El pensamiento
negativo puede llegar a convertirse en un hábito peligroso. Los pensamientos se
hunden en la mente y permanecen allí hasta que tomas medidas para deshacerte de
ellos.
Cuando
empiezas a pensar negativamente, puede ser tentador tratar de obligar a esos
pensamientos a salir de tu cabeza. Intentar que desaparezcan y expulsarlos para
siempre. Pero este enfoque a menudo resulta contraproducente.
Luchar contra
esos pensamientos negativos en realidad puede reforzar ese patrón de
pensamiento empeorando las cosas. Cuanto más se intenta no pensar en algo, más
se termina pensando en ello.
Para
deshacerse de los pensamientos negativos es necesario intentar un enfoque
diferente, algo que te ayude a despejar la mente de una vez por todas. Aquí hay
siete maneras de limpiar tu mente de pensamientos negativos.
¿Eres
víctima de estos tipos de pensamientos negativos?
Existen tantos tipos de pensamientos negativos como
personas, pero se pueden resumir en 8 grandes categorías, fáciles de detectar
por las actitudes que generan.
1.
Estado de emergencia permanente
Cada vez que ocurre algo, lo asumes como una
emergencia total. Esa reacción se debe a que tu amígdala se activa y solo
puedes ver la señal de alarma. En tu cerebro se produce un secuestro emocional
en toda regla, desatando una reacción de pánico. Al asumir la realidad como si
fuera una crisis, reaccionas de manera desproporcionada. Este tipo de
pensamiento catastrófico te lleva a exagerar los peligros y desestimar tus
recursos para hacerle frente a los problemas, una actitud que puede llegar a
ser muy peligrosa ya que desencadena un estado de indefensión aprendida.
2.
El autosaboteador
Ante la más mínima dificultad, te saboteas automáticamente.
Te tomas todo lo que ocurre como algo personal y te culpas por cosas sobre las
cuales no tienes ningún control. Tus pensamientos negativos te impiden pensar
con lógica, de manera que te castigas y criticas incesantemente. Como resultado,
cada vez que se presenta un problema, pierdes autoestima y autoconfianza. Este
tipo de pensamiento hace que te conviertas en tu peor enemigo ya que te pondrás
la zancadilla constantemente.
3.
El extremista
uando ocurre algo, solo puedes ver los extremos.
Este tipo de pensamiento negativo, también llamado dicotómico, te hace ver el
mundo en blanco y negro, todo o nada, sin términos medios. Al olvidarte de la
gama de grises y colores intermedios, te resultará difícil encontrar una buena
solución y sentirás mucha ansiedad ya que asumes que cualquier decisión es un
camino sin retorno.
.
El etiquetador
Cualquier cosa que ocurra, la etiquetas en términos
negativos porque solo puedes ver las consecuencias dramáticas de la situación.
El problema es que al colocar esas etiquetas, no logras ver las posibilidades
que puede encerrar una situación, de manera que cierras caminos hacia su
solución. Además, este tipo de pensamiento negativo puede hacer que te auto
etiquetes y termines desarrollando una imagen muy limitada de ti y de tus
potencialidades.
5.
Visión de túnel
Cuando tienes un problema, tu visión inmediatamente
se reduce, como cuando entras en un túnel. Solo logras ver las cosas negativas,
los problemas, errores y carencias. No logras apreciar ningún detalle positivo,
posibilidad o fortaleza, de forma que caes en una espiral descendente de
negatividad. Este tipo de pensamiento negativo tiene su base en el fenómeno que
se conoce como atención selectiva. En práctica, es como si te pusieras unas
anteojeras y unas gafas de sol, de manera que solo ves una parte muy limitada
de la realidad, perdiéndote precisamente la parte más importante para hallar
una solución.
6.
El generalizador
Cuando tienes un problema, tu mente divaga y
comienza a establecer conexiones sueltas entre el presente y los sucesos del
pasado. Esas conexiones te llevan a realizar generalizaciones erróneas y
negativas, generalmente reconocibles porque aparecen palabras como “nunca”,
“siempre” o “todos”. Este tipo de generalización a menudo conduce a lo que se conoce
como “error del adivino”, que consiste en sacar conclusiones apresuradas sobre
algo que aún no ha pasado, pensando que los resultados o consecuencias serán
desastrosos. Obviamente, con cada afirmación de ese tipo pierdes un poco de
autoestima y fuerza, condenándote a un ciclo de negatividad.
7.
El impostor
Debido a que tienes una tendencia a compararte,
constantemente magnificas los aspectos positivos que notas en todos los demás,
pero minimizas tus propias fortalezas y talentos. Este tipo de pensamiento
negativo te hace sentir como si fueras un impostor y no merecieras lo que
tienes. Tienes miedo a que los demás descubran que no eres tan listo, capaz,
amable o brillante, cuando en realidad lo que sucede es que tienes un problema
de autoestima. De hecho, es probable que a menudo seas víctima de lo que se
conoce como “lectura de la mente”, un fenómeno según el cual presupones lo que
están pensando los demás.
8.
El superhéroe
Tu capa siempre está extendida, te esfuerzas
para no defraudar a nadie. Te enorgulleces de hacer todo, cueste lo que cueste.
Tu vida se rige por el “debo” y “debería” hasta el punto de que te olvidas por
completo de lo que tú quieres realmente. El problema es que cada vez que te das
cuenta de que no puedes salvar el mundo, tu autoestima cae en picado y
experimentas una desilusión extrema. De hecho, se trata de uno de los tipos de
pensamientos negativos más dañinos porque piensas en términos de “deberes” y
“obligaciones”, permitiendo que tu vida, decisiones y estado de ánimo dependan
por completo de los demás.
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