma de pensar, de ser, a medida que las experiencias se convierten en verdaderas oportunidades de aprendizaje. ¡Incluso nuestras propias células cambian!

5. Dale la vuelta a la experiencia

Una vez que ya hayas explorado el lado oscuro de una experiencia dolorosa, que te hayas impregnado de todos los sentimientos negativos que pasaron por tu mente, tienes una segunda opción: elegir contemplar algunos de los aspectos positivos de la nueva situación que ahora te toca afrontar. Por ejemplo, podrías reflexionar sobre cómo lo que ahora sientes te ha permitido sacar a la luz ciertas emociones que no habías expresado antes y que te ha servido para defender mejor tu punto de vista. O, por ejemplo, que no tener pareja te ha llevado a encontrar grupos de personas realmente interesantes o que tener más tiempo para ti te ha permitido involucrarte en asuntos sociales que realmente te permiten aportar algo especial de ti mismo a la sociedad y sentirte más reconfortado y pleno.

01 agosto 2022

LAS PERSONAS QUE CRITICAN

 psicología /desarrollo personal                                                                              

LAS PERSONAS QUE CRITICAN

Hay personas que dan su opinión sobre ti, sobre tu vida y sobre tus decisiones, aunque nadie se la haya pedido. Suelen ser opiniones malintencionadas o carentes de todo criterio cuyo único objetivo es hacer daño, menospreciar y disfrutar del pesar ajeno.

Generalmente, es gente con baja autoestima que no se acepta a sí misma, por lo que difícilmente puede aceptar a los demás. Estas personas ponen etiquetas que reflejan la realidad de cómo se sienten ellas mismas, proyectando así sus dificultades emocionales.

Somos los únicos que podemos recorrer nuestro camino

Es probable que, si nos pudiésemos meter en el cuerpo y la mente de los demás, no nos atreviésemos a juzgar. No obstante, valdría la pena el ofrecimiento para poder valorar nuestra valentía. Sería una verdadera prueba de fuego.

24 julio 2022

TECNICA PARA SALIR DEL BUCLE DE PENSAMIENTOS NEGATIVOS

1.     DESARROLLO PERSONAL

TECNICA PARA SALIR DEL BUCLE DE PENSAMIENTOS NEGATIVOS

Controlar las emociones es difícil, y más cuando entras en un bucle de pensamientos negativos. Por eso, aquí te dejo    algunas formas para que puedas salir del bucle. 

PENSAMIENTOS NEGATIVOS CONTROL EMOCIONES


Cuan
do tenemos expectativas poco realistas es probable que tomemos decisiones erróneas y si las cosas no salen como esperábamos podemos entrar en un tipo de pensamiento circular, de juicios negativos, de culpas y de remordimientos que nos jugarán malas pasadas. Te explicamos cómo aprender a parar a tiempo el bucle emocional y físico manteniendo el equilibrio interior.

Todos alguna vez hemos pasado por una época en que nos hemos obsesionado con una idea que no deja de rondar en nuestra cabeza. Son ideas que a menudo vienen acompañadas de emociones potentes que parece que no podemos cambiar y que nos hacen estar preocupadas y tensas en extremo. Focalizamos nuestros sentidos en aquello que va mal y sentimos que no podremos salir nunca de ese estado. Nos quedamos en una especie de bucle que nos hace pensar que la vida no es agradable ni productiva, sin darnos cuenta que cuando los pensamientos se mueven como en bucle puedes llegar a sentirte excesivamente débil y cansada. De hecho, investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de Saint Louis Missouri (EE UU) confirman que el enfado y la rabia que habitualmente sostienen los pensamientos obsesivos producen más síntomas físicos que la ansiedad o la depresión. Recuperar el rumbo de tu vida sin estos pensamientos reiterativos es posible. La clave pasa por aprender que estas reflexiones adictivas nunca son aleatorias, y que también pueden ser oportunidades extraordinarias para aprender a entenderte y a encontrar la ruta interna para alcanzar tu bienestar.

"¿Por qué a mí?"

Aferrarse a ciertas situaciones o personas nos impide tomar distancia y afrontar que las cosas pueden tomar rumbos inesperados. Es probable que entonces caigamos en preguntas trampa como “¿por qué me sucede esto a mí?”, sin darnos cuenta de que en el mismo instante en que ponemos el foco en que somos nosotros el problema, los sentimientos de indefensión se disparan y quedamos enredadas en conclusiones erróneas y dañinas. No en vano, en los últimos años, se ha llegado a demostrar que mantener la sensación de vivir en una injusticia constante durante un período prolongado tiene un efecto adverso en nuestra mente y eso acaba por afectarnos y por manifestarse en nuestra salud (lo somatizamos). Librarse de la tendencia a rumiar es posible y también lo es poner en marcha un proceso rápido de higiene mental para frenar la vorágine de ideas distorsionadas que acaban desconectándonos de nosotras mismas y de los demás. Te contamos cómo lograrlo.

Estrategias pare evitar el bucle de pensamientos negativos

Llenarse de actividad para no pensar en el dolor de una pérdida, en un fracaso laboral, en la soledad, en el abandono... No hace desaparecer la herida. De poco sirven las horas de lecturas, de gimnasio, de cafés con amigas y charlas. Porque los pensamientos repetitivos seguirán estando ahí. En lugar de ello decide cómo afrontarás tu vida a partir de eso que te pasó, antes de que todo ello desemboque en el malestar.

1. Escribe lo que te pasa

Hazlo con libertad, al menos durante 20 minutos. Todos tenemos creencias que se desencadenan ante la frustración. Si quieres ponte una alarma y no pares de escribir hasta que suene. Aunque parezca extraño, escribir ayuda a cambiar la narrativa. Cuando sucede algo que nos duele, a menudo revivimos el evento una y otra vez en nuestras cabezas, volviendo a enfriar el dolor. Este proceso se llama rumiación y en absoluto nos mueve hacia la curación y el crecimiento. Al pensar qué vas a escribir, también reflexionas desde otras perspectivas y esto te ayuda a obtener nuevos conocimientos sobre los nuevos desafíos y a repensar tus creencias, así como a explorar tus pensamientos y sentimientos más profundos.

2. Haz algo que te ayude a reparar tus emociones

Algo que te haga sentir bien, no importa si hace mucho que no lo haces. Puede ser ver a un viejo amigo, que te apetezca ir a nadar o a bailar... Reparar emociones es difícil porque la evolución nos ha dotado de la motivación psicológica para evitar ser abandonados por otros y la forma más fácil de boicotearnos cuando no lo logramos es huir, o bien devolver el golpe, o imaginar represalias, algo que está muy arraigado en la historia evolutiva.

3. Perdona y perdónate

La naturaleza dotó a la humanidad de venganza pero también de la capacidad para comprender y perdonar como herramientas para la resolución de conflictos. Sin embargo, la sola idea de pensar que debemos dar el brazo a torcer nos hace sentir incómodos. Probablemente porque no se tiene en cuenta que no es signo de debilidad sino que es eso lo que realmente nos hace humanos. Un sencillo truco es repetirte mentalmente que las cosas están bien tal y como están.

4. Rompe el círculo

Intenta no darle tanto poder a eso que estás pensando y que una y otra vez te lleva a recordar solo la parte negativa del problema o de una situación concreta. Cuando esos pensamientos se produzcan, utiliza un estímulo de corte. Por ejemplo, decirte: “¡Basta ya!”, y cambia de actividad, de espacio… Recuerda que vivir es aceptar que las cosas cambian y pretender que las cosas no cambien es más que ilusorio. Es como dejar de lado que uno cambia de forma de pensar, de ser, a medida que las experiencias se convierten en verdaderas oportunidades de aprendizaje. ¡Incluso nuestras propias células cambian!

5. Dale la vuelta a la experiencia

Una vez que ya hayas explorado el lado oscuro de una experiencia dolorosa, que te hayas impregnado de todos los sentimientos negativos que pasaron por tu mente, tienes una segunda opción: elegir contemplar algunos de los aspectos positivos de la nueva situación que ahora te toca afrontar. Por ejemplo, podrías reflexionar sobre cómo lo que ahora sientes te ha permitido sacar a la luz ciertas emociones que no habías expresado antes y que te ha servido para defender mejor tu punto de vista. O, por ejemplo, que no tener pareja te ha llevado a encontrar grupos de personas realmente interesantes o que tener más tiempo para ti te ha permitido involucrarte en asuntos sociales que realmente te permiten aportar algo especial de ti misma a la sociedad y sentirte más reconfortada y plena.

22 julio 2022


Gozar de una buena autoestima y de fuerza de motivación 
que puedan guiar nuestra vida hacia un propósito  queresulta esencial para tener una vida más feliz.

11 junio 2022

CONECTAR CON LOS DEMÁS DE FORMA MAS EFECTIVA!

psicología /desarrollo personal                                                                               
 ¡CONECTAR CON LOS DEMÁS DE FORMA  MAS EFECTIVA!



Conectar con los demás puede ser una experiencia muy positiva y gratificante. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de York reveló que sentir que tenemos cosas en común con los demás y saber que les importamos tiene un efecto beneficioso para nuestra salud mental. Sin embargo, establecer ese vínculo especial que une a dos personas no siempre es sencillo.

Las  claves para conectar con los demás

Para conectar con las personas, el primer paso es desnudarse, metafóricamente. O sea, es importante ser conscientes de que normalmente nos relacionamos desde nuestros prejuicios y estereotipos, los cuales a menudo se convierten en una barrera que nos impide conocer al otro. Por esa razón, es fundamental desnudarnos mentalmente, liberándonos de todo tipo de ideas preconcebidas que terminan convirtiéndose en obstáculos para desnudar el alma.

Existen tres palabras que pueden guiarnos a través de esa experiencia para favorecer un vínculo más profundo con la persona que tenemos delante: respeto, compasión y sinceridad.

1.      Respeto. Esta palabra proviene del verbo latino “spectare”, que significa “mirar”, a la que se le añade el prefijo “re” que implica duplicar la acción. Por tanto, cuando nos comportamos con respeto lo que hacemos es mirar y volver a mirar al otro, para poder verlo como una persona distinta a nosotros mismos, una persona única a la que debemos tratar con consideración y tolerancia. El respeto es, por ende, la base de todas las relaciones desarrolladoras.

2.      Compasión. Este vocablo proviene viene del griego “pathos” que suele traducirse como “sufrir”, aunque también tiene un significado más amplio que indica “todo lo que se siente o experimenta” o “estado del alma”, y el prefijo “com” significa “junto a”. Por consiguiente, cuando nos relacionamos desde la compasión no sentimos lástima por la otra persona, sino que mostramos una actitud empática, compartimos sus sentimientos. Así logramos conectar a un nivel más profundo.

3.      Sinceridad. El origen de la palabra “sincero” es muy interesante porque proviene de una práctica relativamente habitual en la época romana en la que los escultores usaban una “cera” para disimular las imperfecciones y rajaduras en el mármol de las esculturas. En aquella época, algunas personas pedían una obra “sin-cerum”, en la cual se podía apreciar la obra en la piedra tal cual, sin ningún arreglo ni añadido que la hiciera parecer perfecta. Sin duda, la sinceridad es un ingrediente esencial para conectar con los demás pues es lo que permite que nuestra esencia fluya. No tenemos que hacer nada especial ni intentar ser alguien que no somos, tan solo debemos ser auténticos.

La puesta en práctica de esas tres actitudes contribuye a desarrollar la disposición interior necesaria para establecer una verdadera conexión con otras personas, un vínculo que no se base en las apariencias sino en un deseo auténtico de conectar y mostrarnos sin máscaras, tal cual somos.

Obviamente, para lograrlo es necesario que al menos dos personas estén dispuestas a abrirse y conectar. Entonces hay que mirar al otro y volver a mirarlo para tomar consciencia de su unicidad, pero también para poder compartir el estado de su alma. Todo desde la sinceridad, sin pretender ocultar nuestras fallas o vulnerabilidades porque es precisamente eso lo que nos humaniza y acerca.

Fuente:Flett, G. L. et. Al. (2022) The Anti-Mattering Scale: Development, psychometric properties and associations with well-being and distress measures in adolescents and emerging adults. Journal of Psychoeducational Assessment; 40(1): 37–59.

09 junio 2022

LO QUE LOS DEMÁS PIENSEN DE TI ES SU REALIDAD, NO LA TUYA

psicología /desarrollo personal                                                                               
LO QUE LOS DEMÁS PIENSEN DE TI ES SU REALIDAD, NO LA TUYA


No se puede tener ningún tipo de certeza de lo que otros sienten. De la misma forma, no podemos saber lo que han vivido y lo que han aprendido o no.

Lo que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya. Ellos saben tu nombre, pero no tu historia, no han vivido en tu piel, ni han calzado tus zapatos. Lo único que los demás saben de ti es lo que tú les has contado o lo que han podido intuir, pero no conocen ni a tus ángeles ni a tus demonios.

Con frecuencia nos cuesta entendernos a nosotros mismos, pero nos aventuramos valientes a descifrar el código del sentir ajeno. No se puede tener ningún tipo de certeza de lo que otros sienten. De la misma forma, no podemos saber lo que han vivido y lo que han aprendido o no.

