17 marzo 2019
LAGOM: EL CONCEPTO SUECO PARA VIVIR EN EQUILIBRIO
Psicología /desarrollo personal
Demasiadas
cosas, demasiados compromisos, demasiados estímulos… La vida moderna está
marcada por los excesos. Esos excesos nos someten a una presión innecesaria,
por lo que no es extraño que el minimalismo esté ganando terreno como una
alternativa de vida para combatir esos “demasiados”. Los suecos, que son el
noveno país más feliz del mundo, tienen un concepto muy interesante para
encontrar el equilibrio entre el exceso y el minimalismo: lagom.
¿Qué es
lagom?
Lagom es una
palabra que podría traducirse literalmente como “la cantidad justa”, se refiere
al equilibrio en los diferentes aspectos de la vida. No abraza ningún extremo,
pero tampoco los niega porque su objetivo es mantenerse en una armonía
mesurada.
Desde el
punto de vista etimológico, la palabra lagom proviene de una antigua costumbre
que se denominaba “laget om” y significaba sentarse en equipo. Se refería a los
tiempos en que los vikingos se reunían alrededor del fuego después de un duro
día de trabajo y se pasaban cuernos llenos de aguamiel. Se esperaba que todos
bebieran solo una parte justa para que los otros también pudieran beber. Por
tanto, lagom es un principio que encierra la moderación, en el que nada es
demasiado ni muy poco, simplemente adecuado.
Llevado al
día a día, el lagom nos anima a disfrutar de una vida más sencilla encontrando
el equilibrio entre la simplicidad y los excesos en un punto medio que nos
permita concentrarnos en lo que es realmente importante para nosotros y nos
hace felices.
¿Cómo
aplicar el lagom sin frustrarse?
Para algunas
personas, esa moderación es sinónimo de frustración o férreo autocontrol que
nos separa de la autenticidad y la espontaneidad. Piensan que mantenernos en
equilibrio exige una enorme fuerza de voluntad que termina desgastándonos. En realidad,
no es así.
Para que el
concepto de lagom realmente implique un cambio importante en nuestra vida,
debemos desarrollar un trabajo interior en dos etapas:
Entonces
podemos ser conscientes de lo que realmente necesitamos, identificando además
todas las cosas o actividades intrascendentes de las que podemos prescindir. Se
trata de aprender a ser felices con menos cosas, pero sin sentirnos cohibidos,
porque ello implicaría una sensación de frustración. Se trata de aprender a
amar más lo que tenemos y encontrar satisfacción en ello, en vez de desear con
intensidad lo que no tenemos.
El lagom
también se trata de gestionar asertivamente nuestras emociones, para que estas
no tomen el mando y nos hagan tomar decisiones de las que después nos
arrepintamos. Eso no significa reprimir las emociones sino encauzarlas de
manera asertiva.
Cuando se produce
ese cambio interior, el lagom no es una cuerda que te ata a la moderación sino
una luz que nos guía hacia la serenidad y la alegría, alejándonos de un estilo
de vida estresante. Se trata de no hacer lo innecesario o superfluo, de
enfocarse en lo esencial y de saber cuándo parar.
ambién
debemos tener en cuenta que cada persona tiene su propio estado de lagom. Mi
estado de lagom no es el mismo que el tuyo, pero desde el equilibrio y la
moderación podemos acceder a espacios de reconocimiento mutuos que nos permitan
conectar desde nuestra esencia.
lagom nos conduce a un espacio de satisfacción
individual mientras creamos armonía en los grupos sociales en los que nos
insertemos. Abrazar este concepto nos ayuda a reducir nuestras necesidades,
simplificar nuestras vidas y desterrar el estrés para sentirnos más
satisfechos, felices y equilibrados.
ecordemos la frase sueca: Lagom är bäst,
que significa: “lo suficiente es tan bueno como un banquete”. Que sería
muy parecida a un consejo que nos dio Epicuro hace siglos: "Sé moderado
para saborear las alegrías de la vida en abundancia".
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