10 REFLEXIONES QUE CAMBIARÁN PARA SIEMPRE TU MANERA DE
ENTENDER LA FELICIDAD
Descubre lo que nunca nadie te había contado acerca de la
felicidad.
¿Eres feliz… del todo?
Ser feliz está mal visto. Te toman por loco o directamente
no te creen. En mis talleres a veces hago esta pregunta: “cuan felices sois?”
y, si tuviese que hacer una respuesta “tipo”, sería: “La felicidad completa no
existe, es imposible, siempre te pasará algo que te impida ser feliz del todo”.
Yo siempre respondo lo mismo: mal negocio supeditar
tu propio bienestar a lo que pueda suceder ahí fuera.
La vida, en esencia, tiene altibajos. Así, negarte la
felicidad porque las cosas no suceden como deseas sería como negar tu propia
existencia como ser humano. Esta es la vida que nos ha tocado. No hay más.
Lamentarse porque las cosas no son como deseamos no arregla nada. Cero. Ni un
ápice.
Mira, la felicidad no es pretender que todo suceda
de modo que estés bien, sino que es llegar a estar bien independientemente de
lo que suceda ahí fuera. Del mismo modo, tal vez no puedas decidir sobre
todo lo que tienes que hacer en cada instante, pero sí que puedes decidir hacer
todo lo que haces estando bien.
Menudo trabalenguas, ¿no? Te animo a que leas de nuevo el
párrafo anterior. Es de una importancia tremenda. En serio, si eres capaz de
interiorizar estas cuatro líneas anteriores y hacer lo que tienes que
hacer para ponerlas en práctica, ya lo tienes, no necesitarías seguir
leyendo.
Reflexión 1#: la felicidad NO se consigue
Y es que estamos acostumbrados a “perseguir” la felicidad;
nos hemos creído que existen recetas mágicas del tipo “consigue un buen empleo
y bien pagado, cómprate una casa grande, busca una pareja para toda la vida o
hazte famoso”, y entonces, serás feliz. ¿Te suena?
Lo primero que te diría es: la felicidad no es algo que se
consiga. Te cuento una idea que cambió para siempre mi vida: la
felicidad es algo que ya tienes. Es decir, no tienes que hacer nada
para conseguirla, no tienes que perseguirla… En lugar de eso, preocúpate de
mimarla, nutrirla, blindarla, elevarla.
Cuando no te sientes feliz en realidad es porque, de algún
modo, le estás dando palos a la felicidad que ya tienes. Pero, créeme, ya eres
feliz.
Me encanta el símil de la felicidad y la mariposa: si la
persigues, se escapa; si la esperas tranquilamente, se posa en tu hombro.
Reflexión 2#: tienes que saber tu dirección vital para
ser feliz
Si no te conoces a ti mismo ni sabes hacia dónde te diriges,
se tercia complicado que aspires a una existencia feliz. Además, el viaje se va
reinventando a cada paso ya que lo que crees que eres y lo que quieres cambia
con el tiempo.
Total: otro pilar de la felicidad es el
autoconocimiento y la capacidad para ir reajustando con los años todo lo que
haces de modo que sigas siempre por tu propia senda.
Reflexión 3#: lo que haces (y lo que no) influye en tu
felicidad
Arrepentimiento: esto es lo que sienten muchas
personas cuando se ven al final de sus vidas; arrepentimiento por todo lo que
no han hecho y tendrían que haber hecho. La felicidad significa que sigues
tu intuición y a cada instante haces lo que sientes que es más sensato.
Así, La felicidad también está relacionada con todo
lo que hacesen la vida, y cómo todo eso que haces contribuye a satisfacer
tus valores más profundos y esenciales.
Reflexión 4#: sacrificio y felicidad son
incompatibles
La felicidad no es compatible con el sacrificio. Nos han
inculcado que para ser feliz y conseguir lo que deseas es condición sine
qua non esforzarse hasta niveles extremos y, amigos, por más que me he
sacrificado en el pasado solo he conseguido más y más frustración, más y más
sentimientos de resentimiento e irrealidad.
De verdad, no te lo creas, el sacrificio solo es
opcional.
Reflexión 5#: tristeza y felicidad
SON compatibles
Este es uno de los mayores caballos de batalla. Muchos creen
que la felicidad es algo utópico, un imposible, ya que creen que solo
serán felices cuando entren en una burbuja temporal y no les pase nada
«malo» ni a sí mismos ni a sus allegados (enfermedades, dificultades
económicas, etc). Es como si experimentar sentimientos de pérdida o tristeza
fuesen «malos» y provocasen nuestra infelicidad.
