03 septiembre 2019

ATAQUES DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA: SUS SÍNTOMAS Y CAUSAS

Trastornos psicológicos
ATAQUES DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA: SUS SÍNTOMAS Y CAUSAS

"No puedo respirar, siento que me estoy asfixiando. Percibo que estoy en peligro y tengo la necesidad urgente de escapar del sitio donde esté. Simplemente no puedo razonar ni controlarme." Este es el sentir de las personas que sufren crisis de angustia y aunque probablemente alguien que nunca haya sufrido un ataque de pánico no pueda llegar a percibir en toda su magnitud este trastorno, lo cierto es que las personas que lo padecen viven en una angustia permanente, a la expectativa de cuando será el próximo golpe e intentando evitar toda situación que pueda convertirse en un desencadenante para el ataque. Tanto es así que la mayoría termina por recluirse en la casa en el intento de escapar de estas sensaciones tan molestas.

La característica principal de una crisis de angustia es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar intenso, que se acompaña de al menos cuatro de un total de los siguientes SÍNTOMAS:
1. Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca
2. Sudoración
3. Temblores
4. Sensación de ahogo o falta de aliento
5. Sensación de atragantarse
6. Opresión en el pecho
7. Náuseas o molestias abdominales
8. Mareos o desmayos
9. Sensación de irrealidad o de estar separado del propio cuerpo
10. Miedo a perder el control o a volverse loco
11. Miedo a morir
12. Sensaciones de entumecimiento u hormigueo
13. Escalofríos o sofocaciones
La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez (normalmente en diez minutos o menos). En estos momentos las personas experimentan un miedo intenso, sienten que están a punto de morir, sufrir un infarto, temen perder el control o "volverse locos". En consecuencia experimentan un deseo urgente de huir del lugar.
Al ir repitiéndose, estas crisis pueden presentar un menor componente de miedo, pero lo usual es que la persona comience a evitar los lugares y condiciones en las cuales se produjeron las crisis de manera que su rango de acción se reduce considerablemente. En algunas ocasiones el miedo que experimenta la persona a volver a vivenciar estas crisis llega a ser tan grande que esta tensión provoca una nueva crisis ante situaciones que no debían actuar como detonantes. Existen casos de personas que pierden el conocimiento, la capacidad de hablar durante días e incluso la posibilidad de moverse durante las horas que le siguen al ataque.
Sin embargo, todos los ataques no se presentan de la misma forma, así, existen tres tipos de crisis de angustia, que se diferencian por el modo de inicio y por la presencia o ausencia de desencadenantes ambientales:
- CRISIS DE ANGUSTIA INESPERADAS. El inicio de la crisis no se asocia a desencadenantes ambientales particulares, es decir, no existe ningún motivo aparente que actúe como detonador del ataque.
- CRISIS DE ANGUSTIA SITUACIONALES. La crisis aparece inmediatamente después de que la persona ha estado expuesta a un estímulo ambiental como pueden ser: ver una araña, una serpiente, entrar en una multitud... En ocasiones se desata incluso ante la anticipación del estímulo; es decir, ante la idea de que pueda aparecer la araña, la serpiente o un tumulto de personas. Estos episodios están más vinculados con las fobias sociales y específicas.
- CRISIS DE ANGUSTIA RELACIONADAS CON UNA SITUACIÓN DETERMINADA. Estos casos son más peculiares en tanto las crisis pueden aparecer como consecuencia de determinado estímulo ambiental pero no necesariamente después de que la persona ha estado expuesta ante el estímulo e incluso no siempre se desatan. Estos episodios normalmente son frecuentes en el trastorno de angustia aunque también pueden ser diagnosticados en personas con fobias específicas.
Terminemos este pequeño recorrido por las crisis de angustia con algunas pinceladas numéricas que nos permitirán analizar en su justa medida la incidencia de este trastorno:
- Se estima que alrededor del 15% de la población mundial ha sufrido una crisis de angustia o la sufrirá en algún momento de sus vidas.
- En los EUA los ataques de pánico han aumentado a una velocidad alarmante, entre los años 1980 y 1995 su incidencia en la población adulta norteamericana aumentó en un 150%.
- Después del derrumbe de las torres gemelas el 11% de la población madrileña (representa a 275 mil personas) vivieron crisis de angustia continuadas.

