05 febrero 2020

PSICOLOGÍA/ANSIEDAD SECUNDARIA: LA ANSIEDAD QUE GENERA VIVIR CON


PSICOLOGÍA/ANSIEDAD SECUNDARIA: LA ANSIEDAD QUE GENERA VIVIR CON ANSIEDAD
  • Si las punzadas de la ansiedad te generan más ansiedad, si experimentas pánico cuando sientes el corazón acelerado y cada vez temes más a los síntomas ansiosos, es probable que estés sufriendo lo que se conoce como “ansiedad secundaria”. O sea, tu ansiedad te está generando más ansiedad.
  • Todos hemos experimentado ansiedad en algún momento de nuestras vidas, pero normalmente podemos lidiar con esa sensación de aprensión y tensión. Sin embargo, cuando no logramos gestionar esas reacciones y comenzamos a temerles, corremos el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad que se autoalimenta, generando un bucle en el cual la ansiedad se convierte tanto en causa como en consecuencia.
  • ¿Qué es la ansiedad secundaria ?
  • El término “secundario” se utiliza para describir un problema que surge como resultado de una condición primaria. En el caso de la ansiedad secundaria, esta se origina del temor a la ansiedad, específicamente debido al manejo inadecuado de la meta ansiedad, que es todo lo que pensamos sobre nuestra ansiedad y lo que sentimos respecto a esas sensaciones.
  • De hecho, en muchos casos el trastorno de ansiedad no es el problema principal sino secundario. Un estudio realizado en la Escuela de Medicina de Harvard desveló que el 40% de los casos de trastornos de ansiedad generalizada corresponden a una ansiedad secundaria.
  • En la práctica clínica, el gabinete PsicoAbreu, conformado por un grupo de psicólogos en Málaga especializados en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, confirma que en muchos de los casos de ansiedad que acuden a consulta, la ansiedad secundaria tiene un papel protagónico en la instauración y mantenimiento del trastorno.
  • Los 5 peligros que encierra la ansiedad secundaria
  • Como apuntó Daniel Defoe, “el peso de la ansiedad es mayor que el mal que provoca”. La ansiedad secundaria puede llegar a ser muy discapacitante afectando la calidad de vida de quien la sufre.
  • La ansiedad secundaria intensifica las emociones desagradables. Todo aquello a lo que te resistes, persiste. La resistencia a la ansiedad también agrava el problema que se encuentra en su base. Cuanto más te preocupes por sentirte ansioso y más le temas a los síntomas, más combustible le añadirás a esas emociones desagradables, generando un malestar mayor.
  • La ansiedad secundaria da pie a otros trastornos. La meta ansiedad puede causar otros problemas psicológicos. De hecho, la ansiedad secundaria tiene una mayor comorbilidad que la ansiedad primaria. Se ha constatado que las personas que padecen ansiedad secundaria son más propensas a sufrir agorafobia, estrés postraumático, depresión mayor y abuso de sustancias.
  • La ansiedad secundaria perfila un futuro gris. Si crees que no puedes gestionar tus emociones, estarás alimentando una profecía que se autocumple. Dado que la ansiedad existe en el futuro, en el mundo de las posibilidades, anclarte a la creencia de que no puedes hacer nada para mejorar la ansiedad, te hará entrar en un callejón sin salida que alimentará un estado de indefensión en el que crece la ansiedad.
  • La ansiedad secundaria erosiona la autoconfianza. Temer a tus emociones y pensar que escapan de tu control terminará afectando la imagen que te has formado de ti mismo. Es probable que empieces a pensar que no eres capaz de recuperarte y, por ende, ni siquiera lo intentarás, cerrando un círculo vicioso en el que cada vez te sientes más atrapado y con menos alternativas.
  • La ansiedad secundaria te impide comprender el mensaje primario. La meta ansiedad hace que te centres demasiado en el miedo, desviando tu atención de la situación que generó el cuadro primario. Eso significa que te resultará más difícil descubrir su causa. Considera que la ansiedad es una señal que te indica que tienes algún problema que debes solucionar. La meta ansiedad hará que te vayas por las ramas, impidiéndote llegar a la raíz del problema.
  • ¿Cómo se instaura la ansiedad secundaria?
  • La ansiedad secundaria es el resultado del miedo y la preocupación por los síntomas ansiosos y la consecuente resistencia a ellos. Si has sufrido un ataque de pánico, por ejemplo, sabrás que no es una experiencia agradable.
