psicología / Desarrollo Personal
DESARROLLA TU FUERZA INTERIOR:
A pesar de las dificultades, los obstáculos que en un primer momento parecían insuperables y los problemas aparentemente irresolubles, tenemos una increíble capacidad para superar la adversidad y seguir avanzando. Lo que nos guía a través de las situaciones más duras de la vida es nuestra fuerza interior.
La fuerza interior
nos ayuda a recuperarnos de una enfermedad grave, a salir del agujero negro en
el que nos sume la pérdida de una persona querida y a levantarnos tras un
fracaso recomponiendo los pedazos rotos para seguir adelante. Gracias a la
fuerza interior no solo resistimos la adversidad, sino que salimos fortalecidos
de las circunstancias más complicadas.
¿Qué es la fuerza interior exactamente?
La fuerza interior
es un recurso psicológico que promueve el bienestar y facilita la curación. Es
la capacidad para protegernos ante la adversidad manteniendo una actitud
positiva, esperanzadora y optimista que nos permita proyectarnos al futuro
confiando en nuestros recursos para lidiar con el problema.
La fuerza interior
descansa sobre tres pilares fundamentales:
1.
Resiliencia. Es la fuerza que nos empuja hacia la supervivencia incluso en las
condiciones más difíciles, la cual se alimenta de la confianza en nuestras
capacidades y recursos para salir adelante. Implica un equilibrio entre la
perseverancia – mantener nuestro rumbo a pesar de todo y de todos – y la
flexibilidad para adaptar nuestro pensamiento y comportamiento a las
circunstancias, por duras que sean. La resiliencia nos permite doblarnos sin
rompernos, convirtiéndonos en sobrevivientes.
2.
Sentido de la vida. Es la capacidad para encontrar un
significado a la vida, para explicarnos lo que nos ocurre y comprender las
circunstancias más difíciles, de manera que podamos elegir las estrategias de
afrontamiento más adecuadas para lidiar con las situaciones estresantes.
Implica además la plena conciencia de que somos libres para elegir nuestra
actitud ante lo que sucede, lo cual nos permite empoderarnos y mantener cierto
grado de control sobre la situación.
3.
Autotrascendencia. Es la capacidad para moverse intra, inter y transpersonalmente más
allá del yo. Implica trascender los intereses personales, de manera que podamos
asumir una distancia psicológica que nos ayuda a poner todo lo que
nos ocurre en perspectiva para ir un paso más allá de la preocupación. Gracias
a la autotrascendencia podemos expandir los límites personales e incluso
tomarnos con sentido del humor las experiencias aparentemente más negativas. De
esta manera logramos atravesar los periodos difíciles sin venirnos abajo,
asumiendo las dificultades con mayor entereza.
¿Por qué necesitamos desarrollar la fuerza interior?
La fuerza interior
es una de las herramientas más valiosas para la vida. Es lo que nos mantiene
con esperanza y nos anima a seguir adelante, lo que subsiste cuando todo lo
demás se ha desmoronado. No solo nos permite superar la adversidad, sino que
nos ayuda a capear mejor la tormenta, manteniendo una actitud más positiva que
nos permite seguir confiando en nuestras capacidades.
Un estudio desarrollado
en la Universidad de Åland, por ejemplo, comprobó que a medida que las mujeres
envejecen, el riesgo de sufrir depresión aumenta en un 20%. Sin embargo, la
fuerza interior es un factor protector que no solo las mantiene a salvo de la
depresión, sino que también las conduce a involucrarse en actividades positivas
y significativas que mejoran su salud.
Otra investigación
realizada en la Universidad de Utah reveló que la fuerza interior es uno de los
factores más importantes para determinar la calidad de vida de las personas que
sobreviven al cáncer ya que les permite enfrentar con mayor entereza y
positividad la enfermedad.
Debemos pensar en la
fuerza interior como en una inversión para la vida. Cuantos más problemas
afrontemos, más confiaremos en nuestras potencialidades para salir adelante –
pase lo que pase – y más preparados estaremos para lidiar con los problemas
futuros sin venirnos abajo. Aunque no tengamos un plan de acción, aunque jamás
nos hayamos enfrentado a ese obstáculo, la fuerza interior nos brinda el empuje
necesario para no desfallecer.
7 características de las personas con fuerza interior
1.
Tienen un locus de control interno. “Reza como si Dios cuidase de todos, pero
actúa como si todo dependiese de ti”, dice un refrán popular. Y las personas
que tienen una gran fuerza interior lo ponen en práctica al pie de la letra.
Desarrollan un locus de control interno, lo cual significa que toman las
riendas de su vida y asumen sus responsabilidades. No culpan a los demás o al
mundo por sus problemas, sino que intentan resolverlos.
2.
