psicología / Desarrollo Personal
LA FALACIA DEL ARENQUE ROJO – O
CÓMO LOS OTROS TE ENGAÑAN
La falacia del arenque rojo,
también conocida como “seguir la zanahoria”, tiene lugar cuando una persona
introduce una información irrelevante para el tema de discusión. De esta forma
logra distraer la atención de todos los involucrados para llegar a una
conclusión que incline la balanza a su favor y que generalmente resulta
irrelevante para el tema que se estaba discutiendo.
Cuando somos víctima de esta
falacia, cuando alguien «se va por la tangente», es normal que al terminar la
discusión experimentemos una sensación de frustración, aunque no sepamos muy
bien por qué. Esa frustración proviene del hecho de que hemos invertido tiempo
y esfuerzo sin lograr nada. En otros casos podemos sentirnos enfadados porque
sentimos que nos han embaucado.
Desvirtuar la atención de lo importante para discutir
sobre lo intrascendente
La falacia del arenque rojo
debe su original nombre a una antigua costumbre según la cual, se usaba el
fuerte olor que emana del pescado para distraer a los perros de caza de su
objetivo y crear una pista falsa. Los cazadores creaban en la tierra un rastro con
el olor del arenque, si los perros no eran capaces de mantenerse enfocados y
seguir la pista del zorro, sino que seguían el olor del pescado, entonces se
consideraba que no eran buenos para la caza.
En el plano de las relaciones
interpersonales ocurre lo mismo cuando se intenta desvirtuar la atención sobre
el tema principal. Obviamente, los argumentos que se introducen son válidos, y
esa es la razón por la que los demás se dejan distraer. Básicamente, lo que
ocurre es lo siguiente:
– Se está discutiendo sobre el
tema A, que es el asunto para solucionar que más preocupa
– Una persona introduce el tema B
– Se abandona el tema A para centrarse en el tema B, que no es tan urgente ni importante.
– Una persona introduce el tema B
– Se abandona el tema A para centrarse en el tema B, que no es tan urgente ni importante.
Un ejemplo de la falacia del
arenque rojo en acción es cuando le hacemos notar a alguien que su
comportamiento no ha sido moralmente correcto y esta persona responde yéndose
por las ramas:
– Lo que has hecho no es
moralmente correcto.
– ¿Y qué significa exactamente la moral?
– Es un código de comportamiento establecido culturalmente que indica lo que está permitido y lo que no.
– ¿Y quién crea ese código de comportamiento?
Y así podría continuar la conversación ad infinitum…
– ¿Y qué significa exactamente la moral?
– Es un código de comportamiento establecido culturalmente que indica lo que está permitido y lo que no.
– ¿Y quién crea ese código de comportamiento?
Y así podría continuar la conversación ad infinitum…
El objetivo de esa persona es
cambiar el tema de discusión, llevarla hacia un terreno impersonal, para no
tener que pedir disculpas por su comportamiento o reparar el daño causado. Si
le seguimos el juego respondiendo a sus preguntas, es probable que terminemos
sumergidos en una discusión filosófica o que terminemos siendo los culpables
cuando en realidad somos la víctima.
Sin embargo, la falacia del
arenque rojo no se limita al plano personal, sino que también es una de las
estrategias preferidas de los políticos y de los medios de comunicación para
reconducir los debates sociales sobre asuntos importantes hacia argumentos
menos trascendentes.
Por ejemplo, si un partido
político está en contra del matrimonio entre personas del mismo género, podría
blandir argumentos como el hecho de que solo un 10% de estas personas desean casarse
y que, de hacerlo, el matrimonio tendría un 80% de probabilidades de fracasar.
Aunque esas cifras fueran ciertas, que no lo son, en realidad son irrelevantes
para aprobar una ley sobre este matrimonio.
Sin embargo, al introducir esas
cifras, el partido nos “obliga” a concluir que no es necesario realizar un
cambio en los derechos civiles pues son muy pocas las personas que podrían
beneficiarse del mismo. Así distrae nuestra atención de lo verdaderamente
esencial: no importa cuántas personas quieran casarse ni el éxito que tendrá
ese matrimonio, el tema es que todas las personas deben tener derecho al
matrimonio, sin importar su orientación sexual.
Para la crónica, vale aclarar
que durante el primer año que se aprobó el matrimonio entre personas del mismo
género en España, se casaron 4.500 parejas, pero una década después ya se
habían casado 31.600 parejas.
Esto significa que hay que
tener mucho cuidado con esta falacia en acción porque puede conducirnos a tomar
malas decisiones, haciendo que destinemos recursos muy valiosos a asuntos que
realmente no lo merecen mientras los problemas realmente importantes no se
resuelven.
En el ámbito de la relación de
pareja, recurrir continuamente a la falacia del arenque rojo para no asumir las
responsabilidades puede ser simplemente desastroso ya que los problemas se irán
acumulando, hasta estallar una crisis que ponga fin a la relación.
¿Cómo no dejarse engañar por la falacia del arenque rojo?
En este punto, muchos podrían
suponer que es fácil detectar la falacia del arenque rojo, pero en realidad no
es así, sobre todo cuando nos vemos inmersos en una discusión acalorada o sobre
un tema significativo que tiene una resonancia emocional. En estos casos, lo
más usual es que terminemos siguiendo la pista falsa e irrelevante.
Sin embargo, reconocer esta
falacia es fundamental, ya sea para valorar la información que los medios de
comunicación nos hacen llegar como para relacionarnos con los demás, sobre todo
si se trata de personas manipuladoras. ¿Cómo defenderse de esta falacia?
Ante todo, es fundamental no
caer víctimas del ego, lo cual significa no querer vencer a toda costa. Muchas
veces seguimos la pista falsa porque nuestro objetivo no es llegar a un acuerdo
o una solución sino ganar la discusión. Ser humildes y emocionalmente maduros
nos permitirá mantenernos concentrados sobre nuestro objetivo principal.
Luego, la clave radica en
distanciarte un momento antes de preparar tu contraargumento y pensar si lo que
te han acabado de decir es relevante para el tema de discusión. Si crees que no
es así, simplemente dilo y retoma el tema principal.
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