22 mayo 2019

LAS DISCUSIONES POR MALENTENDIDOS


Psicología /desarrollo personal
PSEUDOCONFLICTOS: LAS DISCUSIONES POR MALENTENDIDOS
Discutes. Defiendes tu idea. Te enfadas.
Te preguntas cómo puede pensar de manera tan diferente.
Vuelves a la carga. Refuerzas tus argumentos. Te frustras.
Piensas que vuestras posturas son irreconciliables.
Hasta que de repente, generalmente una tercera persona dice: ¡Pero si estáis hablando de lo mismo! Solo entonces os dais cuenta de que estabais defendiendo la misma postura desde puntos de vista diferentes.
Si esta situación te resulta familiar, es probable que hayas vivido un pseudoconflicto.
¿Qué es un pseudoconflicto?
Un conflicto es un desacuerdo producto de dos fuerzas que ejercen presión en direcciones opuestas. Podemos tener conflictos internos, con nosotros mismos, los cuales suelen aparecer cuando nos encontramos ante encrucijadas importantes en la vida. Y podemos tener conflictos interpersonales, los cuales aparecen cuando nuestras ideas, valores o sentimientos van en dirección opuesta al de otras personas.
Los conflictos suelen ser una gran fuente de tensión, provocando una gran activación emocional. Pero hay ocasiones en que esos conflictos no son tan reales como pensamos. Entonces caemos en un pseudoconflicto.
El pseudoconflicto ocurre cuando las personas están de acuerdo, pero, debido a una comunicación deficiente, creen que no lo están. El pseudoconflicto es un conflicto falso, pero las personas no comprenden que sus diferencias están causadas por un malentendido o una mala interpretación, no por auténticas diferencias de opinión.
¿Cómo se origina el pseudoconflicto?
Los conflictos son el resultado de las diferencias entre dos o más personas. Esas diferencias pueden estar dadas por múltiples factores, desde diferencias en el nivel de información que se maneja hasta diferencias de personalidad o valores. Dado que cada persona es única y tiene su propio sistema de valores, actitudes y creencias, es inevitable que surjan conflictos.
No importa cuán empáticos queramos ser, seguiremos teniendo una perspectiva individual del mundo que no siempre corresponde con las de los demás. Ello genera diferencias de opinión. Sin embargo, en la aparición de los conflictos también influye la percepción. Y la percepción a menudo nos juega malas pasadas, sobre todo en un ámbito tan complejo como la comunicación humana. Entonces es probable que surja un pseudoconflicto.
El pseudoconflicto a menudo es el resultado de conclusiones precipitadas basadas en suposiciones erradas. Por ejemplo, podemos concluir a partir de pequeñas pistas que nos brinda nuestro interlocutor que está enfadado y defiende una posición opuesta a la nuestra, cuando en realidad no es así. También es común cuando existe un conflicto latente con esa otra persona.
El pseudoconflicto es, por tanto, el resultado de una percepción sesgada, que nos lleva a realizar suposiciones erróneas a partir de las cuales sacamos conclusiones que no se ajustan a la realidad.
El pseudoconflicto no es real, pero sus consecuencias sí
Si no lo atajamos a tiempo, el pseudoconflicto puede convertirse rápidamente en un conflicto. El hecho de que realmente no existan posiciones diferentes no implica que no puedan surgir ya que todos tenemos puntos de desencuentro. Al fin y al cabo, lo que es real en nuestra mente, puede terminar siendo real en el espacio compartido.
Si creemos que nuestro interlocutor defiende una posición diferente a la nuestra, es probable que nos pongamos a la defensiva y terminemos atacándole, lo cual generará a su vez una respuesta defensiva que puede terminar creando un conflicto auténtico que puede causar mucho daño a quienes están envueltos en la situación.
Por eso, antes de concluir que tenemos un conflicto, es conveniente que nos detengamos un segundo a reflexionar y nos preguntemos si se trata de una diferencia real o si tenemos más puntos en común de lo que parece.
¿Cómo evitar los pseudoconflictos?
Para gestionar asertivamente un pseudoconflicto, es importante que:
1.     Preguntes, preguntes, preguntes… Si tienes dudas sobre lo que ha dicho tu interlocutor, no caigas en la tentación de hacer suposiciones que te conduzcan a conclusiones equivocadas. Simplemente pídele que aclare lo que ha dicho. La mejor manera para evitar los malentendidos en la comunicación es preguntar para aclarar las palabras y frases que no hayamos entendido bien.
2.     Desarrolla la escucha activa. Eso implica detenerte para ponerte en el lugar del otro. Muchas veces los pseudoconflictos surgen porque estamos demasiado imbuidos en defender nuestra idea, de manera que no nos damos cuenta que estamos defendiendo lo mismo desde distintos puntos de vista. Sintonizar con las ideas de tu interlocutor te ayudará a encontrar los puntos en común y te ahorrará muchas discusiones en la vida.
3.     Olvídate de “ganar”. Imbuirse en una discusión con la idea de ganar al supuesto adversario implica alimentar un clima de guerra. La comunicación debería ser un intercambio de ideas en el que ambos saquen algo positivo, no un campo de batalla para demostrar una supuesta superioridad intelectual o de cualquier otro tipo. Se trata de un cambio de actitud sutil pero muy importante porque abandonar el deseo de imponer el punto de vista propio te abrirá a las ideas de tu interlocutor y te permitirá ver que realmente estáis hablando de lo mismo y que no existe un conflicto real, sino un pseudoconflicto.
Y recuerda que “la paz no es la ausencia de conflicto sino la presencia de alternativas creativas para responder al conflicto”, como dijo la periodista Dorothy Thompson. Incluso del conflicto podemos obtener cosas positivas, si aprendemos a gestionarlo asertivamente.

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