31 octubre 2019

SER OPTIMISTA ALARGA LA VIDA

Psicología
SER OPTIMISTA ALARGA LA VIDA

¿Quieres vivir más? Un nuevo estudio nos lo pone fácil: mirar la vida con optimismo.

Hay que dejar de mirar el vaso medio vacío. Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (EE. UU.) y otros centros de salud descubrió que las personas con mayor optimismo tienen más probabilidades de vivir más tiempo y lograr una "longevidad excepcional", es decir, vivir hasta los 85 años o más.

El nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se basó en 69.744 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras y 1.429 hombres del Estudio de Envejecimiento Normativo de Asuntos de Veteranos. Las mujeres tenían entre 58 y 86 años cuando completaron una evaluación de optimismo en 2004 y su estado de mortalidad se rastreó hasta 2014.

El rango de edad de los hombres era de 41 a 90 años cuando completaron una evaluación de optimismo en 1986, y el seguimiento de su estado de mortalidad duró hasta 2016.

Cuando los investigadores compararon a los participantes en sus niveles iniciales de optimismo, descubrieron que, en promedio, los hombres y mujeres más optimistas tenían una vida útil de un 11 a un 15% más larga. También tenían una probabilidad del 50 al 70% mayor de alcanzar la edad de 85 años, en comparación con los grupos menos optimistas.
 Los optimistas duermen más y mejor
¿Tienes problemas para dormir? Un estudio ha descubierto una asociación entre la actitud positiva y la calidad de sueño.
La privación del sueño es un importante problema de salud pública. Existen varias cosas que pueden ayudar a mejorar el sueño, como comprar un colchón nuevo, limitar el consumo de alcohol al anochecer, hacer ejercicio regularmente y usar estrictamente el dormitorio para descansar.

Una nueva investigación sugiere que podría haber otro ingrediente más, aunque más difícil de obtener que un colchón nuevo: ser optimista.

El estudio, que aparece en la revista Behavioral Medicine, ha descubierto que los optimistas tienden a dormir mejor. Este es un hallazgo que se basa en estudios previos que han sugerido que los optimistas tienen una mejor salud cardiovascular.

30 octubre 2019

DIFERENCIA ENTRE “MATAR EL TIEMPO” Y “APROVECHAR EL TIEMPO


 DIFERENCIA ENTRE “MATAR EL TIEMPO” Y “APROVECHAR EL TIEMPO        
“Matar el tiempo” se ha convertido en uno de los imperativos de nuestra sociedad. Aburridos, aterrados por los minutos que corren, nos sentimos obligados a echar mano a cualquier entretenimiento o actividad que nos ayude a enajenarnos del incesante paso de las manecillas del reloj, como si así pudiéramos conjurar nuestra propia mortalidad, como si pudiéramos olvidar que el tiempo es la materia de la cual está hecha la vida.
Aquello a lo que dedicamos nuestro tiempo es en definitiva a lo que asignamos nuestra vida. Y esta tiene una duración limitada, aunque no nos agrada que nos lo recuerden. Somos seres finitos, con un comienzo y un final, inmersos en un tiempo que pasa inexorable. Matar el tiempo es en realidad dilapidar o consumir parte de nuestra vida.
«Quien gestiona bien su tiempo, gestiona bien su vida. Y quien no encuentra tiempo para reflexionar, planificar o programar, difícilmente podrá sacar adelante ningún proyecto de cierta envergadura. Tal vez no encuentre tiempo ni para sí mismo”, escribió el psicólogo Guillermo Ballenato.

diferencia a las personas que matan el tiempo de aquellas que lo aprovechan?