En síntesis, un trastorno que nos mantendrá ocupados en artículos posteriores donde intentaremos llegar a su verdadera esencia.

FUENTES:  Nardone, G. (2003). Más allá del miedo. Barcelona:
Editorial Paidós Ibérica.
Goodwin, R. D. (2003) The prevalence of panic attacks in the United States: 1980 to 1995. Journal of Clinical Epidemiology;56(9):914-6.
Pichot, P. et. Al. (2001) DSM-IV "Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales". Mason: Barcelona.

31 agosto 2019

NO MATES EL TIEMPO, ¡APROVÉCHALO!

                                                                                

psicología desarrollo personal                                                                                  
NO MATES EL TIEMPO, ¡APROVÉCHALO!
Dicen que las últimas palabras de la Reina Isabel I de Inglaterra en su lecho de muerte fueron: “Todo cuanto poseo por un momento de tiempo”. La clave para aprender a valorar nuestro tiempo en su justa medida – sin obsesionarnos con su paso, pero tampoco dilapidándolo inconscientemente – consiste en aceptar nuestra mortalidad, comprender que cada día es un regalo precioso compuesto por 1 440 minutos que transcurren uno detrás del otro, de manera silenciosa e inexorable, hasta que, llegados a cierto punto de la vida, el tiempo deja de correr para empezar a volar, precipitadamente, sin asideros a los cuales aferrarse.
Debemos evitar el error de pensar que “quien vive el doble de rápido puede disfrutar en la vida del doble de opciones”. Debemos desterrar la idea de que “la aceleración de la vida hace que esta se multiplique y se acerque al objetivo de una vida plena”, porque una vida plena no se mide en términos de cantidad sino de sentido. No se vive más por hacer más. Se vive más cuando se disfruta más. Cuando las cosas que hacemos tienen un sentido para nosotros. Es por eso que, “quien intenta vivir con más rapidez, también acaba muriendo más rápido”, matando el tiempo con un ocio que no aporta nada más que la inconsciencia de desconectarse de la realidad, según Han.
En su lugar, necesitamos comprender que solo cuando somos plenamente conscientes de nuestra finitud logramos extraer el máximo de cada minuto. Entonces, y solo entonces, dejamos de matar el tiempo para empezar a aprovecharlo en esas cosas que realmente nos aportan y nos permiten vivir experiencias más plenas, alargando el instante presente todo cuanto podamos.

26 agosto 2019

EL SÍNDROME TRAUMÁTICO POSTELECTORAL: ¿ ES UN TRASTORNO REAL O INVENTO MEDIÁTICO?


