psicología /desarrollo personal
¡CÓMO CONVERTIR LOS CONFLICTOS EN OPORTUNIDADES!
¡CÓMO CONVERTIR LOS CONFLICTOS EN OPORTUNIDADES!
Todos,
en algún que otro momento, hemos tenido conflictos, ya sea con nuestros amigos,
pareja, hijos, compañeros de trabajo e incluso con nosotros mismos. Los
conflictos surgen cuando no somos capaces de articular nuestra perspectiva con
los puntos de vista ajenos y no estamos dispuestos a ceder, parapetándonos
detrás de nuestras creencias, como si de una muralla se tratase.
De
hecho, en realidad la causa más común de los conflictos no radica en la
diferencia de criterios o motivaciones sino en la incapacidad para encontrar un
punto en común, en la negación a ceder. Obviamente, estas posturas producen
malentendidos, disgustos y peleas.
Sin embargo,
los conflictos no son necesariamente negativos, podemos convertirlos en
oportunidades para aprender, para crecer como personas y para desarrollar la
flexibilidad. Los conflictos nos permiten adentrarnos en perspectivas
diferentes a la nuestra y ampliar nuestra mente. También pondrán a prueba nuestras habilidades
sociales y nos ayudarán a ser más empáticos y asertivos. Por supuesto,
para obtener estas ventajas, es importante saber manejar los conflictos.
5 ideas para aprender a manejar
los conflictos y sacar provecho
1. Reconoce y valora los aspectos
importantes para la otra persona. Cuando
estamos en presencia de un conflicto es fundamental discriminar cuál es el
aspecto que nos ha llevado a esa contradicción. No se trata del problema de
base sino de la discrepancia que nos impide ponernos de acuerdo. Una vez que
hayas detectado cuál es la verdadera causa del conflicto, intenta comprender
por qué es importante para la otra persona. Por un minuto, ponte en su lugar,
asume su perspectiva y haz tuyos sus valores. Solo así podrás entender el
verdadero alcance del problema.
2. Mantén bajo control las
emociones. Las emociones son
un arma de doble filo ya que en ocasiones, sobre todo cuando nos enfrentamos a
un conflicto, nos juegan malas pasadas al tomar el mando y hacernos decir o
hacer cosas inapropiadas. Por eso, para convertir un conflicto en una
oportunidad es fundamental que aprendas a manejar tus emociones. Por supuesto, no siempre es fácil tomar el mando
emocional, en esos casos, lo mejor es que postergues la conversación. Explícale
a la otra persona que en esos momentos no estás en la mejor disposición para
resolver un conflicto y que será mejor que aplacéis el asunto hasta que puedas
enfrentarlo con más calma y la mente despejada. De la misma forma, si notas que
tu interlocutor está demasiado exaltado, hazlo notar y pídele postergar la
conversación.
3. Muestra una actitud positiva,
abierta a diferentes soluciones. A
menudo las personas se parapetan en su posición y no quieren oír hablar de
alternativas que no sean las que ellos proponen. Esta actitud defensiva solo
servirá para que tu interlocutor se encierre a su vez, en un búnker. Como
resultado, no lograréis avanzar. Por eso, lo mejor es acudir al conflicto con
una actitud abierta, dispuesta al diálogo y, sobre todo, con la meta de
alcanzar una solución que sea satisfactoria para ambos. Al final, esta actitud
se reflejará en tus gestos y palabras y terminará por hacer que todo fluya con
mayor facilidad.
4. Maximiza la empatía. No basta con que comprendas racionalmente al otro,
también es importante que entiendas sus motivos y sus sentimientos, sobre todo
cuando se trata de un conflicto con personas a las que te unen lazos afectivos.
Remontarte atrás en el tiempo y recordar sus experiencias de vida seguramente
te ayudará a comprender por qué se siente de determinada manera. Por supuesto,
también es importante que seas capaz de despertar la empatía. Pídele a la otra
persona que se ponga en tu lugar y explícale cómo te sientes.
5. Sé proactivo. No decidir es peor que tomar una mala decisión. Los
conflictos interpersonales suelen generar una gran carga emocional que acarrea
consecuencias en el plano personal y social. Por eso, evadirlo casi nunca es la
mejor solución ya que solo te traerá preocupaciones y estrés. Después de que
hayas sopesado los pros y los contras, decídete a enfrentar el problema. Quizás
no logres solucionarlo a la primera, pero al menos estarás dando pasos para
buscar una alternativa.
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