“Matar el tiempo” significa llenar las horas vacías como buenamente podamos, indiscriminadamente, con un ocio inútil o una actividad desenfrenada – lo mismo da – porque ambos encierran la semilla de la inconsciencia.
Matar el tiempo es, en el fondo, la actitud indolente de quien no es consciente de su finitud, o de quien le teme tanto que necesita esconderse tras lo intrascendente para acallar sus propios demonios interiores, para no encararse con la necesidad de poner rumbo a su vida y descubrir qué es lo que disfruta realmente, qué es lo que quiere hacer y, sobre todo, qué es lo que no quiere hacer.
Quien mata el tiempo está imbuido en una especie de hiperkinesia cotidiana que le arrebata toda posibilidad contemplativa y la capacidad para demorarse y disfrutar, como escribiera el filósofo Byung-Chul Han. “Así los acontecimientos se desprenden con rapidez los unos de los otros, sin dejar una marca profunda, sin llegar a convertirse en una experiencia”. Se vive sin vivir.
Por otra parte, aprovechar el tiempo no significa, ni mucho menos, trabajar continuamente o estar permanentemente ocupados sino dedicarse de manera plena y consciente a aquellas cosas que realmente son útiles, nos permiten disfrutar o nos aportan algo para crecer como personas – y eso también implica descansar, relajarse o dedicarse al dolce far niente.
La diferencia entre perder y aprovechar el tiempo radica en el objetivo y la actitud con la cual emprendemos ciertas actividades. Si leemos un libro porque realmente disfrutamos de la lectura, nos aporta conocimiento o nos permite crecer, estaremos “aprovechando el tiempo”. Si solo lo leemos porque estamos aburridos, porque no se nos ocurre nada mejor que hacer, porque es lo que tenemos a mano y cuando lo cerramos, automáticamente olvidamos todo, entonces estaremos “matando el tiempo”.

No mates el tiempo, ¡aprovéchalo!

Dicen que las últimas palabras de la Reina Isabel I de Inglaterra en su lecho de muerte fueron: “Todo cuanto poseo por un momento de tiempo”. La clave para aprender a valorar nuestro tiempo en su justa medida – sin obsesionarnos con su paso pero tampoco dilapidándolo inconscientemente – consiste en aceptar nuestra mortalidad, comprender que cada día es un regalo precioso compuesto por 1 440 minutos que transcurren uno detrás del otro, de manera silenciosa e inexorable, hasta que, llegados a cierto punto de la vida, el tiempo deja de correr para empezar a volar, precipitadamente, sin asideros a los cuales aferrarse.
Debemos evitar el error de pensar que “quien vive el doble de rápido puede disfrutar en la vida del doble de opciones”. Debemos desterrar la idea de que “la aceleración de la vida hace que esta se multiplique y se acerque al objetivo de una vida plena”, porque una vida plena no se mide en términos de cantidad sino de sentido. No se vive más por hacer más. Se vive más cuando se disfruta más. Cuando las cosas que hacemos tienen un sentido para nosotros. Es por eso que, “quien intenta vivir con más rapidez, también acaba muriendo más rápido”, matando el tiempo con un ocio que no aporta nada más que la inconsciencia de desconectarse de la realidad, según Han.
En su lugar, necesitamos comprender que solo cuando somos plenamente conscientes de nuestra finitud logramos extraer el máximo de cada minuto. Entonces, y solo entonces, dejamos de matar el tiempo para empezar a aprovecharlo en esas cosas que realmente nos aportan y nos permiten vivir experiencias más plenas, alargando el instante presente todo cuanto podamos.

28 octubre 2019

ME GUSTA QUE ME DIGAN LA VERDAD, YO YA VERÉ SI DUELE O NO

Psicología /Desarrollo personal
ME GUSTA QUE ME DIGAN LA VERDAD, YO YA VERÉ SI DUELE O NO

