03 septiembre 2019

ATAQUES DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA: SUS SÍNTOMAS Y CAUSAS

Trastornos psicológicos
ATAQUES DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA: SUS SÍNTOMAS Y CAUSAS

"No puedo respirar, siento que me estoy asfixiando. Percibo que estoy en peligro y tengo la necesidad urgente de escapar del sitio donde esté. Simplemente no puedo razonar ni controlarme." Este es el sentir de las personas que sufren crisis de angustia y aunque probablemente alguien que nunca haya sufrido un ataque de pánico no pueda llegar a percibir en toda su magnitud este trastorno, lo cierto es que las personas que lo padecen viven en una angustia permanente, a la expectativa de cuando será el próximo golpe e intentando evitar toda situación que pueda convertirse en un desencadenante para el ataque. Tanto es así que la mayoría termina por recluirse en la casa en el intento de escapar de estas sensaciones tan molestas.

La característica principal de una crisis de angustia es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar intenso, que se acompaña de al menos cuatro de un total de los siguientes SÍNTOMAS:
1. Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca
2. Sudoración
3. Temblores
4. Sensación de ahogo o falta de aliento
5. Sensación de atragantarse
6. Opresión en el pecho
7. Náuseas o molestias abdominales
8. Mareos o desmayos
9. Sensación de irrealidad o de estar separado del propio cuerpo
10. Miedo a perder el control o a volverse loco
11. Miedo a morir
12. Sensaciones de entumecimiento u hormigueo
13. Escalofríos o sofocaciones
La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez (normalmente en diez minutos o menos). En estos momentos las personas experimentan un miedo intenso, sienten que están a punto de morir, sufrir un infarto, temen perder el control o "volverse locos". En consecuencia experimentan un deseo urgente de huir del lugar.
Al ir repitiéndose, estas crisis pueden presentar un menor componente de miedo, pero lo usual es que la persona comience a evitar los lugares y condiciones en las cuales se produjeron las crisis de manera que su rango de acción se reduce considerablemente. En algunas ocasiones el miedo que experimenta la persona a volver a vivenciar estas crisis llega a ser tan grande que esta tensión provoca una nueva crisis ante situaciones que no debían actuar como detonantes. Existen casos de personas que pierden el conocimiento, la capacidad de hablar durante días e incluso la posibilidad de moverse durante las horas que le siguen al ataque.
Sin embargo, todos los ataques no se presentan de la misma forma, así, existen tres tipos de crisis de angustia, que se diferencian por el modo de inicio y por la presencia o ausencia de desencadenantes ambientales:
- CRISIS DE ANGUSTIA INESPERADAS. El inicio de la crisis no se asocia a desencadenantes ambientales particulares, es decir, no existe ningún motivo aparente que actúe como detonador del ataque.
- CRISIS DE ANGUSTIA SITUACIONALES. La crisis aparece inmediatamente después de que la persona ha estado expuesta a un estímulo ambiental como pueden ser: ver una araña, una serpiente, entrar en una multitud... En ocasiones se desata incluso ante la anticipación del estímulo; es decir, ante la idea de que pueda aparecer la araña, la serpiente o un tumulto de personas. Estos episodios están más vinculados con las fobias sociales y específicas.
- CRISIS DE ANGUSTIA RELACIONADAS CON UNA SITUACIÓN DETERMINADA. Estos casos son más peculiares en tanto las crisis pueden aparecer como consecuencia de determinado estímulo ambiental pero no necesariamente después de que la persona ha estado expuesta ante el estímulo e incluso no siempre se desatan. Estos episodios normalmente son frecuentes en el trastorno de angustia aunque también pueden ser diagnosticados en personas con fobias específicas.
Terminemos este pequeño recorrido por las crisis de angustia con algunas pinceladas numéricas que nos permitirán analizar en su justa medida la incidencia de este trastorno:
- Se estima que alrededor del 15% de la población mundial ha sufrido una crisis de angustia o la sufrirá en algún momento de sus vidas.
- En los EUA los ataques de pánico han aumentado a una velocidad alarmante, entre los años 1980 y 1995 su incidencia en la población adulta norteamericana aumentó en un 150%.
- Después del derrumbe de las torres gemelas el 11% de la población madrileña (representa a 275 mil personas) vivieron crisis de angustia continuadas.

En síntesis, un trastorno que nos mantendrá ocupados en artículos posteriores donde intentaremos llegar a su verdadera esencia.

FUENTES:  Nardone, G. (2003). Más allá del miedo. Barcelona:
Editorial Paidós Ibérica.
Goodwin, R. D. (2003) The prevalence of panic attacks in the United States: 1980 to 1995. Journal of Clinical Epidemiology;56(9):914-6.
Pichot, P. et. Al. (2001) DSM-IV "Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales". Mason: Barcelona.

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