Obvian las cosas sobre las que no pueden
influir. Solemos pensar que la
fuerza de voluntad es una fuente inagotable, pero no es así. Si hemos pasado
todo el día ejerciendo un férreo autocontrol, durante la noche seremos más
propensos a caer en la autoindulgencia. Eso significa que la fuerza de
voluntad es una cualidad que debemos aprender a dosificar. Por eso, las
personas con fuerza interior suelen concentrarse en lo que verdaderamente
cuenta y pasan de las causas perdidas o aquellas que se escapan de su control.
Esta actitud les permite focalizar su energía y lograr sus objetivos. Son
personas pragmáticas que contribuyen hasta donde pueden y no se martirizan
cuando no pueden hacer más.
3.
No se quejan continuamente. De vez en cuando las quejas pueden tener un
poder catártico pero los lamentos continuos – una característica endémica de
nuestra sociedad – solo sirven para centrarnos en los aspectos negativos de las
situaciones y, de paso, perder una energía y un tiempo extremadamente valiosos.
Las personas con fuerza interior asumen una actitud diferente: no se sientan a
llorar sobre la leche derramada, emplean esa energía para reorganizar su
estrategia y volver a la carga. Son capaces de centrar sus recursos en lo que
realmente vale la pena.
4.
Son capaces de adaptarse a las
circunstancias, por duras que sean. Las
personas con fuerza interior son muy flexibles. Incluso manteniéndose fiel a su
sistema de valores, logran reorganizar su comportamiento según vayan cambiando
las circunstancias. En vez de luchar contra viento y marea malgastando una
energía preciosa, siguen la corriente y el fluir natural de las cosas para
lograr sus objetivos. Y cuando no es posible, son capaces de cambiar su meta
planteándose un objetivo más asequible y racional. No se trata de resignación
sino de madurez y sabiduría, de saber distribuir los recursos en aquellas cosas
que realmente darán frutos.
5.
No intentan impresionar a nadie, su objetivo
es superarse a sí mismas. En
una cultura tan competitiva como la nuestra, muchas personas actúan movidas por
una motivación extrínseca. Es decir, buscan logros como si fueran medallas para
colgarse en el pecho, medallas que le granjeen la aprobación o admiración de
los demás. Las personas con fuerza interior no pretenden impresionar a nadie,
tienen la suficiente confianza en sí mismas como para perseguir sus propios
sueños. Su objetivo no es ser mejor que los demás, sino superar sus propias
limitaciones.
6.
Ven el pasado como una fuente de información
– nada más. La mayoría de las
personas viven atadas, de alguna u otra forma, a su pasado. Sin embargo, a
menudo el pasado se convierte en un fardo demasiado pesado que les impide
avanzar. Las personas con fuerza interior, al contrario, no se quedan atadas al
pasado, aprenden de sus errores y siguen adelante. El pasado no las define.
Comprenden que un fracaso es tan solo una oportunidad para aprender y
fortalecer su resiliencia. De esta manera el pasado se convierte en una fuente
de empoderamiento, más que en un fardo de culpas.
7.
Aplican la gratitud. Las personas con fuerza interior son
conscientes del enorme poder de la gratitud, por eso la practican a diario. Eso
les permite poner el foco en las cosas positivas, en vez de centrarse
únicamente en los problemas y obstáculos de la vida. También les permite
comprender mejor sus potencialidades y aprovechar sus fortalezas para enfrentar
la adversidad. Al aprovechar los efectos de la gratitud, estas personas
encuentran la tranquilidad y el coraje necesarios para enfrentar cualquier problema
desde una perspectiva más equilibrada.
¿Cómo desarrollar la fuerza interior?
– Elige un problema. La clave consiste en elegir un problema específico. Puedes pensar
que la vida no es justa – y tienes razón, a veces no lo es – pero
ello no te ayudará a enfocarte en tus recursos psicológicos y desarrollar la
fuerza interior. Céntrate en una situación específica y analiza cómo te está
afectando psicológicamente. Comprueba su impacto en tu cuerpo. ¿Cómo reaccionas
físicamente cuando piensas en esa situación?
– Asume una distancia psicológica. Todos los problemas no se solucionan
siguiendo el mismo camino. Asumir una distancia psicológica de lo que está
ocurriendo te permitirá evaluar las cosas en perspectiva. Puedes preguntarte:
¿Qué harías si hubieses tenido ese problema cuando eras un niño? ¿Y si se
presentara siendo ya anciano? También te ayudará ponerte en el lugar de otra
persona e imaginar qué haría.
– Decide, sin dilación. Muchas veces nos quedamos atrapados en los problemas porque no
tomamos decisiones. De esta manera corremos el riesgo de que el problema siga
creciendo, y lo que es aún peor, se mantendrá activo como un foco de atención
en nuestra mente, provocando un gran desgaste emocional. Por tanto, debes
asegurarte de no postergar demasiado la decisión. No esperes al momento
«correcto», porque es probable que nunca llegue. Y hazle más caso a tu Inteligencia
Intuitiva.
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