Por lo tanto, no deberíamos darle importancia a lo que los demás dicen de nosotros, pues sus palabras obedecen a una realidad ilusoria que su mente ha creado con el afán de saberlo todo sobre nuestra vida…

21 abril 2022

SILENCIO Y SUEÑO: DOS NECESIDADES DE LA MENTE QUE SE HAN VUELTO UN LUJO

psicología /desarrollo personal
SILENCIO Y SUEÑO: LAS DOS NECESIDADES DE LA MENTE QUE SE HAN VUELTO UN LUJO



Si miramos al pasado, nos daremos cuenta de que vivimos en un mundo de lujos. Tenemos cosas que nos facilitan la vida que nuestros bisabuelos ni siquiera podían imaginar. Y la industria se las ingenia para producir cada vez más cosas, que prometen facilitarnos aún más la vida, hacernos más felices y exitosos. Bombardeados por ese frenesí de estímulos, es fácil olvidar y descuidar las cosas más esenciales y necesarias de la vida, como el silencio y el sueño, dos necesidades de la mente que se están convirtiendo en lujos.


La mercantilización del sueño

En el imaginario colectivo se ha asentado la idea de que dormir poco es digno de admiración y una señal de éxito puesto que significa que esa persona está muy ocupada, probablemente transformando su tiempo en dinero. Cuando nos encontramos con alguien y nos dice que no tiene ni un minuto libre, asumimos que se trata de una persona «exitosa». Este fenómeno ha alcanzado un nivel tal que en Tokio se practica lo que se conoce como inemuri, que significa literalmente “estar presente mientras dormimos”.

Esa práctica surgió a finales de los años ’80, en medio de la burbuja económica que estaba convirtiendo a Japón una gran potencia. Entonces los japoneses llevaban una vida laboral tan activa que no tenían tiempo para dormir. Las personas de negocios tenían jornadas de 24 horas, por lo que comenzaron a practicar el inemuri donde pudieran, en el transporte público o en el trabajo, solo para darle un pequeño descanso a su mente mientras aprovechaban al máximo su tiempo.

Sin embargo, a medida que los científicos comprenden mejor qué ocurre durante el sueño, alertan de que es imprescindible para nuestra salud física y emocional. Durante el sueño nuestro cerebro reprocesa las experiencias que hemos vivido durante el día, las reorganiza en la memoria y les resta parte de su impacto emocional, lo cual nos permite levantarnos al día siguiente con una perspectiva más objetiva y la mente más fresca.

También se ha apreciado que durante el sueño el cerebro se deshace de las sustancias de deshecho de su metabolismo, esas mismas sustancias que se han relacionado con la aparición de enfermedades neurodegenerativas como las demencias. Por eso, podemos afirmar que dormir poco y mal encoge y envenena nuestro cerebro, literalmente.

La industria lo sabe, por lo que ya estén apareciendo empresas que mercantilizan el sueño. Existen compañías que cuentan con salones de siesta para que sus empleados puedan descansar sin salir de la oficina. Y en las grandes urbes se abren centros conocidos como “retiros del sueño”, como Siesta&Go que ya se encuentra presente en más de cinco grandes capitales del mundo, donde los ocupados trabajadores pagan por horas para poder echar una siesta.

 

También están surgiendo nuevas aplicaciones que nos prometen ayudarnos a dormir, hay colchones inteligentes que nos “aseguran” un sueño reparador y hasta se han creado máscaras para dormir que monitorizan las ondas cerebrales y estados REM.

El problema es que todos estos inventos se venden como una ventaja para mejorar nuestro desempeño y ser más eficaces en el trabajo. Así se cierra un círculo vicioso: la tecnología y el estilo de vida que nos han arrebatado el sueño nos venden tecnología para que consigamos dormir en aras de seguir manteniendo el mismo estilo de vida. ¡Es insensato! Sobre todo porque para dormir mejor solo sería necesario aprender a desconectar.

Debemos recordar que dormir mal, que no significa solo dormir poco sino en un entorno ruidoso que provoca despertares continuos, equivale a apilar un fardo de enfermedades, estrés y mal humor. Algunas personas serán más resistentes que otras, pero si no le das a tu sueño la importancia que merece, acabará costándote muy caro en términos de salud.

La tendencia a priorizar el dinero sobre la salud, pensando que este puede resolverlo todo es uno de los peores errores que podemos cometer en la vida. Nos hemos desecho del sueño a favor de otros sueños: el sueño del éxito, el sueño de tener más cosas, el sueño de ser mejores… Y no estoy segura de que salgamos ganando en ese cambio.

¿Cómo nos robaron el silencio?

Nuestro mundo se rige por la economía, nos guste o no. Por eso se piensa que lo fundamental es generar más ingresos, aunque eso no significa necesariamente generar más prosperidad. Sin embargo, en el afán de producir más ganancias, hemos atiborrado nuestros espacios de objetos ruidosos y de tecnología que perturba los ciclos naturales de sueño y vigilia. Así el silencio también se ha convertido en un producto de lujo.