Un trastorno relativamente olvidado que se reaviva cada vez que un país se enfrenta a elecciones, pero que dio mucho de que hablar a inicios de los 2000: el Síndrome Traumático Postelectoral. Podría decir sin temor a equivocarme que este trastorno reúne más méritos mediáticos que. nosológicos.
El Síndrome Traumático Postelectoral o PESTS (sus siglas en inglés) es una afección que ha golpeado a muchos seguidores de partidos derrotados (¿simple casualidad?) al Trastorno por Estrés Postraumático.
Entre sus síntomas principales se encuentran: aislamiento, ira, irritabilidad, desinterés, amargura, principio de anorexia, insomnio, pesadillas y preocupaciones excesivas acerca del futuro del país (EUA, me parece un tanto obvia la aclaración, pero siempre es válida).
Existen algunos psicoterapeutas norteamericanos que ya tienen experiencia con este trastorno así, después de las elecciones, sus consultas se llenan con un número considerable de víctimas seguidoras del partido perdedor a las cuales normalmente tratan con hipnosis. Aunque vale aclarar que el fenómeno ha llegado hasta las páginas del Asia Times Online donde los doctores reconocen que después de las elecciones el número de personas diagnosticadas con ansiedad o depresión aumenta en un 10%.
En realidad, nos hallamos ante un “desarrollo” o “evolución” de la idea del trauma psíquico, fenómeno más conocido entre los psicólogos y psiquiatras como: Trastorno por Estrés Postraumático. De hecho, algunos estudiosos del fenómeno como Summerfield han sugerido que se trata de una entidad elaborada no sólo a partir de ideas psiquiátricas, sino que se ha sustentado en elementos sociopolíticos por lo cual cuestionan seriamente su existencia
Para comprender este trastorno basta conocer que, como punto desbordante, un fenómeno similar al PESTS se observó entre los fans del futbol cuando sus equipos eran echados de las ligas más importantes. Una investigación muy interesante desarrollada en la Universidad de Nottingham Trent reveló que entre los fans de los equipos deportivos se evidenciaba un gran distress psicológico después de las derrotas totales en las ligas. ¿Síndrome Traumático Postpartido sería la categoría más apropiada? Saca tu propias conclusiones.
Por cierto, no puedo evitar terminar esta reflexión recordando una historia donde los alienígenas que tenían la misión de estudiar el comportamiento humano se preguntaban: ¿Por qué tanto despliegue de energía ante cada campaña electoral si a la larga todo sigue como siempre? Sin comentarios :-)