  • De repente el corazón se desboca, la respiración se acelera y se hace más entrecortada, experimentas sudores fríos, puedes sentir mareos y sufres un miedo tan intenso que el cerebro se “apaga”. A esos síntomas sumamente desagradables se le suma la incertidumbre por no saber qué está sucediendo.
  • Cuando finalmente superas el episodio, es probable que te atenace un temor: ¿Y si me ocurre de nuevo?
  • Ese miedo desencadena un mecanismo de hipervigilancia. En práctica, se desata una especie de “paranoia” que te lleva a prestar más atención a los pequeños cambios que puedan avisarte de que vas a sufrir otro ataque de ansiedad. Eso puede hacer que malinterpretes pequeñas señales fisiológicas totalmente normales, lo cual desencadenará otro ataque de pánico, esta vez autoprovocado.
  • Ese estado de escrutinio constante aumenta además la ansiedad basal; o sea, comienzas a vivir con los nervios a flor de piel, tensos, a la espera de que ocurra algo negativo de un momento a otro. Ese estado termina complicando y agravando el cuadro ansioso de manera significativa, actuando como un catalizador de la ansiedad crónica.
  • ¿Cómo eliminar la ansiedad secundaria?
  • Temer a la ansiedad no es útil. Ese miedo no solo agrava la experiencia ansiógena sino que también genera una gran debilidad. Por supuesto, nadie se propone conscientemente autosabotearse, la ansiedad secundaria es una reacción normal a las situaciones que nos asustan. Eso significa que no hay que sentirse culpables, pero debemos comprender que ese miedo solo empeora la experiencia.
  • Para eliminar la ansiedad secundaria hay que actuar en tres niveles: físico, emocional y racional.
  • A nivel físico. Los síntomas de la ansiedad provocan intensas reacciones a nivel fisiológico, pero si detectas rápidamente los primeros signos, podrás gestionarlos antes de que empeoren. Aprender ejercicios de respiración, por ejemplo, te ayudará a calmarte rápidamente.
  • Diferentes estudios, entre ellos uno realizado en la Universidad de Warwick, han comprobado que las oscilaciones respiratorias conducen a la modulación y/o sincronización de la frecuencia cardíaca y las ondas cerebrales a través de un mecanismo que involucra al sistema nervioso autónomo. La práctica de yoga, meditación y mindfulness también te ayudará a disminuir la ansiedad basal, de manera que cada vez tendrás que preocuparte menos por la ansiedad.
  • A nivel emocional. “Nuestra ansiedad no proviene de pensar en el futuro, sino de querer controlarlo”, dijo Kahlil Gibran. Es importante que seas conscientes de que la resistencia alimenta el conflicto y las emociones desagradables. Aceptar la ansiedad, al contrario, disminuirá esas emociones.
  • No debes ver la ansiedad como un enemigo a batir sino como un aviso de un problema o conflicto que necesitas resolver. La ansiedad forma parte de la vida, no siempre podrás evitarla, y aunque a veces puede ser una experiencia desagradable, tu manera de afrontarla determina cuán dañina puede ser.
  • A nivel racional. William James dijo: “La mejor arma contra el estrés es nuestra capacidad para elegir un pensamiento en vez de otro”. Así como los pensamientos disfuncionales alimentan la ansiedad, los pensamientos adaptativos la disminuyen. Ser consciente de tu narrativa te ayudará a comprender cómo tus pensamientos están perpetuando la ansiedad. 
  • Analiza una experiencia reciente de ansiedad y recuerda los pensamientos que pasaron por tu mente justo antes, durante y después de ese episodio. Si esos pensamientos alimentaban el miedo, la ansiedad y la evitación, eran disfuncionales. Una estrategia para cambiarlos y colocar en su lugar otros más funcionales consiste en desafiarlos, analizando su racionalidad. Por ejemplo, si tu corazón se acelera, en vez de pensar que estás a punto de morir, puedes calmarte pensando que se trata de un síntoma de la ansiedad que puedes gestionar.
  • A veces, gestionar la ansiedad puede ser complicado, por lo que es necesario pedir la ayuda profesional de un psicólogo. Ten en cuenta que cuanto antes recibas tratamiento, más fácil será eliminar o incluso prevenir la ansiedad secundaria. No esperes a que el problema se instaure.
  • Fuentes:
  • Perry, S. et. Al. (2019) Control of heart rate through guided high-rate breathing. Scientific Reports; 9: 1545. 

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