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EL SONIDO DEL SILENCIO: UN MARAVILLOSO LIBRO ILUSTRADO PARA ESCUCHAR NUESTRA VOZ INTERIOR EN EL RUIDOSO MUNDO MODERNO
EL SONIDO DEL SILENCIO: UN MARAVILLOSO LIBRO ILUSTRADO PARA ESCUCHAR NUESTRA VOZ INTERIOR EN EL RUIDOSO MUNDO MODERNO
"Hay
muchas cosas buenas que no podemos decir si nos vemos obligados a gritar",
afirmó el filósofo estadounidense Henry David Thoreau. Un año antes había
escrito en su diario: “Quiero oír el silencio de la noche, porque el
silencio es algo positivo que merece ser escuchado”.
Hoy, un
siglo y medio después, nos encontramos inmersos en una sociedad que confunde
los gritos con la autoridad y la voz con la esencia. Parece que hemos olvidado
lo que Susan Sontag dijo hace medio siglo: "el silencio permanece,
ineludiblemente, como una forma de comunicar", con su propio discurso.
Sin duda,
existen muchos tipos de silencio, pero "el silencio fértil de la
conciencia, pastoreando el alma", en palabras del sociólogo Paul
Goodman, es el que más necesitamos porque solo este nos permite encontrar el
necesario equilibrio para vivir.
Esa es
precisamente la idea que inspiró a la escritora Katrina Goldsaito, con la ayuda
de la ilustradora Julia Kuo, a realizar este maravilloso libro titulado
"El sonido del silencio". Se trata de la historia de un niño llamado
Yoshio, que descubre la belleza evasiva del silencio en medio del bullicio de
la ciudad de Tokio.
Seguimos a
Yoshio mientras sale de su casa una mañana lluviosa y se zambulle en la
sinfonía de sonidos urbanos de la ciudad, las "gotas de agua golpeando
su paraguas", las "botas pisando los charcos". El
niño disfruta todos y cada uno de esos sonidos.
Sin embargo,
mientras recorre este camino plagado de maravillas auditivas, de repente le
cautiva un sonido precioso. Sin dudarlo, sigue esas notas hasta encontrar a una
anciana que afina su koto.
“La
anciana tocó para el niño. ¡Las notas le hicieron cosquillas en los oídos a
Yoshio! Cuando terminó, Yoshio reconoció: “¡Me encantan los sonidos, pero nunca
había escuchado un sonido igual!"
La
anciana se rió.
"¿Tienes
un sonido favorito?”, le preguntó Yoshio.
"El
sonido más hermoso", dijo la anciana, "es el sonido del
silencio".
“¿El
silencio? - preguntó Yoshio. Pero la anciana se limitó a dedicarle una sonrisa
y volvió a su trabajo."
Asombrado
por el críptico mensaje, el niño se puso en marcha decidido a encontrar el
sonido del silencio.
Se encaminó
al sitio más tranquilo que conocía, el bosque de bambú que se encontraba detrás
de la escuela, pero incluso allí el silencio era interrumpido por el sonido de
las cañas de bambú mecidas por el viento.
Mientras
Yoshio regresaba a casa, siguió buscando el silencio, en la estación de tren,
cuando se sentó a la mesa a comer con sus padres… Pensó que lo encontraría en
el cuarto de baño, pero incluso allí sus dedos hacían ruido mientras
jugueteaban con el agua.
Espero pacientemente hasta que cayó la noche, pero incluso en ese momento escuchaba el sonido distante de la radio de un vecino.
Espero pacientemente hasta que cayó la noche, pero incluso en ese momento escuchaba el sonido distante de la radio de un vecino.
A la mañana
siguiente, llegó a la escuela antes que los demás y se sentó a leer una
historia, que lo absorbió por completo, transportándolo a ese lugar que había
estado buscando infructuosamente durante el día anterior.
“De
repente, en medio de una página, lo oyó.
No había
ruidos de pasos, ni gente parloteando, ni radios, ni cañas de bambú entrechocando,
ni las notas del koto.
En ese
breve instante, Yoshio ni siquiera podía oír el sonido de su propia
respiración. Todo estaba dentro de él. Pacífico, como el jardín después de
nevar, como las mantas rellenas de plumas que se secan al sol.
El
silencio había estado allí todo el tiempo”.
En ese
momento Yoshio comprendió algo que olvidamos con facilidad: el silencio no
es la ausencia de sonido sino la presencia plena, la conciencia de escucha
interior, una sintonía del oído con la mente y una orientación del espíritu
hacia la calma interior.
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