19 febrero 2020

TUS DECISIONES DEPENDEN DE SI VES EL VASO MEDIO LLENO O MEDIO VACÍO


psicología desarrollo personal                                                                               
EFECTO MARCO: TUS DECISIONES DEPENDEN DE SI VES EL VASO MEDIO LLENO O MEDIO VACÍO
Todos, lo queramos o no, sufrimos sesgos cognitivos. Se trata de fenómenos psicológicos generalmente involuntarios que distorsionan la manera en que procesamos la información y nuestro pensamiento, de manera que nos llevan a realizar interpretaciones ilógicas y juicios imprecisos. ¿El resultado? Sacamos conclusiones erróneas y tomamos malas decisiones. Uno de los sesgos cognitivos que más impacta en nuestras decisiones es el efecto marco.
¿Cómo evitamos o abrazamos el riesgo según el encuadre?
Corría el año 1981 cuando dos psicólogos, Amos Tversky y Daniel Kahneman estudiaron cómo la manera en que se presenta la información influye en nuestras decisiones. En uno de sus experimentos, pidieron a los participantes que eligieran entre dos opciones para 600 personas afectadas por una enfermedad mortal. Las alternativas fueron presentadas con un encuadre positivo (cuántas personas vivirían), o con un encuadre negativo (cuántas personas morirían).
Por ejemplo, el tratamiento A se presentaba de manera positiva indicando que “salvaría 200 vidas” y de manera negativa señalando que “400 personas morirán”. El tratamiento B se presentaba de manera positiva indicando que “existía un 33% de posibilidades de salvar a las 600 personas y un 66% de posibilidades de no poder salvar a nadie” o de manera negativa indicando que “existía una probabilidad del 33% de que ninguna persona muera y un 66% de probabilidad de que las 600 personas mueran”.
El 72% de las personas eligió el tratamiento A cuando se lo presentaron bajo un encuadre positivo (salvaría 200 vidas), pero solo el 22% lo eligieron cuando se presentó con un encuadre negativo (morirían 400 personas).
Este y otros experimentos similares que se realizaron posteriormente demostraron que muchas de nuestras decisiones están profundamente sesgadas por la manera en que se nos presenta la información. Tenemos una tendencia a evitar el riesgo cuando se nos presenta un marco positivo, pero somos más propensos a apostar por el riesgo cuando tenemos delante un marco negativo.
De hecho, otro estudio realizado en la Universidad del Noroeste​​ descubrió que más personas apoyan una política económica que enfatice en la tasa de empleo que esa misma política que resalte las tasas de desempleo. Eso significa que el efecto marco no solo influye en las decisiones importantes que tomamos en nuestra vida, sino que también nos vuelve más manipulables a nivel social, inclinándonos más en una dirección que en otra.
¿Qué es el efecto marco?
Cuando nos enfrentamos a un problema, en una situación ideal, nuestra decisión no debería verse afectada por la manera en que se describe el mismo sino tan solo por las variables intrínsecas a la situación. Si realizamos juicios en base a una información irrelevante, seremos más propensos a cometer errores y violar la lógica.
El efecto marco, también denominado efecto de encuadre o priming, sin embargo, es un sesgo cognitivo que nos lleva a decidir entre diferentes opciones según la manera en que se nos presentan sus consecuencias positivas o negativas. Como resultado, no analizamos la situación de manera objetiva, sino que damos más peso a algunos factores según la manera en que nos los han expuesto.
Cuanto más envejecemos, más sesgados somos
Aunque solemos asociar la vejez a la sabiduría y, por ende, a una mejor toma de decisiones, la ciencia demuestra que no siempre es así. Un estudio realizado en la Universidad de Virginia Occidental reveló que el efecto marco se agudiza a medida que avanzamos en la vida.
Este sesgo cognitivo es más común en los adultos mayores que en adultos más jóvenes o los adolescentes debido a que a medida que envejecemos adoptamos estrategias cognitivas menos exigentes a la hora de tomar decisiones y solemos depender más de la información de fácil acceso, independientemente de si esta es relevante o no para la decisión que debemos tomar.
Además, a medida que pasan los años nos vemos más influenciados por los marcos emocionales y morales, lo cual nos lleva a dar más peso a estos factores que a la lógica, de manera que los encuadres positivos o negativos desempeñan un papel más importante en esas decisiones. Esa tendencia a decidir de manera más rápida, confiando en pequeñas pistas y en los patrones de pensamiento que hemos desarrollado, puede hacer que tomemos decisiones dejándonos llevar por factores intrascendentes y nos deja más vulnerables a la manipulación.
¿Cómo superar el efecto marco para tomar decisiones más racionales?
  • Reformula el problema. “La formulación de un problema suele ser más importante que su solución”, apuntó Einstein y no andaba desacertado. Para superar el sesgo que representa el efecto marco a veces solo necesitamos reformular la situación. Es conveniente verla desde los dos puntos de vista, teniendo en cuenta tanto el lado negativo como el positivo. Así podremos tomar una decisión más racional.
  • Asume una distancia psicológica. Convertirse en una especie de observador externo te permitirá asumir una postura más imparcial. Al poner a un lado las emociones podrás valorar mejor la situación desde el punto de vista cognitivo, lo cual te permitirá analizar sus pros y contras. Curiosamente, un estudio realizado en la Universidad de Chicago encontró que pensar en un idioma extranjero elimina el efecto de encuadre, probablemente debido a que nos permite asumir una distancia emocional y cognitiva de la situación.
  • Activa el pensamiento. El efecto marco se debe, en gran parte, a la pereza mental o la avaricia cognitiva. En la mayoría de los casos no queremos molestarnos e invertir tiempo y esfuerzo en analizar todos los factores, por lo que preferimos tomar decisiones más rápido. No siempre es negativo, en algunos casos puede hacer que seamos más eficaces y obtengamos más resultados con menos esfuerzo, pero no siempre es así. Cuando debemos tomar decisiones importantes necesitamos desactivar ese mecanismo de pensamiento automático y verificar concienzudamente la situación. Eso significa plantearnos preguntas, buscar más información y tomarnos más tiempo para reflexionar en nuestra respuesta.

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