A nadie le gusta que le mientan. No nos hacen gracia las mentiras piadosas ni que decidan por nosotros lo que debemos saber o no. Si la verdad hace daño somos nosotros quienes lo tenemos que considerar.
La gente tiene la mala costumbre de ocultar cosas que hacen, dicen o piensan porque creen que así nos evitan el daño. Pero no, en realidad no hay nada tan desgarrador como la mentira, el ocultismo y la hipocresía. Nos hace sentir pequeños y vulnerables a la vez que genera desconfianza e inseguridad ante el mundo.
No hay nada que nos rompa más por dentro y que nos revuelva las entrañas tanto como que decidan por nosotros, que traicionen nuestra confianza o que nos asuman incapaces de tolerar y vivenciar ciertas experiencias.
Ningún sentimiento es inválido
A lo largo de nuestra vida sufrimos y lloramos por cientos de situaciones que otros generan. Sin embargo, todos esos sentimientos y emociones nunca caen en saco roto; por el contrario, gran parte de nuestros aprendizajes están mediados por los daños y el dolor.
Asimismo, sufrir nos hace comprendernos, conocernos y entender aquello de que no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo aguante. De esta forma conseguimos gestionar nuestras emociones o, dicho de otra manera, salir del túnel.
Nuestra vida es nuestra, la vivimos como queremos y no como juzguen los demás. ¿Decidiríamos por alguien a quién tiene que amar y de qué manera? No, eso es una locura. Se ha intentado, sí, pero siempre sin éxito ya que es injusto intentar decidir por los demás.
El poder de cecir las cosas a la cara. Decir las cosas a la cara es ser sincero, nada más y nada menos. La gente confunde esto con la falta de educación, de tacto o de prudencia. Dado que la sinceridad es un término que lleva a confusión y cada uno tiene su propia versión del cuento, veamos algo más sobre ella.
La sinceridad no es decir todo lo que nos viene a la cabeza ni decirlo de forma brusca ni hacerlo en cualquier momento. Asimismo, ser sincero con criterio, empatía y ética no significa maquillar la realidad, sino adecuar su comunicación al momento y a la persona.
La sinceridad nos hace compañeros, gente leal, íntegra. O sea, buena gente. Como es obvio, muchas veces la intención no es mala sino todo lo contrario. Sin embargo, debemos saber que no diciendo la verdad estamos faltando al respeto a la persona “afectada”.
No podemos tomar decisiones por los demás porque es como hacemos verdadero daño. Un daño que es irreversible y que quebranta las leyes de toda relación sólida y equilibrada.
De hecho, mintiendo a alguien le privamos de la oportunidad de manejar su dolor y de asumir la lección que le toca aprender. Por eso esto resulta algo tremendamente injusto y abusivo.
La sinceridad duele a aquellas personas que viven en un mundo de mentira
La sinceridad nunca duele, lo que duele son las realidades. Pero que alguien sea sincero siempre es un gran gesto, pese lo que pese y a quien le pese. No obstante puede ocurrir que alguien prefiera vivir en un mundo de fantasía y cegado a la realidad. En ese caso, todo es respetable.
Sin embargo, lo malo de mentir o de ocultar la verdad es que a partir de ahí se ponen en duda mil verdades que quiebran la confianza, la seguridad y los sentimientos de amor más potentes.
En resumen, la verdad construye y la mentira destruye. Cada uno de nosotros estamos capacitados para asumir la realidad de lo que nos atañe y, por ende, de resolver los posibles daños que nos pudiera ocasionar.
No podemos vivir esperando que la vida sea un camino de rosas ni para nosotros ni para los demás. Así, siempre que nos corresponda deberíamos optar por ser sinceros y no privar a la gente de la oportunidad de crecer superando las adversidades o incomodidades de su propia existencia.
En definitiva, recordemos que proteger de un daño con la posibilidad de causar otro peor pierde todo el sentido y toda la lógica. Actuemos en consecuencia.

20 octubre 2019

EL DEMONIO SOLTÓ

EL DEMONIO SOLTÓ
Había un burro atado a un árbol; vino el demonio y lo soltó. El burro entró al huerto de los vecinos y empezó a comérselo todo. La mujer del campesino lo vio, tomó su rifle y disparó.
El propietario del burro oyó el disparo, salió, vio a su burro muerto y se enfadó. Cogió su rifle y disparó a la esposa del campesino.
Al regresar, el campesino encontró a su mujer muerta y a continuación mató al dueño del burro. Los hijos del dueño del burro, al ver a su padre muerto, quemaron la finca del campesino. El campesino en represalia, los mató a todos. Y preguntó después al demonio, qué es lo que había hecho:
Éste respondió: Nada, yo sólo solté al burro.
•Moraleja: Si quieres destruir un país, sólo tienes que soltar al burro...

17 octubre 2019

HAY ABRAZOS QUE NOS RECOMPONEN


PSICOLOGÍA /EMOVIONES
HAY ABRAZOS QUE NOS RECOMPONEN
Hay abrazos que tienen la capacidad de ensamblar todas nuestras partes rotas, aquellas que un día se rompieron cuando los acontecimientos nos resquebrajaron y anularon nuestra alma. Y es que no volvemos a ser los mismos cuando nos toca decir adiós, ya sea a otra persona o a una parte de nosotros mismos.
Tras las despedidas y las rupturas nos toca reencontrarnos, perfilar de nuevo nuestras prioridades, revivir una parte que queda muerta y enhebrar de nuevo las agujas que nos conduzcan por el camino del “hilo rojo de nuestro destino”.
Por eso cuando nuestro castillo se ha derrumbado y nuestra vida se desmorona, los abrazos componen melodías que nos muestran que todo está bien y que el mundo permanecerá en calma si dejamos que las notas del amor se conviertan en abrazos dulces rellenos de instantes de silencio.

