Psicología /Ansiedad
DIFERENCIAS ENTRE ANSIEDAD Y ANGUSTIA QUE DEBES CONOCER
La ansiedad y la angustia son dos
conceptos psicológicos que se han popularizado y que muchas personas utilizan indistintamente,
como sinónimos. Sin embargo, existen sutiles diferencias entre ansiedad y
angustia que pueden ayudarnos a gestionar mejor nuestros estados emocionales y
buscar soluciones más eficaces.
¿Por qué se confunden los términos ansiedad y angustia?
Sigmund Freud fue el primero en
introducir el concepto de angustia en la Psicología. En aquel momento usó el
término alemán “angst” para indicar un estado de ánimo con afecto
negativo que no tiene un objeto específico, pero genera una activación fisiológica.
El término “angst” fue
traducido al inglés como “anxiety”, aunque también existe la palabra “anguish”,
si bien se utiliza mucho menos. Sin embargo, en español adquirió un doble
significado: ansiedad y angustia. Esa es la razón por la que en el lenguaje
popular se utilizan indistintamente, para describir un estado de inquietud,
intranquilidad y desasosiego ante una sensación de peligro difusa que genera un
miedo exagerado y desadaptativo en la vida cotidiana.
El miedo: La emoción adaptativa que se encuentra en la base
de la ansiedad y la angustia
El miedo es un recurso adaptativo
que nos protege ante un peligro potencial. Es una herramienta natural que nos
alerta de que podemos estar en riesgo y necesitamos protegernos. De hecho, este
mecanismo se activa automáticamente ante lo que se conoce como “situaciones E”
(escape, estrés o emergencia).
Básicamente, lo que ocurre es que
el cerebro emocional reconoce señales que indican que podemos estar en peligro
y desata una respuesta casi instantánea que nos empuja a reaccionar. En ese
momento se liberan neurotransmisores como la adrenalina, dopamina y
norepinefrina, que nos permiten actuar de manera más eficaz ante la situación
peligrosa.
Estos neurotransmisores son los
responsables de que los músculos se tensen preparándose para la reacción, el
ritmo cardíaco se acelere y la respiración sea más entrecortada, entre otros
muchos cambios que ocurren a nivel fisiológi
Más adelante, las señales que el
cerebro emocional reconoció como peligrosas pasan al cerebro racional, donde se
analiza si realmente representan un riesgo o si se trata de una falsa alarma y
podemos relajarnos.
Como se puede apreciar, el miedo es
una respuesta adaptativa que resulta muy ventajosa y tiene un importantísimo
valor funcional. El problema ocurre cuando esa respuesta se desata ante
situaciones que no representan un auténtico peligro o cuando se produce un secuestro
emocional, de manera que el cerebro racional no puede “desconectar” la
respuesta de miedo.
En esos casos el miedo suele
generar angustia y ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta de anticipación
a un peligro futuro imprevisible. Se experimenta como una sensación vaga y
desagradable que refleja cierta aprensión y un miedo de carácter difuso.
De hecho, el miedo es una reacción
ante un peligro más concreto mientras que la ansiedad es una respuesta ante la
anticipación del peligro. Esa es la razón por la que normalmente conocemos la
causa del miedo, pero nos resulta difícil especificar la causa de la ansiedad.
La ansiedad se manifiesta como un
estado de expectación negativa ante algo que puede ocurrir. A menudo la persona
tiene la sensación de que algo malo está a punto de pasar, pero no puede
explicar exactamente de qué se trata.
Puede estar causada por varias
situaciones, como, por ejemplo: cuando tenemos demasiada información que no
somos capaces de procesar, cuando experimentamos incertidumbre porque no
tenemos suficiente información, cuando nos sentimos impotentes ante algo o
cuando tenemos dificultades para aceptar determinadas situaciones como la
muerte de un ser querido.
Ese estado de expectación y miedo
constante puede dar lugar a diferentes trastornos de ansiedad, desde la ansiedad
generalizada hasta los distintos tipos de fobias.
¿Qué es la angustia?