19 agosto 2019

VIOLENCIA VERBAL: LAS PALABRAS HIEREN

Psicología /desarrollo personal                                                                               
VIOLENCIA VERBAL: LAS PALABRAS  HIEREN
El abuso verbal no deja huellas físicas, pero las huellas psicológicas son muy profundas. Una frase, dicha en un momento en el cual somos especialmente vulnerables, puede quedarse impresa con fuego en nuestra mente, activándose una y otra vez. Las palabras tienen un poder increíble. Pueden calmarnos y empoderarnos, pero también pueden derrumbarnos y herirnos.
No podemos obviar que la convivencia genera conflictos que muchas veces nos dejan con las emociones a flor de piel. Hasta cierto punto los conflictos son positivos ya que representan oportunidades para el cambio. Pero cuando la pelea sube de tono y las palabras se vuelven ofensivas, se produce una situación de violencia verbal. Y “la violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, siempre es un fracaso”, en palabras de Jean Paul Sartre.
¿Qué es la violencia verbal?
En ocasiones, en medio de una discusión acalorada, las emociones afloran y la rabia o la frustración pueden hacer que digamos cosas hirientes. Es comprensible que, en algunas circunstancias perdamos la compostura, pero si se convierte en la norma, estamos ante una situación de maltrato verbal.
La violencia verbal es una forma de comunicación destructiva en la que una persona daña a otra. Se trata de un patrón comunicativo sostenido a lo largo del tiempo en el que, de manera más o menos intencional, se ejerce un maltrato verbal continuo que afecta la autoestima de la víctima provocando emociones desagradables y generando dudas sobre su valía como persona.
¿Cuál es la diferencia entre el abuso verbal y una discusión acalorada?
No es fácil distinguir una discusión acalorada del maltrato verbal. De hecho, muchas personas ni siquiera son plenamente conscientes de que están siendo víctimas de una situación de abuso verbal. A menudo las víctimas le restan importancia a lo que ocurre o intentan justificar el comportamiento del otro pensando cosas como “realmente no quiso decir eso”.
Hay que tener claro que, si en una discusión acalorada una de las personas insulta, humilla y/o culpabiliza al otro, se está produciendo una agresión verbal. No obstante, una situación puntual no implica que se haya establecido una dinámica de abuso verbal en la relación. Esto se produce cuando existe un patrón recurrente; es decir, cuando se usan continuamente los gritos, insultos, amenazas y humillaciones para someter al otro.
7 señales de maltrato verbal: Más allá de los gritos e insultos
1.Insultos y gritos
Los insultos y gritos son la expresión más evidente del maltrato verbal. En este caso, la persona alza continuamente la voz para intentar imponerse y no duda en recurrir a los insultos y ofensas para intentar controlarte infundiendo temor. Como apuntó el escritor John Frederick Boyes: “la violencia en la voz es a menudo la muerte de la razón en la garganta”.
2. Humillación y críticas destructivas
Existe un tipo de abuso verbal más sutil pero muy dañino: la humillación y las críticas destructivas. En este caso, la persona no recurre a los gritos sino al sarcasmo, la vergüenza, los gestos desdeñosos y la degradación para ejercer el control. Puede recurrir a bromas que te hagan sentir mal o usar palabras y gestos que te menosprecien y/o te hagan sentir incompetente.
3. Acusaciones y culpabilización
En algunos casos, el maltrato verbal se reviste de manipulación. La persona te responsabilizará por todo lo malo que sucede, despojándose de su cuota de responsabilidad para hacerte sentir mal. Esa persona no dudará en acusarte y culparte, achacándote siempre malas intenciones o una incompetencia total.
4. Trivializar
Este tipo de abuso verbal es más sutil y difícil de detectar ya que consiste en restar importancia a tus opiniones y sentimientos, hasta el punto de hacerte sentir que eres completamente insignificante. Esa persona no muestra empatía, minimizando continuamente tus problemas e incluso negándose a abordarlos.
5. Amenazas
Además de las típicas amenazas a través de las cuales una persona intenta controlar tu comportamiento, también existen amenazas que recurren a un tipo de chantaje emocional. Uno de los ejemplos más extremos es: “Si me dejas, me/te mato”, pero existen muchas otras formas de amenazas y extorsiones en todo tipo de relaciones.
6. Cosificación
En este caso, no suelen mediar insultos ni gritos, la persona simplemente se limita a tratarte como si fueras un objeto, lo cual significa que no te presta atención ni satisface tus necesidades emocionales. Esa persona te ignora sistemáticamente, haciendo como si no existieras.
7. Bloqueo del diálogo
Solemos identificar la agresión verbal con los gritos e insultos, pero el silencio también puede blandirse como un arma para causar profundas heridas. No hablarle a una persona, con el objetivo de hacerla sentir mal, impidiendo el diálogo que pueda solucionar los conflictos que existen en la relación, es una forma de violencia verbal.
Las consecuencias de la violencia verbal afectan tu cerebro y salud
El hecho de que nos griten, humillen o ignoren nuestras necesidades afectivas con frecuencia termina cambiando nuestra mente, el cerebro e incluso nuestro cuerpo. Cuando se desencadena una respuesta de miedo repetidamente debido a un entorno hostil, como uno marcado por los gritos o la frialdad emocional, se producen reacciones físicas y emocionales automáticas que pueden causar un trauma psicológico. De hecho, no es inusual que quienes han sido víctimas del maltrato verbal durante años terminen sufriendo cuadros de depresión o ansiedad.
Además, la violencia verbal aumenta la actividad de la amígdala, de manera que esta se vuelve más reactiva y nos mantiene en un estado de excitación nerviosa constante. También incrementa la producción de hormonas del estrés y genera tensión muscular, lo cual significa que tendrá repercusiones negativas sobre nuestra salud a medio y largo plazo, desencadenando enfermedades que tienen un componente psicosomático.
El maltrato verbal también termina cambiando lo que pensamos y cómo nos sentimos respecto a nosotros mismos. Esto se debe a que las conexiones neuronales que se establecen en nuestro cerebro dependen en gran medida de nuestras experiencias. Y si esas experiencias están marcadas por el abuso verbal, es difícil escapar de ellas. En otras palabras: si alguien nos hace sentir que no valemos nada, es probable que terminemos creyéndolo.
Las investigaciones sobre el apego y la maternidad confirman lo que todos sabemos intuitivamente: como seres humanos, nos sentimos mejor cuando somos amados y estamos seguros, lo cual significa, entre otras cosas, recibir un trato respetuoso.
¿Cómo detener el maltrato verbal?
Si estás siendo víctima de agresiones verbales, es importante que le pongas coto. Detener la violencia verbal es un acto de autodefensa y amor propio porque a la larga esa situación terminará dañando profundamente tu autoestima y se cobrará una factura muy elevada en tu salud.
Establece límites, líneas rojas que la otra persona no debe soprepasar. Déjale claro que no estás dispuesto a soportar ciertos comportamientos.
Dado que algunas personas no son plenamente conscientes del impacto de sus palabras, un buen punto de partida consiste en hacerle notar cuánto te dañan sus palabras y actitudes. De esta manera lograrás que salga de su postura egocéntrica y se ponga en tu lugar.
También puedes brindarle ayuda para encontrar una solución juntos. El abuso verbal puede ser la expresión del agotamiento psicológico, de la incapacidad para adoptar un estilo relacional más asertivo o incluso del miedo. Al fin y al cabo, como dijo el psicólogo Marshall Rosenberg: “Toda violencia es el resultado de personas engañándose para creer que su dolor es provocado por otra gente, pensando por tanto que merecen ser castigadas”. Lo importante es que esa persona reconozca que necesita ayuda para lidiar con los conflictos y las relaciones de manera más constructiva y enriquecedora.
Como último recurso, si estas estrategias no funcionan, porque no siempre está en nuestras manos cambiar al otro, siempre nos queda la opción de alejarnos de esa persona que nos está haciendo daño.