Los abrazos son momentos que nos invitan a ser parte de un sueño cumplido
Los abrazos se conforman como instantes en los que la felicidad nos encuentra en forma de persona, de calor reconfortante. Porque un abrazo en ocasiones es mucho más importante que las palabras, pues tiene la capacidad de rejuvenecer nuestros sueños y nuestra motivación por la vida.
Los poemas de los que hablamos que no se escriben directamente en la piel, sino que se tatúan por dentro con la tinta de todas esas hormonas que fortalecen nuestros vínculos, que hacen que nuestro corazón bombee sangre, que nos llenan de pureza, de amor y de confort.
Y más cuando estamos sometidos a mucho estrés o las dificultades de la vida están apocando nuestras ganas y las fuerzas que necesitamos para comernos el mundo y llenar nuestros días de esbozos de felicidad.

Las dosis de cariño, la causa de nuestra adicción
El bienestar que sentimos cuando somos “víctimas” de un abrazo hace que siempre queramos más y que los esperemos ver llegar en aquellos momentos en los que más los necesitamos. O sea, drogarnos, meternos un chute mágico de vida y de cariño que nos haga dibujar más allá de la incertidumbre y del sufrimiento una ventana a través de la que podamos tomar aire fresco y revitalizar el cuerpo y la mente.
Y es que hay gente y gente, pero luego están nuestras PERSONAS. Así, en mayúsculas. Esas que siempre serán sinónimo de hogar, que abren sus botiquines en cuanto anticipan la herida, que sacan gasas y tiritas por doquier y que no escatiman en calmantes.
Por eso admiramos tanto nuestra capacidad de dar abrazos, porque es una manera increíble de conectarnos, de aunar fuerzas para ganar cualquier batalla y de ayudarnos a sobrellevar lo que viene.
Porque los abrazos cuando son sinceros marcan algo más que sentimientos temporales. Ellos recomponen y sanan heridas de por vida, desdibujan el frío y condensan el calor del amor que hay entre dos personas que se quieren y que siempre estarán dispuestas a adherir sus corazones y a sujetarse ante la vida.
Hay abrazos que erizan la piel y recargan el corazón
Hay abrazos que te rescatan de un naufragio, recomponen tus partes rotas, rompen todos los miedos y crean una obra de arte con los pedazos de tu corazón.

16 octubre 2019

HAY TANTOS ABRAZOS COMO MOMENTOS

psicología/ EMOCIONES
HAY TANTOS ABRAZOS COMO MOMENTOS
Un pequeño abrazo puede secar muchas lágrimas, una pequeña palabra llena de amor puede colmarnos de felicidad y una pequeña sonrisa puede cambia el mundo. Son esas pequeñas cosas que construyen nuestro mundo llenándolo de felicidad y de amor…
A veces un abrazo es meramente físico, fruto del contacto de dos cuerpos, ligero y rápido. Otras, por el contrario, los abrazos están cargados de emociones, las cuales son capaces de hacernos explosionar y sentir de manera indescriptible.
Luego están los abrazos del alma, esos llenos de las intenciones más puras y amorosas… Con ellos somos conscientes de lo gratuita y accesible que es la paz, pues sentir al otro nos completa y nos permite dar sin mirar el amor que nos queda en la reserva.
Como dijo Jackselins Arteaga “El abrazo es algo grandioso. Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos cuando no encontramos la palabra justa”.
¿Cuantos problemas se solucionarían en el mundo si nos diéramos más abrazos?
Ahora piensa en ti, en tu entorno, en tu gente, en tus abrazos. Piensa en los momentos en los que hubieras calmado una situación tensa o simplemente aquellos que te hacen disfrutar. Acompañar con este gesto los buenos días al levantarte, en una situación alegre para felicitar a alguien o después de una discusión es conectar con lo más primario de nosotros mismos.
Un abrazo es acercarnos a las personas, respirar su esencia,
y comprobar que estamos hechos de la misma pasta.
Es curioso pensar en la última vez que dimos un abrazo porque sí, incondicionalmente. Libres de rutinas y de compromisos al hacerlo. De hecho, al terminar de leer esto, podrías acercarte a la persona que tengas al lado en casa y darle un abrazo largo, que paralice el tiempo. Que dure, como mínimo, 8 segundos. Y claro bien fuerte.
Me gustan los abrazos que aunque no resuelven nada son un modo de decirle a la adversidad que no va a poder con nosotros…

