psicología/ desarrollo personal
LAS LEYES QUE GOBIERNAN LAS EMOCIONES
1. Ley del significado situacional. Esta ley nos indica que las emociones
derivan de las situaciones que vivimos, pero va un paso más allá para afirmar
que generalmente las situaciones similares generarán respuestas emocionales muy
parecidas. Es decir, las cosas que nos enfadan, probablemente nos continuarán
enfadando durante mucho tiempo; si tememos a los insectos probablemente nos
continuaremos asustando ante los mismos… aunque variemos la intensidad de la
respuesta emocional, existe una gran posibilidad de que idénticas situaciones
despierten siempre la misma emoción.
2. Ley de la preocupación. Nosotros sentimos porque nos preocupamos, porque mostramos cierto
interés hacia algo o alguien. Las emociones se despiertan porque algo nos
resulta particularmente significativo y halla un eco en nuestro sistema de
valores.
3. Ley de la realidad aparente. Todo lo que a nosotros nos parezca
real, despertará respuestas emocionales reales. En otras palabras, la forma en
la cual interpretamos las más diversas situaciones determinará nuestra
emocionalidad. Esta es la razón por la cual los filmes o los libros de mala
calidad no despiertan nuestras emociones, porque los asumimos como hechos
irreales mientras que un buen libro o un excelente filme nos hace vivenciar la
ficción cual si fuese un hecho real en el cual nos involucramos emocionalmente.
4. Ley de la habituación. Nuestra respuesta emocional decrece cuando nos vamos acostumbrando
a los eventos, es como si desarrollaramos cierto umbral de sensibilidad que
aumenta con la repetición. Tal es el caso del personal médico que se acostumbra
a la muerte.
5. Ley del cambio. Al contrario de la ley de la habituación, esta ley hace referencia a
que, cuando vivenciamos un cambio, respondemos de manera altamente emociógena
ante el mismo.
6. Ley de las emociones comparadas. A lo largo de la vida desarrollamos un
marco de referencia emocional con el cual, muchas veces de manera inconsciente,
comparamos nuestras respuestas emocionales y la intensidad de las mismas. De
esta forma controlamos la intensidad emocional y no mostramos un overreacted.
7. Ley de la asimetría hedónica. Aunque según la ley de la habituación
la recurrencia debe minimizar el impacto emocional de los hechos; hay algunas circunstancias
que se escapan a esta regla. Así, hay cosas a las cuales no nos acostumbramos y
cada vez que nos debemos enfrentar a las mismas activamos una emoción
igualmente fuerte. Sin embargo, estos hechos suelen tener implicaciones
negativas como puede ser la pérdida de un ser querido o la pérdida del trabajo
mientras que aquellos hechos que despiertan emociones positivas son más influenciados
por el hábito, observándose respuestas cada vez más pobres ante los mismos. En
resumen: tenemos una tendencia a acostumbramos a los hechos felices pero ante
el dolor nos mostramos igualmente emocionales.
8. Ley de conservación de los momentos emocionales. Los eventos mantienen su poder
emocional a través de los años si no los revaloramos nuevamente a la luz de las
nuevas experiencias. Así, a menos que reflexionemos sobre la verdadera
importancia de haber desaprobado un antiguo exámen, éste seguirá acechándonos
desde nuestra memoria para activarse en cualquier momento como un recuerdo
vergonzoso o doloroso.
9. Ley del cierre. Tendemos a responder de forma absoluta ante nuestras emociones y
éstas nos guían a un camino u otro totalmente antagónico. En otras
palabras, cuando estamos tomados emocionalmente vemos las cosas en blanco y
negro por lo cual nuestros comportamientos o posibles decisiones no tendrán
matices. De ahí que el conocimiento popular aconseje tomar las decisiones
cuando pase la borrasca emocional.
10. Ley del cuidado y las consecuencias. Las personas normalmente tienen la
posibilidad de reconsiderar sus emociones y modificarlas en relación con sus
posibles consecuencias. Por ejemplo, la ira puede provocar sentimientos
violentos dirigidos hacia otras personas pero somos capaces de valorar lo que
sentimos, delimitar responsabilidades y reorganizar nuestro comportamiento.
Desgraciadamente esta es una de las leyes que no siempre se cumple.
11. Ley de la descarga brillante. Sabemos que el impacto emocional de los
acontecimientos depende en gran medida de nuestra interpretación de los mismos.
Así, las personas tienden a reinterpretar las situaciones para disminuir el
impacto emocional negativo de las mismas. El problema radica en que usualmente
generamos una reinterpretación ilusoria.
12. Ley de la gran ganancia. Cuando una situación negativa puede brindarnos una ganancia
emocional, tendemos a reinterpretarla y utilizarla a nuestro favor. Quizás el
ejemplo más común es cuando nos percatamos de que con nuestro enojo podemos
hacer que las demás personas respeten nuestra orden.
Por supuesto,
podemos discrepar de algunas de estas leyes pero les pido que las analicen como
el primer intento de brindarle una sistematización al complejo mundo de las
emociones. Así, aunque no las tomemos al pie de la letra, pueden servirnos como
punto de partida para reflexionar sobre cómo se manifiestan en cada uno de
nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario