Psicología/ Ansiedad
10 técnicas y eficaces para combatir la ansiedad
10 técnicas y eficaces para combatir la ansiedad
La ansiedad no es agradable. No te deja vivir. Si sufres
ansiedad, es probable que experimentes un estado de inquietud de carácter
difuso. Te sentirás expectante, como si fuera a ocurrir algo negativo de un
momento a otro, lo cual te mantiene en un estado de alarma permanente que te
impide relajarte.
Sin embargo, no logras explicar por qué te sientes así, no encuentras la causa de la ansiedad. También es probable que seas consciente de que ese estado de sobreactivación no tiene sentido, pero no logras encontrar las estrategias adecuadas para combatir la ansiedad y eliminarla de una vez por todas. El primer paso consiste en comprender la ansiedad.
Sin embargo, no logras explicar por qué te sientes así, no encuentras la causa de la ansiedad. También es probable que seas consciente de que ese estado de sobreactivación no tiene sentido, pero no logras encontrar las estrategias adecuadas para combatir la ansiedad y eliminarla de una vez por todas. El primer paso consiste en comprender la ansiedad.
¿Qué tipo de ansiedad sufres?
A grandes rasgos, se puede hablar de dos grandes tipos de
ansiedad: la ansiedad rasgo y la ansiedad estado. Distinguir qué tipo de
ansiedad padeces es importante porque te permitirá conocer mejor el problema y
dar los pasos necesarios para superar la ansiedad.
- La ansiedad rasgo indica a una persona que
desde una etapa muy temprana de su vida ha sentido ansiedad, quizás desde la
infancia o la adolescencia. Estas personas suelen tener un temperamento que les
conduce a reaccionar inmediatamente ante las más diversas situaciones, se
excitan con facilidad y les cuesta relajarse. De hecho, como han tenido que
combatir la ansiedad durante gran parte de su vida, no saben cómo es vivir de
otra manera. Para estas personas la ansiedad ha sido una compañera perenne de
viaje.
- La ansiedad estado, al contrario, está
desencadenada por algún acontecimiento específico (o un conjunto de ellos).
Ante esa situación, una persona que nunca ha sido particularmente nerviosa,
responde con ansiedad. En el fondo, lo que ocurre es que esa persona no cuenta
con las herramientas psicológicas necesarias para hacerle frente al problema,
por lo que su cuerpo y su mente responden con un estado de activación
“excepcional”.
Por supuesto, ambos tipos de ansiedad pueden coexistir. Una
persona ansiosa notará que su nivel de ansiedad aumenta cuando tiene que
enfrentar determinadas demandas del medio. De la misma forma, alguien que nunca
ha sido ansioso, puede comenzar a responder con ansiedad ante diferentes
situaciones, ya que no logra retomar el control de su vida emocional.
La buena noticia es que los síntomas de la ansiedad se
pueden revertir, sin tener que recurrir a los ansiolíticos. De hecho, no debes
olvidar que los medicamentos para la ansiedad no están exentos de
efectos adversos y no son una solución a largo plazo. Al contrario, existen
diferentes estrategias que han sido comprobadas científicamente y que son
fáciles de aplicar que ayudan a combatir la ansiedad de manera natural.
¿Cómo eliminar la ansiedad de manera natural?
1. Acepta la ansiedad, sé un observador imparcial
La ansiedad es dañina, lo sabemos y por eso queremos
eliminarla. Por tanto, es normal que nuestro primer impulso sea negarla y
rechazarla. Sin embargo, la paradoja radica en que mientras más intentemos
combatir la ansiedad, más agobiados nos sentiremos. Cuando negamos una emoción
o sensación, esta crece.
De hecho, la mente de una persona ansiosa no está llena de
preocupaciones por hechos de su vida cotidiana sino por las metapreocupaciones.
Es decir, se preocupan porque se preocupan. Esta persona activa su crítico
interior, una voz que le dice constantemente que la ansiedad es intolerable,
que es incapaz de mantener el control o que su existencia es miserable.
De esta forma desencadenan un círculo vicioso que solo sirve
para aumentar la ansiedad. Por tanto, no intentes negar la ansiedad que
experimentas, simplemente sé consciente de su existencia. Cuando no huyes de
una emoción ni la etiquetas como “negativa” puedes adoptar una distancia
emocional del problema y recuperar el control de ti mismo.
2. Destierra la prisa de tu vida
La mayoría de las personas ansiosas se mueven continuamente
de un lugar a otro, comen de pie, sin sentarse a la mesa y realizan diferentes
tareas a la vez. Su ordenador, por ejemplo, suele ser un caos compuesto por
diferentes ventanas y programas abiertos. Y es que lo que expresamos hacia el
exterior, no es más que el reflejo de nuestra mente.