11 octubre 2019

ATAQUES DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA: SUS SÍNTOMAS Y CAUSAS

Trastornos psicológicos

ATAQUES DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA: SUS SÍNTOMAS Y CAUSAS

"No puedo respirar, siento que me estoy asfixiando. Percibo que estoy en peligro y tengo la necesidad urgente de escapar del sitio donde esté. Simplemente no puedo razonar ni controlarme." Este es el sentir de las personas que sufren crisis de angustia y aunque probablemente alguien que nunca haya sufrido un ataque de pánico no pueda llegar a percibir en toda su magnitud este trastorno, lo cierto es que las personas que lo padecen viven en una angustia permanente, a la expectativa de cuando será el próximo golpe e intentando evitar toda situación que pueda convertirse en un desencadenante para el ataque. Tanto es así que la mayoría termina por recluirse en la casa en el intento de escapar de estas sensaciones tan molestas.

La característica principal de una crisis de angustia es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar intenso, que se acompaña de al menos cuatro de un total de los siguientes SÍNTOMAS:
1. Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca
2. Sudoración
3. Temblores
4. Sensación de ahogo o falta de aliento
5. Sensación de atragantarse
6. Opresión en el pecho
7. Náuseas o molestias abdominales
8. Mareos o desmayos
9. Sensación de irrealidad o de estar separado del propio cuerpo
10. Miedo a perder el control o a volverse loco
11. Miedo a morir
12. Sensaciones de entumecimiento u hormigueo
13. Escalofríos o sofocaciones
La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez (normalmente en diez minutos o menos). En estos momentos las personas experimentan un miedo intenso, sienten que están a punto de morir, sufrir un infarto, temen perder el control o "volverse locos". En consecuencia experimentan un deseo urgente de huir del lugar.
Al ir repitiéndose, estas crisis pueden presentar un menor componente de miedo pero lo usual es que la persona comience a evitar los lugares y condiciones en las cuales se produjeron las crisis de manera que su rango de acción se reduce considerablemente. En algunas ocasiones el miedo que experimenta la persona a volver a vivenciar estas crisis llega a ser tan grande que esta tensión provoca una nueva crisis ante situaciones que no debían actuar como detonantes. Existen casos de personas que pierden el conocimiento, la capacidad de hablar durante días e incluso la posibilidad de moverse durante las horas que le siguen al ataque.
Sin embargo, todos los ataques no se presentan de la misma forma, así, existen tres tipos de crisis de angustia, que se diferencian por el modo de inicio y por la presencia o ausencia de desencadenantes ambientales:
- CRISIS DE ANGUSTIA INESPERADAS. El inicio de la crisis no se asocia a desencadenantes ambientales particulares, es decir, no existe ningún motivo aparente que actúe como detonador del ataque.
- CRISIS DE ANGUSTIA SITUACIONALES. La crisis aparece inmediatamente después de que la persona ha estado expuesta a un estímulo ambiental como pueden ser: ver una araña, una serpiente, entrar en una multitud... En ocasiones se desata incluso ante la anticipación del estímulo; es decir, ante la idea de que pueda aparecer la araña, la serpiente o un tumulto de personas. Estos episodios están más vinculados con las fobias sociales y específicas.
- CRISIS DE ANGUSTIA RELACIONADAS CON UNA SITUACIÓN DETERMINADA. Estos casos son más peculiares en tanto las crisis pueden aparecer como consecuencia de determinado estímulo ambiental pero no necesariamente después de que la persona ha estado expuesta ante el estímulo e incluso no siempre se desatan. Estos episodios normalmente son frecuentes en el trastorno de angustia, aunque también pueden ser diagnosticados en personas con fobias específicas.
Terminemos este pequeño recorrido por las crisis de angustia con algunas pinceladas numéricas que nos permitirán analizar en su justa medida la incidencia de este trastorno:
- Se estima que alrededor del 15% de la población mundial ha sufrido una crisis de angustia o la sufrirá en algún momento de sus vidas.

