12 enero 2019

HUMILDAD INTELECTUAL: LA CLAVE PARA DESARROLLAR UNA MENTALIDAD ABIERTA


psicología /desarrollo personal                                                                               
HUMILDAD INTELECTUAL: LA CLAVE PARA DESARROLLAR UNA MENTALIDAD ABIERTA
Benjamin Franklin sabía que era inteligente, más inteligente que la mayoría de las personas que lo rodeaban, pero también era lo suficientemente inteligente como para comprender que no podía estar en lo cierto en todo. Por eso, se cuenta que cuando estaba a punto de empezar una discusión, decía: “Quizá me equivoque, pero…”. 
Esta simple frase tranquilizaba a las personas y las predisponía positivamente a escuchar su mensaje y mostrarse más abiertas a los desacuerdos, tomándoselos como algo menos personal. No obstante, la frase tenía un doble impacto porque también ayudaba a Benjamin Franklin a prepararse psicológicamente para escuchar nuevas ideas, a veces completamente diferentes a la suya.

Esa forma de humildad intelectual y apertura mental, tan poco común en nuestros días, no solo es esencial para mantener relaciones sociales más asertivas y constructivas, sino que también nos permite crecer como personas.
¿Por qué necesitamos desarrollar una mentalidad abierta? 
Los hombres que se han deshumanizado convirtiéndose en ciegos adoradores de una idea o un ideal son fanáticos cuya devoción por las abstracciones los convierte en enemigos de la vida”, escribió Alan Watts para alertarnos del peligro que representa creer que tenemos la verdad absoluta e intentar defender de forma ciega un ideal. 

Al contrario, en la vida necesitamos una buena dosis de humildad intelectual. La mentalidad abierta es lo que nos salva de la barbarie a nivel social y lo que nos permite progresar a nivel personal. Una mente abierta se encuentra en continuo cambio y transformación, como un río que corre incesantemente. Una mente cerrada se ha atascado y, por tanto, es lo contrario al incesante fluir de la vida.
Al igual que Benjamin Franklin, debemos ser capaces de defender nuestras ideas cuando estamos seguros de ellas, pero también debemos ser lo suficientemente inteligentes como para admitir que nos equivocamos, escuchar ideas diferentes y, en última instancia, comprender y aceptar otras maneras de ver el mundo.
Solo cuando nos abrimos a nuevas ideas podemos aprender. Si creemos que tenemos la verdad en la mano, solo podemos estar seguros de que no nos moveremos de nuestra postura. Creer que somos dueños de la verdad implica condenarnos al anquilosamiento. Después de todo, se aprende más escuchando que hablando.
Por desgracia, en muchas ocasiones nos convertimos en nuestro mayor obstáculo para desarrollar una mentalidad abierta. Somos víctimas de nuestros patrones de pensamiento y nuestro sistema de valores, los cuales nos impiden concebir otra verdad o realidad más allá de la nuestra. Por simple pereza selectiva, somos más analíticos con las ideas ajenas que con las nuestras. De hecho, un experimento realizado en la Lund University demostró que somos capaces de rechazar nuestros propios argumentos el 60% de las veces si los presenta otra persona.
Además, debido a que también odiamos la disonancia cognitiva, tenemos la tendencia a prestar más atención a aquellas ideas que refuerzan las nuestras mientras obviamos gustosamente aquellas contrarias que ponen en tela de juicio nuestra visión del mundo o de nosotros mismos y demandan un trabajo interior.
¿Qué es la humildad intelectual? 
Los psicólogos han dedicado años a intentar entender por qué algunas personas se aferran tercamente a sus creencias, incluso cuando les presentan evidencias irrefutables de que deberían abandonarlas, y por qué otras son capaces de adoptar rápidamente nuevas creencias. Intentando encontrar el secreto de la mentalidad abierta desarrollaron el concepto de humildad intelectual. 
La “humildad intelectual”, a diferencia de la humildad en sentido general que se define por características como la honestidad, la sinceridad y el altruismo, hace referencia a la voluntad de cambiar, unida a la sabiduría de saber cuándo debemos mantenernos fiel a nuestra postura. Es un estado de apertura a las ideas diferentes, mostrándonos receptivos a las nuevas evidencias.

La humildad intelectual es también un compromiso con la búsqueda de nuevas ideas, aunque estas contradigan las nuestras, es comprometerse a escuchar a los demás prefiriendo el descubrimiento al estatus social.

Psicólogos de la Universidad de Pepperdine indican que la humildad intelectual está compuesta por:
- Respeto hacia otros puntos de vista 
- No ser demasiado confiado intelectualmente 
- Separar el ego del intelecto 
- Predisposición a revisar los puntos de vista propios 
Psicólogos de la Universidad Loyola Marymount añaden otra característica: la curiosidad, que es precisamente el rasgo que nos permite mantenernos abiertos a experiencias y puntos de vista diferentes. La voluntad de probar cosas nuevas nos ayuda a abrirnos a otras perspectivas, a veces radicalmente diferentes a la nuestra, y aceptarlas como igualmente válidas.
¿Cómo desarrollar la humildad intelectual?
Ante todo, debemos estar dispuestos a abrazar el cambio, lo cual significa reconocer que las ideas que ayer dábamos por acertadas, hoy podrían ser erróneas o quizá insuficientes. Para ello, necesitamos dejar de identificarnos con nuestros pensamientos e ideas. De esta manera no asumiremos las ideas diferentes como un ataque a nuestro ego y podremos valorarlas de forma racional, sin adoptar una actitud defensiva que levante muros en vez de derribarlos.