Mira, esos sentimientos son los que justamente nos
diferencia de otras especies; toda emoción tiene un sentido. Así, un
sentimiento de profunda tristeza nos hace vivir ese momento acorde a lo
que está pasando y a comprender que eso que está sucediendo nos importa
de verdad.
¿Te imaginas qué sucedería si de la noche al día nadie
sintiese tristeza? ¿Querrías vivir en ese mundo? Fíjate que solo las
personas que calificamos como enfermas (psicópatas, por ejemplo) son las que
carecen de la habilidad para empatizar con otros humanos y sentir lo que ellos
sienten. Los sentimientos de este tipo nos ayudan a soltar lastre, a vivir
intensamente ese momento y a valorar tremendamente aquello por lo que
sentimos esa emoción.
La próxima vez que sientas tristeza piensa: esto es
justamente lo que me hace humano. ¿Podrías ser feliz sin sentirte humano?
La felicidad muchas veces podría asemejarse al agua, es
decir, pasa por tener la habilidad de adaptarte y fluir. Otra
metáfora que me encanta es la del bambú y el roble: solo el bambú sobrevive al
vendaval debido a su capacidad para doblarse y adaptarse a las condiciones
externas.
Como en todo en la vida, hay que buscar el equilibrio entre
las convicciones y la flexibilidad. La flexibilidad excesiva nos empuja a la
indeterminación y a la irrealidad; la perfección y convicción extrema nos hace
débiles y víctimas de los fracasos. Encuentra tu punto intermedio.
Reflexión 7#: tienes que llegar a tus propias
conclusiones para ser feliz
En la vida no hay varitas mágicas. Tú tienes que andar el
camino y llegar a tus propias conclusiones. No existen verdades
absolutas. Nadie tiene la verdad absoluta que encaja perfectamente contigo.
Yo tampoco. Eso sí: tú tienes tu propia verdad. Permítete descubrirla y
vívela plenamente.
Lee mucho y experimenta mucho también. Distingue entre lo
que te ayuda y lo que no. Pasa el tiempo con personas inspiradoras.Camina,
tropieza, cae, levántate, vuelve a caminar, vuelve a tropezar. Aprende.
Reflexión 8#: el perfeccionismo es enemigo de la
felicidad
La ambición y aspiraciones personales concretas son
maravillosas; así, saber exactamente qué es lo que quieres y para qué lo
quieres es una manera genial de adquirir los compromisos necesarios para
pasar a la acción y caminar hacia tus anhelos como ser humano.
Ahora bien, apegarse a metas extremadamente concretas
y perfeccionistas pueden ser peligrosas, sobre todo si has
asociado tu felicidad a la consecución de dichas metas.
Claro que es necesario tener expectativas en la vida; ahora
bien, procura siempre disfrutar del camino sin apegarte demasiado al
resultado de tus acciones y decisiones. Recuerda: eres un ser humano, no un
ser omnisciente y omnipotente.
Reflexión 9#: la generosidad aporta felicidad
Las personas que más regalan a los demás (tiempo,
ayuda, dinero, conocimiento, etc) tienden a sentirse más felices.
Además, echar una mano a personas que están en situaciones
más desfavorables hacen que veas tu propia vida con mas perspectiva, apreciando
aspectos que tal vez hasta ese momento habías dado por sentado y ni siquiera
los habías puesto en valor.
Personalmente siempre dedico entre un 5 y un 10 por ciento
de mi vida profesional a la colaboración altruista, siempre trabajando con
personas en riesgo de exclusión. Esta colaboración no solo me ayuda a saber que
estoy colaborando a crear un mundo, sino que también me ayuda a valorar mi vida
en su conjunto.
Reflexión 10#: mima tus relaciones personales
Un
estudio
de la Universidad de Harvard de más de 70 años de duración y donde
hizo el seguimiento a decenas de personas a lo largo de su vida, concluyó lo
siguiente: el pilar básico en el que se asienta los sentimientos de
felicidad está en la calidad (no cantidad) de las relaciones personales que
mantenemos a lo largo de nuestra vida.
Mima y cuida las relaciones con tus allegados si quieres
tener una existencia feliz.
Reflexión extra#: la felicidad es contagiosa
La felicidad, al igual que muchas otras emociones,
es contagiosa. ¿Qué
estado de ánimo quieres tener a tu alrededor?