08 octubre 2019

10 REFLEXIONES QUE CAMBIARÁN PARA SIEMPRE TU MANERA DE ENTENDER LA FELICIDAD


10 REFLEXIONES QUE CAMBIARÁN PARA SIEMPRE TU MANERA DE ENTENDER LA FELICIDAD

Descubre lo que nunca nadie te había contado acerca de la felicidad.
 ¿Eres feliz… del todo?
Ser feliz está mal visto. Te toman por loco o directamente no te creen. En mis talleres a veces hago esta pregunta: “cuan felices sois?” y, si tuviese que hacer una respuesta “tipo”, sería: “La felicidad completa no existe, es imposible, siempre te pasará algo que te impida ser feliz del todo”.  
Yo siempre respondo lo mismo: mal negocio supeditar tu propio bienestar a lo que pueda suceder ahí fuera. 
La vida, en esencia, tiene altibajos. Así, negarte la felicidad porque las cosas no suceden como deseas sería como negar tu propia existencia como ser humano. Esta es la vida que nos ha tocado. No hay más. Lamentarse porque las cosas no son como deseamos no arregla nada. Cero. Ni un ápice.
Mira, la felicidad no es pretender que todo suceda de modo que estés bien, sino que es llegar a estar bien independientemente de lo que suceda ahí fuera. Del mismo modo, tal vez no puedas decidir sobre todo lo que tienes que hacer en cada instante, pero sí que puedes decidir hacer todo lo que haces estando bien.
Menudo trabalenguas, ¿no? Te animo a que leas de nuevo el párrafo anterior. Es de una importancia tremenda. En serio, si eres capaz de interiorizar estas cuatro líneas anteriores y hacer lo que tienes que hacer para ponerlas en práctica, ya lo tienes, no necesitarías seguir leyendo. 
 Reflexión 1#: la felicidad NO se consigue

Y es que estamos acostumbrados a “perseguir” la felicidad; nos hemos creído que existen recetas mágicas del tipo “consigue un buen empleo y bien pagado, cómprate una casa grande, busca una pareja para toda la vida o hazte famoso”, y entonces, serás feliz. ¿Te suena?
Lo primero que te diría es: la felicidad no es algo que se consiga. Te cuento una idea que cambió para siempre mi vida: la felicidad es algo que ya tienes. Es decir, no tienes que hacer nada para conseguirla, no tienes que perseguirla… En lugar de eso, preocúpate de mimarla, nutrirla, blindarla, elevarla.
Cuando no te sientes feliz en realidad es porque, de algún modo, le estás dando palos a la felicidad que ya tienes. Pero, créeme, ya eres feliz.
Me encanta el símil de la felicidad y la mariposa: si la persigues, se escapa; si la esperas tranquilamente, se posa en tu hombro.


Reflexión 2#: tienes que saber tu dirección vital para ser feliz

Si no te conoces a ti mismo ni sabes hacia dónde te diriges, se tercia complicado que aspires a una existencia feliz. Además, el viaje se va reinventando a cada paso ya que lo que crees que eres y lo que quieres cambia con el tiempo.
Total: otro pilar de la felicidad es el autoconocimiento y la capacidad para ir reajustando con los años todo lo que haces de modo que sigas siempre por tu propia senda.

Reflexión 3#: lo que haces (y lo que no) influye en tu felicidad

Arrepentimiento: esto es lo que sienten muchas personas cuando se ven al final de sus vidas; arrepentimiento por todo lo que no han hecho y tendrían que haber hecho. La felicidad significa que sigues tu intuición y a cada instante haces lo que sientes que es más sensato.
Así, La felicidad también está relacionada con todo lo que hacesen la vida, y cómo todo eso que haces contribuye a satisfacer tus valores más profundos y esenciales.


Reflexión 4#: sacrificio y felicidad son incompatibles

La felicidad no es compatible con el sacrificio. Nos han inculcado que para ser feliz y conseguir lo que deseas es condición sine qua non esforzarse hasta niveles extremos y, amigos, por más que me he sacrificado en el pasado solo he conseguido más y más frustración, más y más sentimientos de resentimiento e irrealidad.
De verdad, no te lo creas, el sacrificio solo es opcional. 


Reflexión 5#: tristeza y felicidad SON compatibles

Este es uno de los mayores caballos de batalla. Muchos creen que la felicidad es algo utópico, un imposible, ya que creen que solo serán felices cuando entren en una burbuja temporal y no les pase nada «malo» ni a sí mismos ni a sus allegados (enfermedades, dificultades económicas, etc). Es como si experimentar sentimientos de pérdida o tristeza fuesen «malos» y provocasen nuestra infelicidad.
Mira, esos sentimientos son los que justamente nos diferencia de otras especies; toda emoción tiene un sentido. Así, un sentimiento de profunda tristeza nos hace vivir ese momento acorde a lo que está pasando y a comprender que eso que está sucediendo nos importa de verdad. 
¿Te imaginas qué sucedería si de la noche al día nadie sintiese tristeza? ¿Querrías vivir en ese mundo? Fíjate que solo las personas que calificamos como enfermas (psicópatas, por ejemplo) son las que carecen de la habilidad para empatizar con otros humanos y sentir lo que ellos sienten. Los sentimientos de este tipo nos ayudan a soltar lastre, a vivir intensamente ese momento y a valorar tremendamente aquello por lo que sentimos esa emoción.
La próxima vez que sientas tristeza piensa: esto es justamente lo que me hace humano. ¿Podrías ser feliz sin sentirte humano?
Felicidad2


Reflexión 6#: be water, my friend https://www.youtube.com/watch?v=TQ683zlrUSI

La felicidad muchas veces podría asemejarse al agua, es decir, pasa por tener la habilidad de adaptarte y fluir. Otra metáfora que me encanta es la del bambú y el roble: solo el bambú sobrevive al vendaval debido a su capacidad para doblarse y adaptarse a las condiciones externas.
Como en todo en la vida, hay que buscar el equilibrio entre las convicciones y la flexibilidad. La flexibilidad excesiva nos empuja a la indeterminación y a la irrealidad; la perfección y convicción extrema nos hace débiles y víctimas de los fracasos. Encuentra tu punto intermedio.


Reflexión 7#: tienes que llegar a tus propias conclusiones para ser feliz

En la vida no hay varitas mágicas. Tú tienes que andar el camino y llegar a tus propias conclusiones. No existen verdades absolutas. Nadie tiene la verdad absoluta que encaja perfectamente contigo. Yo tampoco. Eso sí: tú tienes tu propia verdad. Permítete descubrirla y vívela plenamente.
Lee mucho y experimenta mucho también. Distingue entre lo que te ayuda y lo que no. Pasa el tiempo con personas inspiradoras.Camina, tropieza, cae, levántate, vuelve a caminar, vuelve a tropezar. Aprende.
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Reflexión 8#: el perfeccionismo es enemigo de la felicidad

La ambición y aspiraciones personales concretas son maravillosas; así, saber exactamente qué es lo que quieres y para qué lo quieres es una manera genial de adquirir los compromisos necesarios para pasar a la acción y caminar hacia tus anhelos como ser humano.
Ahora bien, apegarse a metas extremadamente concretas y perfeccionistas pueden ser peligrosas, sobre todo si has asociado tu felicidad a la consecución de dichas metas. 
Claro que es necesario tener expectativas en la vida; ahora bien, procura siempre disfrutar del camino sin apegarte demasiado al resultado de tus acciones y decisiones. Recuerda: eres un ser humano, no un ser omnisciente y omnipotente.


Reflexión 9#: la generosidad aporta felicidad

Las personas que más regalan a los demás (tiempo, ayuda, dinero, conocimiento, etc) tienden a sentirse más felices.
Además, echar una mano a personas que están en situaciones más desfavorables hacen que veas tu propia vida con mas perspectiva, apreciando aspectos que tal vez hasta ese momento habías dado por sentado y ni siquiera los habías puesto en valor.
Personalmente siempre dedico entre un 5 y un 10 por ciento de mi vida profesional a la colaboración altruista, siempre trabajando con personas en riesgo de exclusión. Esta colaboración no solo me ayuda a saber que estoy colaborando a crear un mundo, sino que también me ayuda a valorar mi vida en su conjunto.


Reflexión 10#: mima tus relaciones personales

Un estudio de la Universidad de Harvard de más de 70 años de duración y donde hizo el seguimiento a decenas de personas a lo largo de su vida, concluyó lo siguiente: el pilar básico en el que se asienta los sentimientos de felicidad está en la calidad (no cantidad) de las relaciones personales que mantenemos a lo largo de nuestra vida.
Mima y cuida las relaciones con tus allegados si quieres tener una existencia feliz.


Reflexión extra#: la felicidad es contagiosa

La felicidad, al igual que muchas otras emociones, es contagiosa. ¿Qué estado de ánimo quieres tener a tu alrededor?

02 octubre 2019

SEGÚN LA CIENCIA, JAMÁS DEBES TOMAR DECISIONES IMPORTANTES CON EL ESTÓMAGO VACÍO.