IDEAS PARACONVERTIR LOS PROBLEMAS EN OPORTUNIDADES


Psicología Desarrollo personal  
IDEAS PARACONVERTIR LOS PROBLEMAS EN OPORTUNIDADES

Todos, en algún que otro momento, hemos tenido problemas, ya sea con nuestros amigos, pareja, hijos, compañeros de trabajo e incluso con nosotros mismos. Los problemas surgen cuando no somos capaces de articular nuestra perspectiva con los puntos de vista ajenos y no estamos dispuestos a ceder, parapetándonos detrás de nuestras creencias, como si de una muralla se tratase. 
De hecho, en realidad la causa más común de los problemas no radica en la diferencia de criterios o motivaciones sino en la incapacidad para encontrar un punto en común, en la negación a ceder. Obviamente, estas posturas producen malentendidos, disgustos y peleas. 
Sin embargo, los problemas no son necesariamente negativos, podemos convertirlos en oportunidades para aprender, para crecer como personas y para desarrollar la flexibilidad. Los problemas nos permiten adentrarnos en perspectivas diferentes a la nuestra y ampliar nuestra mente. También pondrán a prueba nuestras habilidades sociales y nos ayudarán a ser más empáticos y asertivos. Por supuesto, para obtener estas ventajas, es importante saber manejar los problemas.
5 ideas para aprender a manejar los problemas y sacar provecho
1. Reconoce y valora los aspectos importantes para la otra persona. Cuando estamos en presencia de un problema es fundamental discriminar cuál es el aspecto que nos ha llevado a esa contradicción. No se trata del problema de base sino de la discrepancia que nos impide ponernos de acuerdo. Una vez que hayas detectado cuál es la verdadera causa del problema, intenta comprender por qué es importante para la otra persona. Por un minuto, ponte en su lugar, asume su perspectiva y haz tuyos sus valores. Solo así podrás entender el verdadero alcance del problema.

2. Mantén bajo control las emociones. Las emociones son un arma de doble filo ya que, en ocasiones, sobre todo cuando nos enfrentamos a un problema, nos juegan malas pasadas al tomar el mando y hacernos decir o hacer cosas inapropiadas. Por eso, para convertir un problema en una oportunidad es fundamental que aprendas a manejar tus emociones. Por supuesto, no siempre es fácil tomar el mando emocional, en esos casos, lo mejor es que postergues la conversación. Explícale a la otra persona que en esos momentos no estás en la mejor disposición para resolver un problema y que será mejor que aplacéis el asunto hasta que puedas enfrentarlo con más calma y la mente despejada. De la misma forma, si notas que tu interlocutor está demasiado exaltado, hazlo notar y pídele postergar la conversación.