Necesitamos aprender a discutir ideas, acallando nuestro ego. Para ello, deberíamos hacer nuestra la frase de Eleanor Roosevelt: "Las grandes mentes discuten ideas, las mentes mediocres discuten acontecimientos y las pequeñas mentes discuten a la gente".

Para alcanzar ese nivel de humildad intelectual necesitamos superar lo que los psicólogos denominan nuestro "prejuicio de punto ciego". Se trata de la tendencia a no darnos cuenta de nuestros propios sesgos cognitivos y pensar que tenemos menos prejuicios que los demás. Necesitamos admitir que nuestras opiniones y las ajenas son solo eso, opiniones que pueden variar según las circunstancias. Así escaparemos a la trampa del egocentrismo intelectual.
Por último, pero no menos importante, necesitamos desarrollar la actitud de un niño, lo cual significa alimentar ese deseo de conocer, de preguntar y no darnos por satisfechos con las respuestas que obtenemos. Desarrollar la curiosidad que nos permita ir más allá de lo que nos han enseñado o lo que nosotros mismos creemos. Solo así podremos desarrollar la humildad intelectual necesaria para reconocer nuestros errores y dar el mayor paso de todos: cambiar nuestras creencias por otras más inclusivas y desarrolladoras.
Fuentes: 
Snow, S. (2018) A New Way to Become More Open-Minded. En: Harvard Business Review.
Whitcomb, D. et. Al. (2017) Intellectual Humility: Owning Our Limitations. Philosophy and Phenomenological Research; 94(3): 509-539. 

11 enero 2019


"A veces la gente no quiere escuchar la VERDAD porque no quiere que sus ILUSIONES se vean DESTRUIDAS"

BREVE ENSAYO SOBRE LA AMISTAD

BREVE ENSAYO SOBRE LA AMISTAD
¿Qué es la amistad

“La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”.
Aristóteles
Según el diccionario, “La amistad es una relación afectiva entre dos o más personas, o entre personas y animales”.
Compartir una sonrisa es la semilla de una gran amistad. Compartir una lágrima es el sello de que esa amistad perdurará mucho tiempo.
Cuando el destino nos abre una puerta, nos entrega a un amigo para que crucemos esa senda hacia lo desconocido. Los amigos nos extienden su mano para que tomemos nuevo impulso, así también nosotros extendemos nuestras manos en señal de cordialidad y unión; pues idealmente, la amistad debe ser recíproca. Sin embargo, hay casos de deliciosas amistades desequilibradas, que sólo Dios sabe por qué funcionan. Después de todo, la amistad es dar sin exigir. Por eso también la amistad debe estar dispuesta a perdonar. No debemos olvidar que perdonarse a uno mismo es renacer y perdonar a los demás es una puerta hacia la paz. Para los momentos espinosos, lo mejor es contar con muchos amigos, pues siempre serán bienvenidas varias perspectivas.

Los amigos que nos critican en forma constructiva son maravillosos, porque nos ayudan a sacar provecho de nuestras grandes potencialidades. Por eso también son muy valiosos los aplausos de nuestros amigos, pues nos permiten reconocer nuestros mejores dones.
También puede suceder que por el momento no tengamos amigos. Si ése es el caso, quizá deberíamos tratar de hacer nuevas amistades. Después de todo, cada nuevo amigo nos invita a hacer una labor de descubrimiento, es como el Cristóbal Colón de nuestra alma. Por eso dice Miguel de Unamuno que: “Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da”. Y sin embargo, ¡cuántas cosas recibimos de nuestros amigos! Alegrías, penas, chistes, apoyo y mil situaciones más.