CURIOSIDADES de la psicología
SEGÚN LA CIENCIA, JAMÁS DEBES TOMAR DECISIONES IMPORTANTES CON EL ESTÓMAGO VACÍO.
Nos gusta pensar que somos personas racionales y objetivas, que la mayoría de nuestras decisiones son razonadas y provienen de una juiciosa valoración de los pros y los contras de nuestras opciones. Sin embargo, lo cierto es que en nuestras decisiones influyen decenas de factores que inclinan la balanza en una u otra dirección sin que seamos plenamente conscientes de ello. 
Un estudio realizado en la Universidad Nacional de Singapur, por ejemplo, reveló que cuando nos exponemos a alimentos con un aspecto delicioso o un olor agradable tenemos más probabilidades de elegir irnos de acampada en vez de quedarnos estudiando o decantarnos por una entrada para el cine en vez de leer un libro. También se conoce que ir de compras estando hambrientos nos hará gastar más de lo habitual. Ahora psicólogos de la Universidad de Dundee nos alertan de que deberíamos evitar tomar decisiones importantes sobre nuestro futuro si tenemos el estómago vacío.
Cuanta más hambre tengas, peores decisiones tomarás
Tener hambre o sentirnos saciados puede influir en nuestras decisiones. Estos investigadores evaluaron cómo reaccionaban las personas cuando estaban hambrientas o se sentían saciadas a la hora de tomar decisiones sobre aspectos tan dispares como la comida, el dinero o la música.
Descubrieron que cuando las personas tenían hambre eran más propensas a precipitarse en sus decisiones, eligiendo recompensas más pequeñas pero inmediatas en vez de esperar para obtener recompensas más grandes. Comprobaron que cuando a una persona saciada se le ofrece la posibilidad de elegir entre una recompensa pequeña ahora o el doble de esa recompensa en el futuro, está dispuesta a esperar hasta 35 días. Sin embargo, si esa persona tiene hambre, su paciencia se acorta considerablemente y solo está dispuesta a esperar 3 días.
Eso significa que cuando tenemos hambre tenemos dificultades para retrasar la gratificación de nuestros deseos y necesidades a favor de un futuro más prometedor, lo cual nos conduciría a tomar decisiones poco convenientes que puedan afectar nuestras metas a largo plazo.
Esa tendencia a tomar decisiones precipitadas no se limitaba únicamente a la comida, sino que se extiende a todo tipo de decisiones, desde aquellas económicas hasta las interpersonales. De hecho, los investigadores apuntan que “las preferencias de las personas cambiaron drásticamente de largo a corto plazo cuando tenían hambre, por lo que es importante que la gente sea consciente de ello”.
O sea, planificar una reunión con un asesor de inversiones si tenemos hambre puede hacer que tomemos decisiones financieras más arriesgadas y hablar con nuestra pareja sobre un futuro juntos puede hacer que nos precipitemos tomando decisiones de las que después nos arrepintamos.
Homeostasis hedónica, o por qué tomamos decisiones impulsivas estando hambrientos
Todo parece indicar que el hambre cambia nuestra manera de ver la realidad, como si fueran unos cristales a través de los cuales vemos el mundo. Hace que nos centremos en las gratificaciones inmediatas, lo cual puede conducirnos a tomar decisiones hedónicas a las que terminamos sacrificando nuestros objetivos a largo plazo.
Los investigadores creen que este sesgo a la hora de tomar decisiones se debe a la “homeostasis hedónica”, un fenómeno que está relacionado con nuestra habilidad para administrar y regular los placeres y gratificaciones. Esta hipótesis está respaldada por un experimento realizado por psicólogos de la Universidad de Aarhus, quienes constataron que cuando tenemos hambre aumentan nuestras decisiones hedónicas; o sea, preferimos un chocolate a una zanahoria o un apartamento con buenas vistas a otro que se encuentre cerca del trabajo. Priorizamos el placer sobre los aspectos pragmáticos o la razón.
En práctica, si no podemos satisfacer el hambre, tenderemos a ser más indulgentes con nosotros mismos, eligiendo otras recompensas inmediatas que nos permitan mantener el equilibrio hedónico. Como dice el refrán, a falta de pan, buenas son las tortas».
Por tanto, la próxima vez que tengas que tomar una decisión importante, asegúrate de no estar hambriento.
Fuentes: Skrynka, J. & Vincent, B. T. (2019) Hunger increases delay discounting of food and non-food rewards. Psychonomic Bulletin & Review; 1-9.