3. Muestra una actitud positiva, abierta a diferentes soluciones. A menudo las personas se parapetan en su posición y no quieren oír hablar de alternativas que no sean las que ellos proponen. Esta actitud defensiva solo servirá para que tu interlocutor se encierre a su vez, en un búnker. Como resultado, no lograréis avanzar. Por eso, lo mejor es acudir al problema con una actitud abierta, dispuesta al diálogo y, sobre todo, con la meta de alcanzar una solución que sea satisfactoria para ambos. Al final, esta actitud se reflejará en tus gestos y palabras y terminará por hacer que todo fluya con mayor facilidad.

4. Maximiza la empatía. No basta con que comprendas racionalmente al otro, también es importante que entiendas sus motivos y sus sentimientos, sobre todo cuando se trata de un problema con personas a las que te unen lazos afectivos. Remontarte atrás en el tiempo y recordar sus experiencias de vida seguramente te ayudará a comprender por qué se siente de determinada manera. Por supuesto, también es importante que seas capaz de despertar la empatía. Pídele a la otra persona que se ponga en tu lugar y explícale cómo te sientes. 

5. Sé proactivo. No decidir es peor que tomar una mala decisión. Los problemas interpersonales suelen generar una gran carga emocional que acarrea consecuencias en el plano personal y social. Por eso, evadirlo casi nunca es la mejor solución ya que solo te traerá preocupaciones y estrés. Después de que hayas sopesado los pros y los contras, decídete a enfrentar el problema. Quizás no logres solucionarlo a la primera, pero al menos estarás dando pasos para buscar una alternativa.