10 enero 2019

PERSONAS ALTAMENTE SENSIBLES


Psicología/ desarrollo personalPERSONAS ALTAMENTE SENSIBLES
¿QUIÉNES SON LAS PERSONAS ALTAMENTE SENSIBLES?
¿Te suelen molestar los ruidos, los olores y las luces? ¿Prefieres realizar actividades en solitario, como leer o salir a correr? ¿A veces te sientes incomprendido y te fijas en detalles que a los ojos de los demás pasan desapercibidos? Si es así, es probable que seas una Persona Altamente Sensible (PAS), un grupo formado por el 20% de la población. 
Vale aclarar que no se trata de una patología, estas personas simplemente se caracterizan por reaccionar de manera más intensa ante los estímulos del medio pues son hipersensibles. No se trata de un don ni de una maldición, tan solo de una manera de ser diferente.
8 características de las personas altamente sensibles 
1. Reaccionan de manera excesiva ante los estímulos del medio. A las personas altamente sensibles les suelen molestar muchos estímulos del medio, situaciones que para los demás normalmente pasan casi inadvertidas, como las luces brillantes, el desorden, un tono de voz ligeramente más alto de lo normal, una textura peculiar de una superficie o un olor desagradable. Por ejemplo, estas personas pueden rechazar determinadas prendas de vestir porque su tacto en el cuerpo les resulta realmente insoportable o sentirse mareadas e incómodas en una habitación desordenada. Estas sensaciones son tan intensas que les pueden llevar a escapar del lugar, irritarse o deprimirse.
2. Suelen sentirse incomprendidos. Como estas personas son muy sensibles, no comprenden cómo los demás no reaccionan de la misma manera, sino que adoptan lo que ellos consideran una actitud “superficial” o “indiferente”. Por ejemplo, estas personas pueden estar compartiendo con un grupo de amigos y sentirse muy incómodas por un olor que los demás apenas perciben o no sentirse a gusto debido a la decoración del local ya que no cumple con los criterios estéticos básicos. Estas diferencias de sensibilidad los llevan a pensar que son “raros” y se pueden sentir muy solos e incomprendidos, sobre todo si se mueven en círculos donde se valora mucho la extroversión, la contención de las emociones y la firmeza. 
3. Son muy empáticos. Las personas altamente sensibles también son muy receptivas ante los sentimientos de los demás por lo que a menudo son particularmente empáticas ante los problemas de un amigo o incluso de personas que no conocen. En ocasiones, esta sensibilidad y empatía especiales las llevan a sufrir y preocuparse mucho más de lo habitual por problemas que no les conciernen directamente, es como si llevasen el peso del sufrimiento del mundo sobre sus hombros. De hecho, estas personas pueden reaccionar de manera muy emocional ante las injusticias o el dolor ajeno, llegando a sentirlo en carne propia. 
4. Viven a un ritmo más lento. Las personas altamente sensibles a veces sienten como si el mundo girara demasiado rápido a su alrededor. Y es que ellas tienen su propio paso y normalmente no se dejan contagiar con el ritmo frenético que marca la sociedad y que suelen seguir los demás. Las prisas no están hechas para ellos porque les hacen sentir mal, pueden provocarles la sensación de falta de control o incluso de vértigo. 
5. Les resulta más difícil tomar decisiones. Las personas altamente sensibles suelen captar detalles que pasan inadvertidos para los demás por lo que a menudo manejan más información que el resto. En algunos casos, esta sensibilidad extrema puede ser una ventaja, pero a veces les dificulta la toma de decisiones ya que tienden a sopesar con mucho detenimiento los pros y los contras, incluso en situaciones en las cuales no hay decisiones buenas o malas, como a la hora de elegir un plato en el restaurante. Por eso, en un grupo de amigos, la persona altamente sensible es aquella que siempre tarda más en decidirse, la que siempre pide tiempo para pensar un poco más. 
6. Tienen una intuición más aguda. Existe una teoría según la cual, la intuición no sería más que la capacidad a nivel inconsciente para captar una mayor cantidad de detalles, darles un orden y, a partir de este, extraer una conclusión probable. Esta idea explicaría a la perfección por qué las personas altamente sensibles también son más intuitivas. Al ser capaces de fijarse en los detalles más sutiles, pueden elaborar a nivel inconsciente un cuadro más pormenorizado de las situaciones y conocer con cierto nivel de certeza qué podría suceder. 
7. Disfrutan de la soledad. Estas personas suelen preferir las actividades en solitario que les permitan disfrutar del mundo desde su propia perspectiva. Por lo general, se sienten más a gusto en los grupos reducidos y evitan las grandes multitudes y el caos. Algunos son tímidos y odian ser el centro de la atención, pero aproximadamente un 30% de las personas altamente sensibles son extrovertidas, lo cual se debe, esencialmente, a la educación que recibieron cuando eran pequeños. 
8. Son más sensibles a las críticas. Las personas altamente sensibles reaccionan de manera más intensa a las críticas ya que se las toman muy a pecho, las asumen como algo personal, sobre todo porque también tienen una fuerte tendencia perfeccionista. Su deseo de evitar las críticas y su extrema empatía a menudo los llevan a ser muy educados. Estas personas jamás dejarían el carrito de la compra tirado en el aparcamiento ni intentarían pasar por delante de los demás en una fila porque respetan las normas de educación e intentan agradar a los demás. Además, normalmente son los primeros en darse cuenta de que alguien se está comportando de manera inadecuada, aunque es probable que no se lo hagan notar. 
Las relaciones de las personas altamente sensibles 
Relacionarse con las personas altamente sensibles suele ser una experiencia muy intensa que oscila entre una reconfortante energía positiva y una profunda desilusión. Por ejemplo, en una relación amorosa, la persona altamente sensible es capaz de apreciar todos los matices de su pareja, le conocerá como nadie y le llenará de una energía muy positiva. Sin embargo, poco a poco, también le irá pidiendo cada vez más hasta el punto en que la pareja no será capaz de satisfacer esas exigencias ya que no tiene su mismo nivel de sensibilidad. En otros casos, el problema surge a partir de pequeños desengaños cotidianos que se van agravando y dejan paso a la desilusión y las frustraciones. 
¿Cuál es la solución? 
Es importante que la persona altamente sensible sea consciente de sus características y sepa sacar a la luz lo mejor de ellas. Esto significa que debe trabajar para aprender a centrarse en las características positivas de los demás, en vez de resaltar continuamente sus errores. Por otra parte, también es importante que adecue sus expectativas, disminuya su nivel de exigencias y, sobre todo, que logre darle a los roces cotidianos en las relaciones su justo lugar, sin maximizar sus repercusiones. 
Por otra parte, quienes se relacionan con estas personas, deben intentar ponerse en su lugar y respetar su forma de ver y enfrentar la vida. El hecho de que a ti no te molesten determinados estímulos o comportamientos, no significa que los demás puedan aceptarlos o manejarlos con soltura.

09 enero 2019

EL DIFÍCIL ARTE DE DAR ESPACIO CUANDO SE AMA


Psicología/Pareja y Amor
EL DIFÍCIL ARTE DE DAR ESPACIO CUANDO SE AMA
En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos”, escribió el psicólogo Erich Fromm refiriéndose a la necesidad de poner en común, pero, a la vez, mantener la individualidad en la relación de pareja. 
El poeta y filósofo Kahlil Gibran añadió: “Amaos, pero no convirtáis el amor en una prisión. Es mejor que sea un mar que se mueve entre las orillas de sus almas”. 
Por desgracia, a menudo experimentamos un amor posesivo que termina auto destruyéndose. El deseo de poseer y controlar al otro termina quemando el oxígeno psicológico que toda relación necesita para sobrevivir. 
Cuando el amor no permite crecer, sino que demanda el sacrificio de la identidad en el altar del “nosotros”, no es amor sino posesión. Y está condenado al fracaso, o a la insatisfacción permanente de quienes se quedan atrapados en esa red. 
Convertirse en el guardián de la soledad de quien amamos 
Cuando amamos, necesitamos aprender a dar espacio al otro. Ese acto es, quizá, el único que puede salvar una relación, lograr que prospere a lo largo del tiempo y, sobre todo, garantizar que ese vínculo sea terreno fértil para que ambos puedan crecer. Necesitamos compaginar nuestra necesidad de unión con nuestra necesidad de separación.

