psicología /desarrollo personal
TU SALUD MENTAL ES MÁS
IMPORTANTE QUE TU TRABAJO
A inicios de los años ‘80,
cuando Howard Scott Warshaw tenía 23 años, conoció a Steven Spielberg. Warshaw
se había construido un nombre en Silicon Valley después de diseñar el exitoso
videojuego para Atari 2600 Indiana Jones, de manera que Spielberg lo eligió
para diseñar un juego sobre E.T. basado en su popular película de 1982.
Atari y Spielberg perdieron
un tiempo precioso negociando los derechos del producto, de manera que Warshaw
apenas tuvo cinco semanas para crear desde cero aquel juego. El juego de
Indiana Jones le había tomado todo un año de trabajo.
Warshaw se puso manos a la
obra. Trabajó frenéticamente las 24 horas del día, los 7 días de la semana. El
resultado fue lo que se catalogó como el “peor videojuego de todos los
tiempos”. El resultado fue tan desastroso que Atari no solo tuvo un montón de devoluciones,
sino que se vio obligada a enterrar millones de cartuchos en un vertedero en Nuevo
México.
Hoy, con un mundo que gira
a una velocidad vertiginosa, donde todo “es para mañana”, cualquiera puede
sentirse plenamente identificado con la situación de Warshaw. Los entornos de
trabajo modernos presionan, esperando que actuemos como máquinas perfectamente
engranadas y quieren que tengamos éxito en poco tiempo. Nos piden que pensemos
como ordenadores, que abordemos las tareas a una velocidad imposible y
respondamos en 5 segundos, para no ser catalogados como personas indolentes.
Es imposible.
Y estamos pagando un alto
precio por ese ritmo de trabajo, sobre todo en términos de salud mental. La
Organización Mundial de la Salud ha afirmado que la depresión debe afrontarse
como una crisis global y ha alertado de que el agotamiento es el principal
riesgo laboral al que nos exponemos, el cual se ha convertido en la “nueva
normalidad”.
El principal problema es
que el trabajo se considera una insignia de honor. Tener éxito en el trabajo a
menudo se equipara con tener una vida exitosa. Nos han programado desde
pequeños para trabajar duro, el compromiso con el trabajo está grabado en
nuestras conexiones sinápticas. Pensamos que un trabajo bien hecho es un buen
motivo para estar orgullosos, cueste lo que cueste.
Sin embargo, cuando el
entorno de trabajo se convierte en un lugar tóxico nos arrebata nuestro
equilibrio psicológico y nuestra salud. El trabajo de nuestra vida nos
roba toda nuestra vida. Antes de llegar a ese punto y que sea demasiado
tarde, hay que hacer un alto en el camino y pensar lo que podemos cambiar.
¿Por qué deberías darle más importancia a tu salud
mental?
1.
Porque
no eres tu profesión. A pesar de que muchas personas se
identifican con su profesión, es importante ser conscientes de que no somos
únicamente un psicólogo, un abogado o un médico. Nuestra profesión, por mucho
que la amemos, es tan solo una de nuestras distintas facetas, por lo que no
debemos permitir que obscurezca el resto. Debemos tener cuidado con esa
mentalidad de rol, con confundir la profesión con nuestra identidad, dejando
que esta nos defina completamente porque terminaremos siendo una versión
limitada de lo que podríamos ser.
2.
Porque
no hay “éxito” sin salud mental. Los reconocimientos, las
bonificaciones y los títulos elegantes no pueden hacer que recuperemos nuestra
salud una vez que la hemos perdido. Si comes encadenado al escritorio o
respondes correos y mensajes a mitad de la noche, a largo plazo eso te pasará
factura. Y no vale la pena pagar con nuestra salud mental o física. De seguro
tu epitafio no se referirá a lo rápido que respondías a los correos electrónicos
o a cuán eficiente eras. No cometas el error de cambiar éxito por salud, y de
confundir “una buena vida” con una “vida de bienes”.
3.
Porque
hay más probabilidades de que todo fluya bien cuando pones límites. Es
importante conocer la diferencia entre estar comprometido con el trabajo y
preocuparse hasta límites insanos porque solo existen unos pocos pasos de
distancia entre uno y otro. Establece límites y horarios, de manera que puedas
desconectar del trabajo. Dejar espacio para rituales de descanso y guardar un
tiempo para ti en realidad fomenta la eficiencia y la productividad, además de
permitirte ser más creativo. Cuando mejor te sientas, más rendirás y con menos
esfuerzo.
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