Desde siempre, el silencio ha sido valuado y el ruido aborrecido. Hace mucho tiempo, en Síbari, se obligaba a los artesanos cuya profesión era ruidosa a vivir fuera de los muros de la ciudad. Sin embargo, hoy vivimos y trabajamos en ciudades ruidosas llenas de objetos que, obviamente, dejan una huella sonora.

Mientras tanto, la industria se encarga de hacer del silencio su mayor reclamo vendiéndonos electrodomésticos silenciosos a precios casi prohibitivos que solo puedes pagar a costa de dormir menos para trabajar más. American Airlines, por ejemplo, comercializa su «Admirals Club» realizando una asociación entre el lujo, el éxito y el silencio: «Acceda a nuestros salones Admirals Club, un oasis de paz lejos del ajetreo del aeropuerto. Relájese en un ambiente tranquilo y sofisticado «. Y no son los únicos, Finlandia, por ejemplo, se publicita como un destino de turismo silencioso.

08 abril 2022

pIlares sobre los que se construye la tolerancia al estrés

psicologia/ansiedad /estrés
tolerancia al estrés

pIlares sobre los que se construye la tolerancia al estrés


    algunas características de las personas tolerantes al estrés comparten que les ayudan a algunas características lidiar con la tensión y los problemas:
  • 1.      Anticipación de la experiencia. “El efecto de lo que no se busca es aplastante, pues al peso del desastre se suma lo inesperado. El hecho de que fuera imprevisto intensifica la reacción de una persona. Por eso debemos asegurarnos de que nada nos coja por sorpresa. […] Debemos prever todas las posibilidades y fortalecer el espíritu para afrontar las cosas que puedan ocurrir si no queremos sentirnos abrumados y aturdidos. […] Todo el mundo se enfrenta con mayor valentía a algo para lo cual se ha preparado durante mucho tiempo. Aquellos que no están preparados, por otro lado, reaccionarán mal ante los acontecimientos más insignificantes”, escribió Séneca hace siglos. Las personas tolerantes al estrés son capaces de anticiparse a las experiencias negativas y prepararse psicológicamente para ellas.

    2.      Desvirtuar la atención de la emoción negativa. Cuando atravesamos un mal momento, es normal que toda nuestra atención se enfoque en lo que nos ocurre. Sin embargo, de esta manera podemos terminar maximizando los problemas, sumergiéndonos en el bucle tóxico que crea nuestra mente y se alimenta de las quejas. Las personas con mayor tolerancia al estrés, en cambio, no se obsesionan con las circunstancias adversas o las sensaciones aversivas, son capaces de reconducir su atención. No es que se olviden de la adversidad, simplemente saben redistribuir sus recursos atencionales para no obsesionarse con lo que les ocurre y poder seguir adelante con cierta dosis de normalidad.

    3.      Reevaluación de la situación como aceptable. Cuando estamos sumidos en una situación estresante, podemos caer en el error de pensar que todo es peor de lo que es. La frustración y la angustia pueden convertirse en un cristal a través del cual vemos el mundo de manera distorsionada. Eso puede hacernos creer que todo es más insoportable o terrible. Las personas tolerantes al estrés no disfrutan de las situaciones adversas, pero son capaces de disminuir su impacto a un nivel aceptable que les permite seguir gestionando su día a día y recuperar la normalidad en la medida de lo posible. Pueden lograrlo porque son capaces de ver el panorama general. Comprenden que probablemente el problema que les preocupa hoy será intrascendente o habrá pasado en un mes o un año. Eso les permite valorar sus preocupaciones bajo una luz más realista.

    4.      Capacidad para regular el comportamiento. Las personas con tolerancia al estrés son capaces de mantener un grado de autocontrol adecuado que impide que las emociones negativas influyan demasiado en su comportamiento. Así mantienen un nivel de funcionamiento adaptativo incluso en medio de la tormenta. Su nivel de autorregulación impide que se produzca un secuestro emocional, de manera que no llegan a tocar fondo emocionalmente, sino que incluso en los momentos más difíciles son capaces de mantener una rutina. Curiosamente, a menudo esa rutina es lo que les permite aliviar la carga que están llevando sobre sus hombros para restar impacto a la adversidad.

    5.      Diálogo interior positivo. Cuando las cosas van mal, es difícil ver la luz al final del túnel. Es más fácil caer por el desfiladero de los pensamientos negativos y los peores augurios. Sin embargo, las personas con tolerancia al estrés mantienen un diálogo interno positivo. No son optimistas ingenuos. Saben que las cosas pueden estar mal o incluso son conscientes de que pueden empeorar, pero se dan ánimos y confían en sus capacidades para afrontar lo que ocurra. Se dicen: “Puedo hacerlo”, “soy una persona fuerte”, “esto pasará”, “ya me he levantado antes y puedo volver a hacerlo”. Ese diálogo interior positivo les brinda la fuerza que necesitan para seguir adelante hasta que el temporal amaine.