16 agosto 2019

10 PASOS PARA ELIMINAR LA BASURA EMOCIONAL


Psicología desarrollo personal                                                                                  
A lo largo de la vida vamos acumulando sentimientos negativos referente a acontecimientos pasados. Debido a esto, quedan resentimientos, tristezas, miedos y enojos, producto de experiencias desagradables. Pero ¿Qué se puede hacer para eliminar toda esa basura emocional? A continuación, te dejamos 10 pasos para eliminar la basura emocional, entrevista a la psicóloga Ciara Molina.
1-Pensamientos positivos o negativos, tú eliges
Los pensamientos negativos generan una enorme cantidad de malestar, y su manifestación común es la ansiedad. Los pensamientos positivos, en cambio, provocan todo lo contrario a nivel emocional. Así, con afirmaciones positivas, lograremos modificar el pensamiento a través del uso del lenguaje. Se trata de que te creas lo que te dices, no solo que te quedes con las palabras: “me quiero”, “me valoro”, “soy capaz” … Hay que animarse a potenciar aquello que quieres atraer y tu pensamiento abrirá el camino emocional que te ayudará a alcanzarlo.
2. Creando expectativas, acumulando frustraciones
Tendemos a fijarnos demasiado en lo que consideramos que nos hace falta, y esto nos dificulta poner atención en lo que somos, sentimos y pensamos en nuestro día a día. No podemos saber lo que va pasar de aquí a cinco años, pero sí podemos gestionar adónde queremos llegar dando pequeños pasos desde el hoy. La mejor manera de no excedernos en nuestras expectativas será establecer pocas y a corto plazo, al hacerlas alcanzables ganaremos confianza.
3. La actitud determina el estado de ánimo
¿Alguna vez has tenido la sensación de vivir un día pésimo desde que te levantas hasta que te acuestas? o, por el contrario, ¿no te ha pasado que de repente sientes que te comes el mundo y que todo lo que acontece a tu alrededor parece estar en sincronía contigo? Lo que determina uno u otro es la actitud con la que nos enfrentamos a él. Cuanto más optimistas seamos a la hora de interpretar lo que nos pasa, mejor valoración haremos de nosotros mismos (autoestima) y mejor adaptación al medio tendremos. Por tanto, toda actitud positiva comienza por tener una autoestima saludable.
4. Voluntad sin acción es papel mojado
Cuando nos sentimos decaídos, lo primero que perdemos es la voluntad. “Sabiendo que la voluntad es nuestra capacidad para decidir si realizar un determinado acto o no, ¿por qué escoger quedarse en la oscuridad pudiendo ver la luz? Para tener una buena predisposición a la acción voluntaria la experta aconseja ser receptivo, priorizar los pasos, visualizar positivamente aquello que queremos que suceda.
5. Salir de la zona de confort
Definiendo zona de confort como todo aquello que nos rodea y con lo que nos sentimos cómodos. ¿Cómo salir de la zona de confort? Molina aconseja al respecto explorar nuevos horizontes y dejar que la vida nos sorprenda. Perder el miedo a avanzar, a descubrir nuevos mundos y buscar oportunidades que nos aporten nueva sabiduría. Cuando decidimos explorar más allá de los límites que nos autoimpusimos empezamos a entrar en lo que se conoce como la “zona de aprendizaje”.
6. Quiero, puedo, me lo merezco
Tenemos que tener claro que lo que nos define no son las opiniones positivas que los demás puedan tener o las críticas a las que nos veamos expuestos, sino la valoración que hacemos de nosotros mismos. Es decir, de la autoestima.
7. Autoestima: camino al bienestar
Para hacer que mejore, la psicóloga recomienda que “nos aceptemos, tengamos confianza plena en lo que hacemos, nos cuidemos a nosotros mismos, seamos autosuficientes emocionales, aprendamos a poner límites, realicemos autocrítica constructiva, sepamos que somos los únicos responsables de lo que nos pasa, nos dediquemos un momento al día solo para nosotros, y apostemos por el sentido del humor, entre otras muchas cosas que podemos hacer”.
8. Aceptación, pero no olvido
No se olvida, se supera. Superamos relaciones, miedos, malestares, frustraciones, pérdidas y heridas emocionales. Eso sí, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional y pensar constantemente en borrar nuestros recuerdos negativos no hará más que hacerlos más conscientes. Por eso para que un malestar se supere no podemos negar que exista.
9. Críticas, ¿constructivas o destructivas?
Lo que diferenciará que una crítica sea catalogada de constructiva o destructiva será la intención con la que se dice, las palabras que se escogen y la manera de decirla. Pero por muy destructiva que sea la crítica, si no se le da importancia, no se vivirá como una ofensa. Asimismo, cuando seamos nosotros los que formulemos la crítica, no debemos ser apresurados a la hora de opinar, debemos dejar claro el aprecio, basarla en el respeto, y expresarla en el momento adecuado, además de ser conscientes de que el otro tiene derecho a réplica.
10. La comunicación, por último, como base del equilibrio emocional
Resulta imprescindible saber comunicarnos, entendernos y comprendernos los unos a los otros. Una buena o mala comunicación puede marcar la diferencia entre tener una vida feliz o tenerla llena de problemas. Para que la comunicación sea efectiva y emocionalmente sana partiremos de las siguientes premisas: Tendremos la actitud adecuada, nos centraremos en un tema en concreto, escucharemos con atención, nos expresaremos de forma clara y directa, diremos lo que pensamos y sentimos, aceptaremos la opinión del otro, no daremos nada por supuesto, preguntaremos, y seremos coherentes con lo que decimos y lo que expresamos de una manera no verbal.

¿CÓMO ELIMINAR LA BASURA EMOCIONAL?