Sin embargo, cuando asumimos las tareas cotidianas desde
esta perspectiva caótica y apresurada, le estamos dando una retroalimentación
muy negativa al cerebro porque es como si le estuviéramos diciendo que debe
funcionar aún más deprisa porque las cosas están fuera de control. Como
resultado, el cerebro responde aumentando aún más los niveles de cortisol y
adrenalina, que generan más ansiedad.
La solución radica en cortar ese círculo vicioso. Disminuye
el ritmo y, sobre todo, dale un orden a las tareas que debes realizar a lo
largo del día y prioriza las más importantes. Oblígate a bajar la marcha, verás
que logras hacer mucho más, con menos estrés.
3. No dejes tareas pendientes
Una de las cosas que más aumenta nuestro estado de ansiedad
es saber que tenemos tareas pendientes. De hecho, no son las tareas en sí las
que nos desgastan y agotan, sino el recordatorio mental constante de que
debemos hacerlas.
Los expertos en productividad personal afirman que para
resolver este problema, lo mejor es aplicar la regla de los 2 minutos. En
práctica, cuando surja una tarea, si esta no requiere más de 2 minutos, hazla
inmediatamente ya que posponerla y recordarla consumirá más energía que
llevarla a cabo. Si la tarea demanda más tiempo y no lo tienes, pregúntate si
es realmente importante. Si es así, búscale un hueco en tu agenda.
Recuerda que la forma en que organices tu día repercutirá en
tu estado mental. Por tanto, no dejes que las tareas se acumulen porque si las
dejas para el último momento, solo estarás contribuyendo a que aumente tu nivel
de ansiedad. Aprender a organizar tu vida te permitirá eliminar una gran fuente
ansiógena: las tareas pendientes y las que te roban energía sin brindar ninguna
recompensa a cambio.
4. Dedícate al menos una hora al día
En la sociedad en que vivimos, se premia el hacer sobre el
ser. Por eso, nos sentimos obligados a correr, a no tener ni un minuto de
descanso, porque es sinónimo de pereza, es la antítesis de los valores que
promueve la cultura occidental
De hecho, no es extraño que las personas ansiosas siempre
estén llenas de trabajo y proyectos pendientes, no tienen ni siquiera unos
minutos al día para dedicarlos a sí mismos. Inmersos en ese estado de tensión
constante, no le permiten a su cerebro “desconectar”, como resultado, los
niveles de ansiedad se disparan.
Sin embargo, desconectar y estar a solas consigo mismo es
tan importante como ser proactivos. Aunque como las personas ansiosas suelen
encontrar difícil estar de brazos cruzados, una excelente alternativa consiste
en dedicarle al menos una hora cada día a una actividad que realmente
disfruten. De esta forma, el cerebro comienza a liberar una serie de
neurotransmisores como las endorfinas, que generan un estado de bienestar y
relajación
5. Cuestiona tus pensamientos negativos recurrentes
La mente de una persona ansiosa es su peor enemigo. De
hecho, la ansiedad crece a raíz de los pensamientos poco realistas que la persona
va desarrollando. Por eso, es fundamental que aprendas a detectarlos y que
detengas su curso.
Lo más usual es que la persona ansiosa responda de manera
exagerada ante las situaciones de su vida cotidiana. Hace una tormenta en un
vaso de agua, piensa que un simple error tendrá consecuencias nefastas. De esta
manera, añade una tensión innecesaria.
Por eso, es importante que comiences a cuestionarte esos
pensamientos catastrofistas que no se ajustan a la realidad. Pregúntate: ¿Esa
preocupación es realista? ¿Cuántas probabilidades existen de que se cumpla?
¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Cómo podría manejarlo?
6. Asume otra perspectiva
La ansiedad está provocada, en gran medida, por el
significado que le conferimos a determinadas situaciones. Por eso, una de las
estrategias más eficaces para combatir la ansiedad es cambiar la manera en que
pensamos en los agentes estresores.
Un estudio realizado en la Universidad de Yale les presentó
a algunos dirigentes un vídeo en el que se transmitía la idea que el estrés era
potenciador ya que algunas personas dan lo mejor de sí cuando están bajo
presión. Durante las dos semanas siguientes estas personas no solo mejoraron su
desempeño laboral, sino que reportaron menos problemas psicológicos y sus
niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuyeron. En el grupo que
seguía creyendo que el estrés es negativo no se apreciaron estos cambios.
Por ejemplo, realizar una presentación en público es
estresante y genera ansiedad, pero, por otra parte, también es una oportunidad
para poner a prueba nuestras habilidades y ampliar nuestra red de contactos
profesionales. En este sentido, te será de gran ayuda utilizar más a menudo el
“sin embargo”. Cuando descubras esos pensamientos irracionales, intenta darles
una vuelta utilizando este término. Por ejemplo, si mientras estás estudiando
piensas: “no voy a aprobar ese examen”. Reestructura ese pensamiento de forma
positiva: “quizás no apruebe ese examen; sin embargo, me voy a esforzar para
dar lo mejor de mí”.
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