     

    Fuente: Lero, T. M. et. Al. (2010) Distress Tolerance and Psychopathological Symptoms and Disorders: A Review of the Empirical Literature among Adults. Psychol Bull; 136(4): 576–600.

    27 marzo 2022

    FILOSOFÍA DE LA TERCERA EDADlavejez, el porvenir inalcanzable

    FILOSOFÍA DE LA TERCERA EDAD
    lavejez, el porvenir inalcanzable
    PERSONAS DE LA TERCERA EDAD

    Los viejos, la tercera edad, los ancianos, la edad de plata… Los llamamos de distintos nombres porque quizá no sabemos cómo llamarlos. Tampoco se sabe qué hacer con ellos y la pandemia lo ha demostrado con fayecimientos, como argumentos. Son un extraño objeto de estudio para la filosofía. Son extraños para todo y para todos. Los llevamos dentro, pero nos asaltan siempre cuando los vemos desde fuera, en el espejo. Son el resultado de nuestra vida y los vecinos de nuestra muerte. ¿No deberíamos acercarnos a mirar al viejo o a la anciana que habita en ti o en nosotros? Hago una aproximación filosófica a las muchas preguntas que suscita la vejez. ¡esto es un avance del dosier escrito sobre la tercera edad.

    02 marzo 2022

    Psicología SALUD Y BIENESTARDeja de contar ovejas

    Psicología SALUD Y BIENESTAR
    Deja de contar ovejas

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    Esto es lo que debes hacer si las preocupaciones no te dejan dormir

    La alimentación y el deporte pueden ser clave

    según Jesús Matos (psicólogo experto en gestión de la tristeza y en desarrollo personal) "El sueño es un proceso automático y surge solo", 

    Vuelta para aquí. Vuelta para allá. Vuelta a la almohada, que está ya caliente. Y codazo a la pareja, que ronca. Vistazo al reloj. ‘Las 3:12, verás qué sueño mañana’. Pero si algo da vueltas es el cerebro. La mente, traicionera, que ataca sin piedad en cuanto parece que el sueño empieza a pesar con un fogonazo en forma de preocupación. Como un disparo. Pum. Y otra vez a hacer la croqueta.

    Los quebraderos de cabeza parecen aguadar en el subconsciente hasta que perciben que llega la hora de acostarse. Es entonces cuando afloran y despliegan su asfixiante estela, dispuestos a mantenernos otra noche en vela. Una delicia. Como si el día no fuera ya bastante duro como para, encima, no descansar bien por la noche.

     “El sueño es un proceso automático y surge solo, por eso resulta tan fácil alcanzarlo cuando estamos tranquilos. Pero la cosa se complica cuando arrastramos preocupaciones que no hemos logrado solucionar a lo largo del día”, comienza Jesús Matos, psicólogo experto en gestión de la tristeza y en desarrollo personal, que también sostiene que, aplicando una serie de consejos, cualquiera puede relajarse lo suficiente como para dormir a pierna  sin tener que recurrir a los fármacos.

    Haga esto antes de ponerse el pijama

    El cerebro responde ante las preocupaciones, en primera instancia, de forma automática, tratando de evitarlas

    El psicólogo enumera tres pautas. La primera, hacer deporte de forma regular: “Está demostrado que hacer ejercicio tres o cuatro veces a la semana, trascurridos dos meses y medio, es igual de efectivo para conciliar el sueño que los medicamentos para la ansiedad”, asegura. Y completa diciendo que basta un mes y medio para notar cómo la tristeza y la depresión pierden poder sobre nosotros. Por eso, anima a hacer deporte –nunca antes de acostarse, puesto que el cortisol segregado nos activa y elimina el sueño– para despejar cuerpo y mente. “¿Qué deporte? Eso no es tan importante; en función de las preferencias o capacidades de cada uno”, concluye.

    El segundo consejo pasa por preocuparse, sí, pero adrede. “Durante diez o quince minutos al día, debemos escribir en un papel aquello que sabemos que más tarde nos quitará el sueño”, sostiene el psicólogo. Su propuesta se fundamenta sobre la base de que el cerebro responde ante las preocupaciones, en primera instancia, de forma automática, tratando de evitarlas; busca distraerse para no pasarlo mal. Pero, ¿qué sucede cuando estamos en la cama? Que la mente no tiene con qué distraerse y es pasto de esos sentimientos agobiantes. “Por eso, si dedicamos unos minutos al día a preocuparnos de forma consciente, lograremos que el cerebro racionalice esos pensamientos, evitando así que estallen cuando dejemos la mente en blanco”. Que vendrán, sí; pero con menos crudeza, asegura el experto.