¿Cómo lograrlo? A inicios del siglo XX, el poeta Rainer Maria Rilke ya nos brindaba una solución para romper la aparente dicotomía entre posesión y libertad que suele darse en las relaciones: 
“Esta es la tarea más importante para mantener un vínculo entre dos personas: que cada uno se convierta en el guardián de la soledad del otro. 
“Una vez que aceptamos que entre los seres humanos más cercanos existen infinitas distancias, ¡puede crecer una maravillosa vida junto al otro, si tienen éxito en amar la distancia entre ellos, la cual hace posible a cada uno ver al otro a través de un cielo abierto. 
“Amar será durante mucho tiempo y a lo largo de la vida, soledad, recogimiento prolongado y profundo para aquel que ama. Amar, sobre todo, no es nada que signifique evadirse de sí mismo, darse y unirse a otro, porque ¿qué sería la unión de unos seres aún turbios, incompletos, confusos? Amar es una sublime oportunidad para que el individuo madure, para llegar a ser algo en sí mismo”. 
Este poeta nos brinda una visión diferente del amor. No implica amar a alguien solo por las cosas que tenemos en común, sino también por aquellas que no compartimos y nos hacen diferentes. Significa amar no a pesar de las diferencias, sino amar también las diferencias. "Tengo que conocer a la otra persona y a mí mismo objetivamente, para poder ver su realidad, o más bien, para dejar de lado las ilusiones, mi imagen irracionalmente deformada de ella", escribió Fromm. Obviamente, eso también significa que no debemos intentar modelar al otro a nuestra imagen y semejanza sino convertirnos en guardianes de esas diferencias que nos hacen únicos.
Ya lo había dicho Erich Fromm: "en contraste con la unión simbiótica, el amor maduro significa la unión a condición de preservar la propia integridad, la propia individualidad". Respetar la individualidad, así como la necesidad de soledad, son las bases para construir una relación sólida y madura a lo largo del tiempo en la que ambas personas puedan crecer, juntas pero cada quien en su propio sentido, y se sientan a gusto.

Estos principios no solo son válidos en la pareja sino que se aplican a cualquier relación cercana o cualquier vínculo que se desee mantener durante toda la vida, ya sea entre amigos, hermanos o entre padres e hijos. 
“Toda compañía puede consistir únicamente en el fortalecimiento de dos soledades vecinas, mientras que todo lo que uno suele llamar darse a sí mismo es perjudicial por naturaleza para esa compañía: porque cuando una persona se abandona, ya no es nada, y cuando dos personas se dan a sí mismas, para acercarse, ya no hay ningún terreno debajo de ellas y estar juntos es una continua, caída”. 
“Los que querían hacerse el bien se relacionan de manera imperiosa e intolerante, y en la lucha por salir de su insostenible e insoportable estado de confusión, cometen el mayor error que puede acaecer en las relaciones humanas: se vuelven impacientes. Se apresuran a una conclusión; para llegar, como creen, a una decisión final, intentan de una vez por todas establecer su relación, cuyos sorprendentes cambios los han asustado, para seguir siendo los mismos ahora y por siempre”, sentenció Rilke.
Fuente:
Popova, M. (2018) The Difficult Art of Giving Space in Love: Rilke on Freedom, Togetherness, and the Secret to a Good Marriage. En: Brain Pickings.