Psicología desarrollo personal                                                                                  
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CÓMO ELIMINAR LA BASURA EMOCIONAL?
Una mañana, sin saber cómo, te levantas totalmente desmotivado, sin ganas de hacer nada y con la horrible sensación de que no puedes más. La idea de tener que enfrentar otra jornada es tan extenuante que te agobia. Esta sensación es bastante común y prácticamente todos, en algún que otro momento de nuestras vidas, la hemos experimentado ya que suele estar provocada por periodos de gran estrés en los cuales hemos ido acumulando mucha “basura emocional”. 
La basura emocional se va acumulando cuando no logramos deshacernos de los resentimientos, la ira, el estrés y la frustración. Poco a poco, estos estados crecen dentro de nosotros hasta llegar a ocupar un espacio enorme y un buen día, sientes que estás repleto y que no tienes fuerzas para enfrentar los nuevos desafíos.
Ten presente que aunque la basura emocional no ocupa un espacio físico, al igual que sucede con la basura de nuestra casa, si no nos encargamos de purgar cada día los estados emocionales negativos, terminaremos llenos de insatisfacción y sin energía e incluso nos expondremos a sufrir un colapso emocional.
5 pautas para eliminar la basura emocional
1. Reajusta las expectativas. Las expectativas son nuestra mayor fuente de insatisfacción. De hecho, casi nunca somos conscientes de ellas pero a menudo esperamos demasiado de nosotros mismos y de los demás. Cuando nuestras expectativas no se cumplen, nos sentimos mal y esto nos sume en un estado de frustración que genera muchísima basura emocional. Por eso, el primer paso para mantener limpia nuestra mente consiste en revalorar nuestras expectativas en función de nuestros recursos actuales y, si es necesario, ajustarlas. Al contextualizar tus expectativas puedes replantearte tus objetivos y llegar a tu meta sin tanta presión.
2. Mantén una actitud positiva. La mayoría de las personas son conscientes de la importancia de enfrentar los problemas asumiendo una actitud positiva pero lo cierto es que casi nadie lo hace. Una buena estrategia consiste en llevar un diario de la positividad; es decir, al finalizar cada día, tendrás que escribir al menos tres cosas positivas que te hayan ocurrido, por muy irrelevantes que te parezcan. De esta forma irás creando el hábito de ver y darle importancia a los aspectos positivos de las situaciones, lo cual te llenará de energía y te dará fuerzas para enfrentar incluso las peores jornadas.
3. Sé proactivo. No basta con mirar dentro de sí y darse cuenta de toda la basura emocional que almacenamos porque esto solo nos hará sentir mal, es imprescindible actuar. Recuerda que la introspección sin la acción puede llegar a ser muy dañina porque nos sume en un círculo vicioso que conduce a la lamentación. En vez de quedarte sentado viendo cómo la basura emocional se amontona, ármate de valor y comienza a sacar poco a poco esos sentimientos negativos que te impiden sentirte pleno. Por ejemplo, puedes tomar un curso de manejo de la ira, si este es tu principal problema, o aprender técnicas de relajación, si tu problema es la ansiedad. Recuerda que no podrás eliminar toda la basura emocional de un plumazo porque es probable que haya estado ahí durante meses o incluso años, pero si das un paso tras otro, paulatinamente, lograrás limpiar tu mente.
4. Acepta y deja ir. Una gran parte de la basura emocional que acumulamos proviene de errores del pasado que no hemos aceptado y que continúan lastrando nuestro presente. Cuando no logramos pasar página, las experiencias pasadas nos siguen dañando y, ante el menor estímulo, los sentimientos negativos asociados a estas se vuelven a activar. Por eso, es fundamental mirar atrás y liberarnos de las culpas, las recriminaciones y las frustraciones. De la misma forma en que hacemos limpieza en casa, debemos hacer limpieza en nuestra mente. Analiza las situaciones pasadas que te perturban, pregúntate si las emociones que despiertan te reportan algo bueno y, si no es así, prepárate para dejar ir esas sensaciones desagradables. La técnica de las hojas del río es ideal para eliminar la basura emocional ligada al pasado.
5. Sal de tu zona de confort. Nuestra zona de confort es ese “lugar” en el que nos sentimos cómodos y seguros porque tenemos el control de lo que sucede. Sin embargo, para que las cosas sean diferentes hay que hacerlas de manera diferente. No es suficiente con que limpies la basura emocional si continúas con los viejos hábitos y vuelvas a llenarte de resentimiento. Salir de tu zona de confort te ayudará a ver la vida desde otra perspectiva, te llenará de buenas vibraciones y te dará la energía que necesitas para emprender nuevos proyectos.