    La tercera pauta, y quizá la más conocida, sea la de la meditación. “Diez minutos al día, a medio plazo, nos ayudarán de forma sobresaliente”. Pero también se puede optar por poner en práctica alguna técnica de relajación, como la técnica del ‘4-7-8’ –coger aire durante cuatro segundos, retenerlo durante siete y expulsarlo por la boca de forma sostenida durante ocho– o las de relajación muscular progresiva de Jacobson o Schultz. Y jamás dé vueltas en la cama: “Si pasados 30 minutos no hemos conseguido dormirnos, es mejor levantarse y realizar cualquier actividad monótona como leer o fregar los cacharros”, concluye el psicólogo.

    Pero eso no es todo

    Debemos evitar cenar alimentos como la carne, los huevos o aquellos ricos en vitamina C

    En absoluto. Porque, a pesar de que las preocupaciones puedan estar más o menos controladas, también hay muchos trucos que tienen que ver con la alimentación, los horarios o el entorno en el que cada uno descansa. Empezando por el dormitorio, hay muchos factores a tener en cuenta.

    La Sociedad Española del Sueño (SES) enumera varios consejos: evitar la estimulación lumínica de los dispositivos electrónicos antes de acostarse –así que nada de tele, tablet o smartphone–, alejarse de los ruidos y la contaminación acústica, mantener una temperatura ambiental entre 18 y 21 grados y la habitación limpia, ordenada, además apostar por los tonos pastel como el azul, el verde y el amarillo o por los colores neutros para las paredes. También apagar el móvil o dejarlo fuera del cuarto para evitar las radiaciones electromagnéticas, elegir un colchón de firmeza media y no usar almohadas demasiado altas o de plumas y, por último, utilizar el dormitorio únicamente para descansar o para mantener relaciones sexuales.

    En cuanto a la alimentación, la SES recomienda no cenar alimentos ricos en aminoácidos tirsina y fenilalanina –traducción: carnes rojas, huevos, jamón o productos con vitamina C como kiwis y naranjas– y apostar por los de alta concentración de triptófano, como los lácteos, plátanos, pescados azules o frutos secos. Además, conviene evitar cafés, tés y bebidas estimulantes, las comidas que producen flatulencia o acidez, el consumo excesivo de alcohol o el tabaco. Porque no, el cigarro no relaja, sino que activa todavía más.

    Por último, en relación a los horarios y rutinas del sueño, la SES aconseja limitar la siesta a un máximo de 20 o 30 y, sobre todo, mantener unos ciclos regulares, sin establecer grandes cambios entre los días de trabajo y de descanso.

    ¿Y las ovejitas? “Puede ser considerada una práctica de mindfulness, de meditación, pero no servirá de nada si no se implementan el resto de consejos”, afirma el psicólogo Jesús Matos. Porque quizá lleguemos a contar una, dos, tres y cuatro ovejas, pero probablemente la quinta se yerga sobre sus dos patas traseras, saque un micrófono y empiece a darle un speech sobre todo aquello por lo que usted está realmente preocupado. Por eso, practique. Haga deporte, preocúpese adrede y ordene su cuarto, aconsejan los expertos. Así estará más cerca de levantarse al día siguiente con un pequeño y extrañamente adorable cerco de saliva sobre su almohada.

     


    26 febrero 2022

    ¿POR QUÉ LOS HOMBRES LEEN CADA VEZ MENOS POESÍA?

    psicología / Desarrollo Personal                                                                             
    ¿POR QUÉ   LOS HOMBRES LEEN CADA VEZ MENOS POESÍA?

     

     


    El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro”, escribió Goethe. Vivimos en una sociedad que supuestamente se ha apartado de la barbarie y, sin embargo, leemos cada vez menos poesía. El cambio en nuestros valores y prioridades explica esa supuesta contradicción: nos informamos más, pero disfrutamos menos de la lectura como placer en sí misma. Comprendemos las palabras, pero se nos escabullen sus significados más ocultos.

    De hecho, la poesía es un alimento para el alma. Despierta emociones. Juega con las palabras y los significados. Sigue sus propias normas. Libremente. Le tiende trampas a la razón. Se escabulle de los significantes estrechos. Abre nuevos horizontes. Reclama una atención plena. Anima a fluir.

    Quizá es precisamente por todo eso que leemos cada vez menos poesía. De hecho, el filósofo Byung-Chul Han cree que estamos desarrollando como sociedad cierta fobia a la poesía porque ya no somos receptivos a ese maravilloso caos literario con el que necesitamos conectar a un nivel emocional y estético.