La angustia se caracteriza por una
sensación intensa de incomodidad emocional, que normalmente es el resultado de
un estado de inquietud extrema, una profunda sensación de indefensión e
impotencia frente a un peligro que parece inminente pero que también tiene un
carácter vago y difuso.
Generalmente es un sentimiento
relacionado con situaciones de desesperación, donde la persona percibe que ha
perdido la capacidad para actuar libremente y no tiene el control de lo que
está sucediendo.
La angustia se suele vivir como una
sensación física de constricción y opresión; es decir, la persona la vivencia
como un sufrimiento físico generalizado.
Al predominar síntomas
fisiológicos, como la sudoración, respiración entrecortada, aceleración del
ritmo cardíaco, tensión muscular e incluso temblores, la reacción del organismo
suele ser de paralización y sobrecogimiento, mientras se atenúa la nitidez con
la que la persona percibe lo que está ocurriendo.
De hecho, en algunos casos la
angustia se puede entender como un instinto básico de protección que hace que
la persona se bloquee para ponerse a salvo del peligro.
La angustia puede ser adaptativa o
no, en dependencia de su intensidad y la respuesta de la persona. La angustia
normal no representa un problema pero la angustia patológica es una reacción
desproporcionada ante la situación que se está viviendo, siendo más primaria e
intensa. En el pasado ese tipo de angustia se calificaba como
"estereotipada y anacrónica" ya que revive continuamente el pasado, o
"fantasmagórica" ya que imagina un peligro probablemente inexistente.
Cuando la angustia adquiere un
carácter patológico genera trastornos como las crisis de ansiedad, también
conocidos como ataques de pánico o crisis de angustia. Se trata de episodios de
corta duración en los que la persona experimenta un miedo intenso y se bloquea.
Por eso en el ámbito de la Psicología Clínica, la angustia se comprende como un
subtipo de los trastornos de ansiedad o como un síntoma de estos.
¿Cuáles son las diferencias entre ansiedad y angustia?
1. La angustia normalmente tiene un efecto eminentemente
paralizante mientras que la ansiedad activa
reacciones motoras de sobresalto que impulsan a la persona a buscar soluciones
para enfrentar la amenaza. La persona angustiada suele bloquearse y no puede
hacer más de una tarea a la vez, mientras que la persona ansiosa siente una
activación interior que la lleva a involucrarse en varias tareas, para
canalizar esa energía.
2. En la angustia existe un predominio de los síntomas
físicos, que se viven de manera
particularmente intensa, mientras que en la ansiedad predominan los síntomas
psicológicos, como la preocupación por el futuro y la sensación de aprensión.
3. La angustia suele hacer que la persona perciba con
menos nitidez lo que está ocurriendo, en un
intento por protegerse de una situación con la que no es capaz de lidiar
mientras que la ansiedad normalmente aguza los sentidos y los fenómenos se
perciben con mayor claridad.
estrés y ansiedad
Muchas veces estrés y ansiedad se usan como sinónimos, entendiendo en ambos casos un mismo tipo de reacción emocional, caracterizada por alta activación fisiológica. Sin embargo, existen tradiciones diferentes a la hora de estudiar ambos fenómenos. El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio. La ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Digamos que dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Muchos estímulos o situaciones pueden provocar en el individuo la necesidad de movilizar recursos para dar respuesta a las demandas de dicho estímulo, o para volver al estado inicial de equilibrio en el que se encontraba inicialmente. Al estímulo le llamamos estresor, o situación estresante.
estrés y ansiedad
Muchas veces estrés y ansiedad se usan como sinónimos, entendiendo en ambos casos un mismo tipo de reacción emocional, caracterizada por alta activación fisiológica. Sin embargo, existen tradiciones diferentes a la hora de estudiar ambos fenómenos. El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio. La ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Digamos que dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Muchos estímulos o situaciones pueden provocar en el individuo la necesidad de movilizar recursos para dar respuesta a las demandas de dicho estímulo, o para volver al estado inicial de equilibrio en el que se encontraba inicialmente. Al estímulo le llamamos estresor, o situación estresante.
Fuentes:APA (2014) Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Madrid: Editorial
Médica Panamericana.
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