08 enero 2019

los BENEFICIOS DE LOS ABRAZOS

Bienestar/Psicologíalos  El BENEFICIO DE LOS ABRAZOS

Los abrazos Reducen la presión arterial, el estrés, calman el dolor… 

Los abrazos además de ser una forma de contención emocional y una expresión de afecto, tienen grandes beneficios para la salud: Ayudan a controlar la presión, reducen el estrés, son aliados del corazón y más.
Según la terapeuta uruguaya creadora del Sistema Abrazo terapia y autora del libro El lenguaje de los abrazos Lía Barbery, la terapia de los abrazos es una técnica innovadora de regulación de las emociones y el cuerpo, que, utilizando los abrazos como un instrumento terapéutico, permite la aproximación a la persona como un ser holístico, es decir que integra armónica y equilibradamente el cuerpo, mente y las emociones.
1 Los abrazos   Ayudan a sentirse bien
Cuando una persona está mal, nada mejor que el abrazo contenedor y reconfortante de un ser querido. Desde el punto de vista físico, los abrazos ayudan a liberar endorfinas (dan sensación de bienestar) y oxitocina (hormona del amor). Según el investigador del Centro Médico Universidad de Loma Linda, en California y autor del libro la Molécula de la felicidad, Paul J. Zak, 8 abrazos por día ayudan a sentirse feliz y conectados con el resto. Además, abrazar 20 segundos a la pareja serían suficientes para que se incrementes los niveles de oxitocina.
Los abrazos  Disminuyen la presión arterial
Según un estudio de la Universidad de Columbia, cuando alguien recibe un abrazo, disminuye la presión arterial, ya que son activados los corpúsculos de Pacini (unas terminaciones nerviosas localizadas en la piel) que mandan señales al nervio vago (área cerebral encargada de regular el ritmo cardíaco y la presión arterial).
Los abrazos  3 Reducen el estrés
Los abrazos son una efectiva terapia natural para disminuir el estrés. Al abrazar a alguien, se reduce en el cerebro la producción de la hormona del estrés (cortisol), se libera tensión y se mandan señales de tranquilidad. Además de acuerdo con un estudio del Centro para la Investigación Cerebral de la Universidad Médica de Viena, Austria, incrementan la producción de oxitocina y sensación de bienestar.
4 Los abrazos son Aliados del corazón
Los abrazos también favorecen la mayor oxigenación de la sangre lo que hace que la actividad del corazón sea normal. Según una investigación de la Universidad de Carolina del Norte, las personas que no reciben abrazos desarrollan un ritmo cardiaco de 10 latidos por minuto en comparación con los que sí cuyo ritmo es de hasta 5 latidos por minuto.
5 Los abrazos  Calman el dolor
Una investigación del Dr. David Spiegel de la Universidad de Stanford California, Estados Unidos, encontró que los abrazos mejoraban la calidad de vida y reducían el dolor en mujeres con cáncer de mama metastático. Además de hallar que el dolor se reducían en un 50%, encontraron que las pacientes vivían el doble.
6 Los abrazos  Ayudan a liberar miedos
Según Sander Koole, encargada de un estudio de la Universidad VU de Amsterdam:
incluso fugaces y aparentemente triviales formas de contacto interpersonal pueden ayudar a las personas a lidiar con miedos existenciales
7 Los abrazos Fortalecen las defensas
Al abrazar a alguien, el cerebro ibera mayor cantidad de oxitocina, lo que disminuye el riesgo de sufrir infecciones o enfermedades y estimula la producción de anticuerpos que combaten los virus y las bacterias. Según la Dra. Dolores Krieger, profesora de enfermería en la Universidad de Nueva York, especialista en las terapias de contacto, al abrazar se fortalecen las defensas estimulando el nivel de hemoglobina que transporta oxígeno a los tejidos.
8   Los abrazos Favorecen el desarrollo de las neuronas
La carencia de afecto, lo cual incluye los abrazos, durante los primeros años de vida pueden llevas a la muerte de las neuronas, según científicos de la Universidad de Duke, en Estados Unidos. Para éstos, el contacto físico es fundamental para el desarrollo de las neuronas y el cerebro de un bebé que no es abrazado es cerca de un 20% más chico.
Los abrazos  son Importantes durante la vejez
Kathleen Keating asegura en su libro La terapia del abrazo, que el contacto físico es cada vez más importante conforme la gente envejece:
El contacto físico no es solo algo agradable, sino también necesario para nuestro bienestar psicológico, emocional y corporal, y acrecienta la alegría y la salud. El abrazo es una forma muy especial de tocar, que hace que uno se acepte mejor a sí mismo y se sienta mejor aceptado por los demás
10 Los abrazos  Disminuyen las probabilidades de infidelidad
Según un estudio realizado en la Universidad de Carolina del Norte, las parejas que duermen abrazadas son menos propensas a ser infieles. La razón, es que durante el abrazo se libera oxitocina, hormona que favorece la sensación de bienestar. Por ello, la pareja siente que todo va bien y no la necesidad de buscar algo más fuera.

07 enero 2019

¿QUÉ PASARÍA SI EN VEZ DE CASTIGAR A LOS NIÑOS, LES ENSEÑÁRAMOS A REFLEXIONAR?


/Psicología / EDUCACION                                                                             
¿QUÉ PASARÍA SI EN VEZ DE CASTIGAR A LOS NIÑOS, LES ENSEÑÁRAMOS A REFLEXIONAR?

Cuando los niños se portan mal, se les castiga. Así se hace en el hogar y así se hace en los colegios. Así se ha hecho desde siempre y así se sigue haciendo. Sin embargo, si queremos que las cosas cambien, si queremos que la sociedad mejore, quizá deberíamos cambiar nuestra forma de educar. 
Y eso es precisamente lo que se ha propuesto la escuela primaria estadounidense “Robert W. Coleman”, sus maestros no castigan a los niños, sino que les proponen algo diametralmente diferente: meditar.
El centro educativo, que se encuentra en Baltimore, ha creado una “Sala Mindful”, donde acuden todos los niños, también aquellos que han tenido comportamientos disruptivos. Una vez allí, en vez de reprenderles, se les anima a respirar y meditar, a reencontrar la calma, tranquilizarse y reflexionar sobre lo ocurrido. 
Este proyecto fue creado en conjunto con “Holistic Life Foundation”, una fundación que ha pasado más de una década ofreciendo programas extraescolares holísticos para los niños. De hecho, su director afirma que aunque puede parecer imposible que los niños se sienten a meditar en silencio, lo hacen sin dificultades. 
Por otra parte, el director del colegio afirma que desde que han puesto en marcha este proyecto, los estudiantes han mejorado mucho su comportamiento y ya no ha sido necesario recurrir a los castigos o a las suspensiones escolares.