    Usamos un lenguaje pragmático despojado de su carácter lúdico

    Han piensa que en los últimos tiempos hemos empobrecido el papel del lenguaje, relegándolo a un mero transmisor de informaciones y productor de sentidos. Con las prisas cotidianas, el lenguaje se ha convertido en un instrumento eminentemente práctico, despojándolo de sus significantes. Obviamente, “el lenguaje como medio de información suele carecer de esplendor, no seduce”, como apunta Han.

    En la sociedad moderna no tenemos tiempo para detenernos a degustar un poema que juega con el lenguaje y espolea la imaginación más allá de lo práctico. Imbuidos en las prisas cotidianas, “nos hemos vuelto incapaces de percibir las formas que resplandecen por sí mismas”, según Han.  

    De hecho, “en los poemas se disfruta del propio lenguaje. El lenguaje trabajador e informativo, por el contrario, no se puede disfrutar […] En cambio, el lenguaje juega en los poemas. El principio poético devuelve al lenguaje su gozo al romper radicalmente con la economía de la producción de sentido. Lo poético no produce” y en una sociedad obsesionada con la producción, los resultados y los objetivos no hay espacio para demorarse en aquello cuyo fin en sí mismo sea el placer.

    La poesía está hecha para sentir y se caracteriza por lo que denomina sobreexcedente y significantes […] “El exceso, el sobreexcedente de significantes, es lo que hace que el lenguaje parezca mágico, poético y seductor. Esa es la magia de la poesía”. En cambio, “la cultura de la información pierde esa magia […] Vivimos en una cultura del significado que rechaza el significante, la forma, por superficial. Es hostil al gozo y la forma”, explica Han.

    A diferencia del significado, que es lo más esencial, los significantes se refieren a las formas y lo simbólico. El significado hace referencia al contenido, el concepto o la idea mientras que el significante es su expresión, la manera en que se transmite ese contenido, concepto o idea. Sin embargo, “la poesía es un intento de aproximación a lo absoluto por medio de los símbolos”, como escribiera Juan Ramón Jiménez. En la poesía es tan importante lo que se dice como la manera en que se dice.

    Hoy tenemos demasiada prisa por llegar al contenido y aferrar la idea. Queremos llegar al meollo del asunto. Y eso nos lleva a olvidarnos del aspecto lúdico que descansa en las formas y las expresiones. Por eso, la poesía que resuena emocionalmente tiene cada vez menos cabida en la sociedad actual.

    La pereza cognitiva y el vacío del alma

    El hecho de que cada vez leamos menos poesía no se debe únicamente a nuestra renuncia a los significantes y las formas, también sienta sus raíces en la creciente cultura de lo políticamente correcto. En una cultura que impone cada vez más reglas que no se pueden traspasar, los poemas resultan insurreccionales y transgresivos porque juegan con las imprecisiones y las ambigüedades oponiéndose firmemente a esa mera producción de significado.

    Los poemas juegan con lo no expresado. Quedan abiertos a interpretaciones. Se adentran en el terreno de lo incierto. Y eso nos genera cada vez más aversión. Nos hace sentir incómodos, como si camináramos sobre un terreno minado. En ese contexto, los poemas representan en sí mismos un acto de rebelión contra una sociedad esencialmente productiva.

    Más allá de esa incomodidad social, la poesía también demanda un trabajo cognitivo que muchos ya no están dispuestos a hacer. A fin de cuentas, la mayoría de los lectores están acostumbrados a leer e ir decodificando el texto a partir de su sintaxis, generalmente de carácter claro y directo. Eso significa que estamos entrenados para entender un texto de manera casi inmediata y «mecánica». Leemos con la razón. Sin embargo, como la poesía discurre a través de una sintaxis indirecta, a muchas personas les parece “ininteligible”.

    Su sintaxis peculiar, tropos y metáforas dislocan nuestro sentido de “lo directo”. Por más que busquemos, no existe una univocidad en la lectura del texto. Eso nos descoloca. Nos obliga a buscar otros puntos de referencia, muchas veces en nuestro interior.

    Parafraseando a Octavio Paz, cada poema es único y cada lector debe buscar algo en ese poema, pero a menudo lo que encuentra es lo que lleva dentro. Si estamos demasiado ocupados mirando fuera, obsesionados con la cultura de la productividad y acostumbramos a un lenguaje eminentemente pragmático, leer poesía nos resultará un ejercicio demasiado fútil y enrevesado. Entonces nos damos por vencidos. No nos damos cuenta de que esa incapacidad para jugar con los significantes es la expresión de una incapacidad lúdica para disfrutar más allá de lo dado y esperado en la vida.

    Fuente: Han, B. (2020) La desaparición de los rituales. Herder: Barcelona.