Los increíbles beneficios de la meditación mindfulness para los niños

La meditación mindfulness existe desde hace miles de años, aunque solo ahora el mundo occidental está redescubriendo sus beneficios. De hecho, está técnica ya se ha introducido en muchas terapias psicológicas y poco a poco también va ganando terreno en la educación
Se ha comprobado que este tipo de meditación mejora la atención, por lo que es ideal para los niños con déficit de atención e hiperactividad. También reduce el estrés, fomenta la empatía y potencia el autocontrol emocional, por lo que se recomienda en los niños que sufren un trastorno oposicionista desafiante o que muestran conductas agresivas.
Esto se debe a que la meditación mindfulness provoca cambios a nivel cerebral, sobre todo en las regiones vinculadas con la atención, el procesamiento de la información sensorial, el pensamiento y la toma de decisiones.
n un estudio realizado en la Universidad de Harvard se apreció que estas áreas de la corteza cerebral muestran un engrosamiento cuando se practica la meditación mindfulness, el cual se suele alcanzar de manera natural solo con el paso de los años. Esto significa que algunas zonas del cerebro se desarrollan más rápido cuando se medita, por lo que es una herramienta muy poderosa para estimular la maduración cerebral en los niños.
Por otra parte, un metaanálisis realizado por psicólogos de la Universidad de Chicago que incluyó los datos de 270.034 niños de 213 escuelas en las que habían puesto en marcha programas de meditación mindfulness, llegó a la conclusión de que esta técnica no solo mejoraba sus habilidades sociales y emocionales sino también su desempeño académico, en una media de 11 puntos.
Estos resultados no son casuales. De hecho, se ha comprobado que la meditación mindfulness también incrementa la densidad de materia gris en el hipocampo, una zona estrechamente vinculada con la memoria y el aprendizaje. Por tanto, no es extraño que los niños que aprenden a meditar también mejoren su aprendizaje.

Meditación midnfulness: El antídoto para el estrés que genera la vida moderna

La meditación mindfulness no es simplemente una técnica, no implica sentar a los niños a meditar durante un rato y después olvidarse del asunto, implica asumir un estilo de vida diferente y comprender que los niños necesitan ser felices, no ser los mejores, que necesitan jugar y tener un ritmo de vida más relajado, en vez de sentirse presionados constantemente por obtener buenas calificaciones.
Por eso, la meditación puede convertirse en una especie de antídoto contra muchos de los problemas modernos. Los padres y maestros pueden usarla para:
- Enseñarles a mantenerse calmados, en vez de perder el control
- Enseñarles a estar plenamente presentes, en vez de tener la mente en otra parte
- Enseñarles a disfrutar de las pequeñas cosas, en vez de apostar únicamente por la tecnología
- Enseñarles a ser empáticos y compasivos, en vez de distantes y egoístas
- Enseñarles a mirar dentro de sí, para que sean más conscientes y responsables, en vez de dejar que miren continuamente hacia afuera en busca de culpables
- Enseñarles a bajar el ritmo cada vez que sea necesario, en vez de empujarles a perseguir el "éxito" 

3 ejercicios para desarrollar una actitud mindfulness en los niños

Para desarrollar una actitud mindfulness en los niños, es importante que los adultos sean pacientes y perseverantes. Cuando se trata de niños pequeños, de 4 o 5 años, tan solo 5 minutos al día de "meditación" serán suficientes. Cuando sean mayores podéis dedicarle a esta actividad unos 15 minutos al día.
Se recomienda ponerla en práctica siempre a la misma hora, al menos tres días a la semana y en un lugar tranquilo, donde no os interrumpan. La idea es proponer la actividad bajo una perspectiva interesante y divertida. También es importante pedirle al niño que cuente sus sensaciones al terminar el ejercicio. Obviamente, es fundamental no juzgarle porque todas las experiencias son válidas. De hecho, es normal que algunos días esté más disperso y desconcentrado que otros, no se le debe criticar ni reprender.
1. Técnica "Los Astronautas"
El objetivo de esta técnica es que los niños aprendan a concentrarse en el momento presente, con todos sus sentidos. Para lograrlo, le dirás que vais a jugar a ser astronautas que visitan otros planetas. Él será el terrícola y tú el extraterrestre.
A continuación, dale una fruta y pídele que la experimente con todos los sentidos, como si nunca la hubiese visto. Es importante que no se le escapen los detalles porque su misión intergaláctica consiste en describirle esa fruta a un extraterrestre que no sabe qué es y quiere replicarla en su planeta. 
2. Técnica "Parte Meteorológico"
En este caso, el objetivo es potenciar la conciencia emocional del niño, haciendo que gane en introspección. Solo tenéis que sentaros y cerrar los ojos, para descubrir cómo os sentís en ese momento. Al principio puedes ayudarle preguntándole "¿Qué tiempo está haciendo allí dentro?" Si se siente relajado y tranquilo puede decir que brilla el sol, si está preocupado puede indicar que hay nubes y si se siente muy tenso, que está a punto de caer un chaparrón.
La idea es que observe el "tiempo" que hace en su interior, desde una postura desapegada. Aprovecha para explicarle que los estados de ánimo cambian como el tiempo y que no tiene sentido aferrarse a ellos. Debe aprender a observar, comprenderlos y dejarlos pasar. Verás que a medida que practicáis, el niño irá añadiendo más detalles a su "tiempo" interior, lo cual es sinónimo de que está ampliando su conciencia emocional.
3. Técnica "Como una Rana"
l objetivo de esta técnica es lograr que el niño aprenda a respirar profundamente y comience a dar los primeros pasos en la meditación mindfulness. Puedes empezar explicándole que imitaréis a la rana, un animal que puede dar grandes saltos, pero también puede quedarse muy quieta, observando lo que sucede a su alrededor, sin reaccionar de inmediato. 
Pídele que respire como la rana, tomando lentamente el aire por la nariz mientras infla la barriga y soltándolo muy suavemente por la boca, mientras se desinfla. Así sentados, la rana no se deja arrastrar por las miles de ideas que cruzan por su mente sino que se concentra en el movimiento de su barriga mientras respira. De esta forma le enseñas autocontrol y, de paso, le ayudas a respirar adecuadamente, no de forma entrecortada, como solemos hacer.
Fuente:  Durlak, J. A. et. Al. (2011) The impact of enhancing students' social and emotional learning: a meta-analysis of school-based universal interventions. Child Dev; 82(1): 405-432. 

06 enero 2019

TAMBIÉN HAY QUE APRENDER A AGRADECER LO QUE NO FUE


Psicología/ desarrollo personal    
 TAMBIÉN HAY QUE APRENDER A AGRADECER LO QUE NO FUE

La prisa nos engulle y el futuro nos consume. A caballo entre las prisas cotidianas y con la mirada permanentemente puesta en las metas futuras, a menudo damos por descontado muchos regalos de nuestra vida presente. Practicar el agradecimiento, al contrario, implica hacer un alto para apreciar lo que tenemos. Sin embargo, ¿qué sucedería si extendiéramos ese agradecimiento también a aquellas cosas que no fueron? 

Por cada camino que elijes, queda otro sin recorrer 

Hay que aprender a agradecer lo que no fue”, escribió la psicóloga Maritere Lee refiriéndose a cómo el agradecimiento puede tener un papel liberador, permitiéndonos hacer las paces con nuestro pasado, con lo no logrado y, en sentido general, con todo aquello que pudo ser pero que finalmente no fue. 
A lo largo de la vida, para que algunas cosas sean, otras no pueden ser. Podemos entender mejor este concepto si imaginamos que en cada punto de la vida nos encontramos ante muchísimos caminos. Algunos son muy parecidos, otros diametralmente opuestos. Cada vez que tomamos una decisión, por pequeña que sea, elegimos un camino y los otros se cierran automáticamente. 
Por eso, para que algunas cosas se hagan realidad, otras deben desaparecer de nuestro universo. Quedarnos aferrados a esos otros caminos que vislumbramos pero que no tuvimos el coraje de emprender o simplemente no tomamos porque la vida nos empujo en otra dirección, es completamente improductivo y genera infelicidad. 
Si a cada rato te haces la pregunta “¿Qué hubiera pasado si…?”, es probable que te hayas quedado atascado en algunos de esos cruces de camino. Como resultado, te será muy difícil avanzar porque arrastras contigo el peso de las posibilidades que nunca fueron y que ya no podrán ser. Esa pregunta implica que no has hecho las paces con tus decisiones y que no te sientes a gusto en tu presente porque sientes la necesidad de mirar atrás continuamente. Sin darte cuenta, hipotecas tu presente por algo que ya no será. 

El agradecimiento por lo que no fue 

En cambio, sentirse agradecido también por todo aquello que no fue, pero que en algún momento fue una posibilidad, nos permite liberarnos de la carga del pasado. Aceptar nuestras decisiones nos ayuda a deshacernos del resentimiento, el rencor o los remordimientos, permitiéndonos construir un futuro mejor. 
Aprender a agradecer lo que no fue también nos ayuda a hacer las paces con nuestro viejo “yo”, con la persona que tomó esas decisiones y que hoy nos ha llevado hasta donde estamos. Después de todo, como escribió Hermann Hesse: "La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo".
Eso significa que no hay caminos buenos o malos, en el sentido restrictivo de ambos términos, sino que las decisiones que tomamos son aquellas que necesitamos para crecer, aunque en un primer momento no nos parezcan las más adecuadas. Significa ser conscientes de que nuestras elecciones quizá no sean las mejores, pero sin duda tenían sentido para nosotros en el momento en que las tomamos, con el grado de madurez que teníamos y el conocimiento del que disponíamos. 
Entonces, ¿cómo experimentar agradecimiento por lo que no fue? 
elebra todas y cada una de tus decisiones porque ellas te han convertido en la persona que eres hoy. Incluso lo que consideras “malas decisiones” te han permitido crecer y adquirir sabiduría de vida. 
Celebra lo que has construido y sé consciente de que para llegar hasta donde estás, has debido dejar otras cosas en el pasado. Después de todo, madurar no es añadir cada vez más sino aprender a restar. 
No te aferres a lo que no ha podido ser. Siéntete agradecido por las diferentes posibilidades y ábrete a los nuevos caminos que tienes por delante.

DISTANCIA PSICOLÓGICA: LA CLAVE DE LA SABIDURÍA Y EL EQUILIBRIO


Psicología/ desarrollo personal                                                                               
DISTANCIA PSICOLÓGICA: LA CLAVE DE LA SABIDURÍA Y EL EQUILIBRIO
 
Ojos que no ven, corazón que no siente” dice un proverbio. Sin embargo, negar la evidencia y mirar hacia otro lado no suele ser la mejor estrategia, sino que puede conducirnos a tomar malas decisiones de las que después terminemos arrepintiéndonos. 
Al respecto, la filósofa Ayn Rand dijo: “podemos evadir la realidad, pero no podemos evadir las consecuencias de evadir la realidad”. Por eso, en vez de ignorar los hechos y simplemente sentarnos a esperar que la vida decida en nuestro lugar, lo más inteligente es aprender a establecer una distancia psicológica. 
¿Qué es la distancia psicológica? 
No percibimos de la misma manera un evento cuando se desarrolla cerca de nosotros que cuando ocurre en la distancia. Cuando los hechos ocurren muy cerca, respondemos con un mayor nivel de activación emocional puesto que percibimos que podemos vernos implicados directamente en la situación. Cuando ocurren más lejos, nos sentimos más tranquilos y el nivel de implicación emocional es mucho más bajo. 
Por tanto, la distancia psicológica es el espacio subjetivo que percibimos entre nosotros y las cosas, los sucesos o las personas. Es una experiencia de separación de carácter egocéntrico, en la cual nos convertimos en el punto de referencia, a partir del cual vemos las cosas en perspectiva, como si fuéramos una tercera persona no involucrada en la situación o, al contrario, nos implicamos a nivel intelectual y emocional. La habilidad para ajustar la distancia psicológica es importantísima para la vida, como comprobó un estudio desarrollado en la Universidad de Michigan.
Estos psicólogos hallaron que cuando asumimos una distancia psicológica no solo somos más propensos a reconocer los límites de nuestro conocimiento sino que también aceptamos la probabilidad de que el futuro cambie. En práctica, la distancia psicológica nos permite ser más humildes y autoconscientes, siendo a la vez más flexibles y abiertos a la incertidumbre, características clave para convertirnos en personas sabias y equilibradas. 
Los dos niveles de análisis de la distancia psicológica 
Todos los eventos se pueden ubicar en una línea imaginaria respecto a nosotros, en un extremo colocamos lo “absolutamente distante” y en el otro lo “absolutamente cercano”. En base a ello, activamos un nivel de procesamiento, que puede seguir dos vías: la baja o la alta. Ambos se activan inconscientemente, pero los aplicamos día tras día.
La vía alta 
Cuando un evento es distante en el tiempo, en el espacio, difiere de nuestro ámbito social o es muy improbable que ocurra, lo procesamos de manera “alta”. Es decir, trabajamos con una representación abstracta, simple, estructurada y descontextualizada porque estar “lejos” simplemente nos impide acceder a una imagen más precisa o no nos motiva a profundizar en lo que está sucediendo. 
Lo interesante es que cuando se activa la “ruta alta”, solemos aplicar ese nivel de procesamiento a toda la información entrante relacionada con el suceso. Es decir, aplicamos un esquema más impreciso y general a todo lo que, de una forma u otra, esté relacionado con la situación que percibimos como lejana.
Las investigaciones sobre las decisiones de ahorro para la jubilación sugieren que, aunque las personas saben que deberían ahorrar más para el futuro, gastan mucho y ahorran muy poco. Esto se debe a que la jubilación se procesa por la vía alta ya que se percibe como algo muy distante. Y todo lo que esté relacionado con ese tema también se procesa de la misma forma, de manera que no creemos necesario tomar acciones concretas aquí y ahora, simplemente lo postergamos. Ese es uno de los efectos de la distancia psicológica. 
La vía baja 
Si los eventos están más cerca en el espacio y el tiempo, nos sentimos identificados con ellos o es bastante probable que ocurran, activaremos la “vía baja”. Eso significa que construiremos representaciones lo más concretas posible, complejas, deconstruidas y descontextualizadas. Eso es precisamente lo que hacemos con toda la información importante en nuestra vida. 
Cuando algo es relevante, generalmente es un hecho muy concreto, pero aún así se extiende a muchas áreas de nuestra vida y generalmente terminamos con una idea bastante compleja pero desordenada de lo que está ocurriendo porque estamos explorando diferentes opciones para intentar encontrar una explicación satisfactoria.

Si una relación de pareja va mal, estaremos tan implicados emocionalmente con lo que sucede que lo procesaremos por la vía baja. Nos resulta difícil asumir una distancia psicológica y reflexionar objetivamente sobre la situación que estamos viviendo. Todos los sucesos vinculados con esa relación se agolparán en nuestra mente generando caos y confusión, pero no seremos capaces de valorarlos adecuadamente porque las emociones nos lo impiden.
¿Cómo ajustar los diferentes niveles de distancia psicológica? 
La distancia psicológica se manifiesta en diferentes niveles, cada uno tiene un efecto concreto en nuestro comportamiento y emociones, un fenómeno que estudia la Teoría del Nivel Construal. Esos niveles se pueden ajustar para poder asumir una actitud más objetiva, analizar nuestros sesgos cognitivos y el nivel de implicación emocional en la situación. En la mayoría de los casos es necesario aumentar la distancia psicológica, pero en otras ocasiones debemos disminuirla para realizar un análisis más concreto y sensible del problema.

- Distancia Social. La distancia social es aquella que existe entre nosotros y los demás, la cual se acorta cuando somos capaces de ponernos en el lugar del otro y ser empáticos. Al contrario, se alarga cuando usamos un lenguaje más abstracto y despersonalizado, o cuando no nos mostramos receptivos a su discurso y no validamos sus emociones. 

- Distancia Temporal. La distancia temporal se mide en términos de pasado, presente y futuro. Se ha demostrado que cuando establecemos plazos más cortos somos más productivos, nos agobiamos menos y terminamos obteniendo mejores resultados. La estrategia psicológica para gestionar adecuadamente la distancia temporal es visualizar el futuro. Por ejemplo, si te sientes ansioso por un proyecto que debes entregar, imagina que ya lo has entregado. Centrarte en los resultados inmediatos te ayudará a relajarte y obtener mejores resultados. 
- Distancia Espacial. La distancia espacial es una de las más sencillas de manipular. Por ejemplo, se ha demostrado que cuando alejas de ti un objeto disminuye tu interés hacia este pero si lo acercas aumenta tu interés. Es un truco especialmente interesante para las dietas, pero poner una distancia entre la persona con la cual estabas discutiendo también te permitirá alejarte un poco del problema y serenarte. 
- Distancia Experiencial. La distancia experiencial se mide por la brecha entre lo que imaginamos y esperamos y lo que finalmente vivimos. Cuanto más grande sea esa brecha, mayor puede ser la frustración y el enfado. Al contrario, cuando más pequeña sea, mayor será nuestra satisfacción. La manera de manipular esta distancia consiste en mantener a raya nuestras expectativas. Disponernos a vivir las experiencias sin expectativas es la mejor manera de sacar el máximo provecho de la distancia experiencial.

Lo interesante es que, cada vez que ajustas un nivel, acortas o alargas la distancia psicológica, de manera que puedes implicarte más en la situación o, al contrario, asumir una perspectiva más objetiva. Según la situación y tus estrategias de afrontamiento, puedes jugar con las diferentes distancias para tomar en cada momento las mejores decisiones.