05 abril 2020

Crecimiento Personal / Llorar es catártico


Crecimiento Personal / Llorar es catártico
Llorar es catárticoUna creencia popular bastante generalizada nos dice que llorar nos brinda consuelo en las situaciones particularmente difíciles.
Aunque en algunas ocasiones la ciencia viene a confirmar la sabiduría popular, lo cierto es que esta vez la investigación científica nos brinda informaciones un tanto diversas: llorar puede aumentar el estrés y la reacción arousal del sistema nervioso autónomo.
¿A quién creerle? ¿En cuantas ocasiones no hemos experimentado en carne propia el efecto catártico del llanto?
La respuesta no es sencilla: el pretendido efecto calmante del llanto depende del contexto donde la persona se encuentra, de sus características de personalidad, de su estado emotivo… y seguimos contando. Precisamente, psicólogos de la Universidad de Florida del Sur, han intentado analizar la mayor cantidad de factores intervinientes posibles para verificar (o no) los efectos «terapéuticos» del llanto.
Con este objetivo realizaron una revisión bibliográfica de 15 investigaciones relacionadas con la temática. La primera incongruencia que saltó a la vista fue: cuando a las personas les pedían que recordaran un episodio donde hubiesen llorado y posteriormente les preguntaban si llorar había sido reconfortante; un 70% respondió afirmativamente. Sin embargo, un efecto bien diferente se observó cuando el llanto era inducido a nivel de laboratorio (a través de la proyección de un filme de fuerte contenido dramático) ya que las personas raramente definían este llanto como reconfortante o promotor de alivio a nivel psicológico. Así, aquellos que lloraron (a nivel de laboratorio) se sintieron peor y más activados en comparación con las personas que no lloraron. ¿Por qué?
Una posible explicación podría encontrarse en el contexto en el cual se produce el llanto. Parece ser que éste es más gratificador cuando induce a la relación social fungiendo como un «remedio relacional»; sin embargo, cuando las personas lloran en un ambiente frío o donde no hay interacción social el llanto puede empeorar el humor o provocar vergüenza y embarazo. En palabras sencillas: cuando lloramos y éste llanto nos ayuda a acercarnos a una persona o recibimos su atención y afecto entonces llorar tiene una acción terapéutica.
Los investigadores también hallaron que algunas características de personalidad, así como la existencia de una psicopatología mediatizan en el poder catártico y “liberador” del llanto. Así, las personas alexitímicas, deprimidas o ansiosas usualmente empeoran su estado de ánimo después de las lágrimas.
Otra posible explicación para los efectos tan diversos que puede producir el acto de llorar se intenta vislumbrar a través de la tipología del llanto:
– Llanto de protesta: caracterizado por los sonidos altos, usualmente acompañado por gritos y que tiene como función principal revalorar la situación.
– Llanto triste: es un llanto silencioso destinado para crear nuevos vínculos después de la pérdida.
– Llanto separado: caracterizado por la ausencia de lágrimas e indica desesperación extrema.
Se sugiere que el efecto del llanto sobre la persona depende de la forma de llorar ya que el llanto estaría compuesto por dos fases: en la primera (cuando el llanto inicia) el mismo tendría un efecto activador a través del aumento del ritmo cardíaco pero inmediatamente después (en la segunda fase) tiene un efecto calmante a partir de la reducción de la frecuencia respiratoria. Así, solo el llanto triste provocaría un mejoramiento del humor al transcurrir rápidamente a esta segunda fase.
Hasta ahora las ideas son sugerentes, pero aún el background científico que las respalda es muy pobre así que, para extraer ideas concluyentes, tendrá que esperarse por los resultados de nuevos estudios.
Fuente:
Hendriks, M.C.; Rottenberg, J. & Vingerhoets, J.J. (2007) Can the distress-signal and arousal-reduction views of crying be reconciled? Evidence from the cardiovascular system. Emotion; 7: 458–463.

02 abril 2020

CATARSIS EMOCIONAL


psicología/ tratamientos psicológicos                                                 
LA CATARSIS EMOCIONAL
La catarsis es una liberación emocional que nos ayuda a liberar los conflictos inconscientes. De hecho, el término proviene de la palabra griega “katharsis”, que significa “purificación” o “limpieza”. En Psicología, la catarsis implica una especie de purga emocional, de manera que podemos restaurar nuestro equilibrio psicológico. Se trata de un proceso intenso e íntimo que suele ser liberador ya que no solo expresamos contenidos que habíamos reprimido sino que les damos un nuevo sentido, los incorporamos en nuestra historia de vida y logramos pasar página. 
¿Qué es la catarsis emocional según el psicoanálisis? 
El término catarsis se remonta a la Antigua Grecia, si bien adquirió protagonismo en la Psicología de la mano de Sigmund Freud y Josef Breuer. Este último desarrolló un tratamiento psicológico que denominó catártico para abordar la histeria. La terapia consistía en hacer que los pacientes recordaran experiencias traumáticas mientras estaban bajo hipnosis. Breuer descubrió que cuando las personas expresaban las emociones que habían reprimido durante tanto tiempo, experimentaban un alivio de sus síntomas. 
Freud también creía que la catarsis emocional podía desempeñar un papel importante en el alivio de los síntomas vinculados a la angustia. Según su teoría psicoanalítica, la mente humana se compone de tres elementos clave: el consciente, el subconsciente y el inconsciente. En la mente consciente se encuentra todo lo que conocemos. El subconsciente contiene cosas de las que no somos totalmente conscientes pero que podemos concienciar si le prestamos la debida atención. Por último, el inconsciente es la parte de la mente que contiene la gran reserva de pensamientos, sentimientos y recuerdos que están fuera de nuestra conciencia, generalmente con una gran carga emotiva. 
Freud pensaba que muchos conflictos y traumas se esconden en el inconsciente, desde donde siguen ejerciendo su influjo sobre nuestras decisiones, comportamiento y bienestar. Por eso recurría a técnicas psicológicas como la interpretación de los sueños y la asociación libre para acceder a esos contenidos. Definió la catarsis como “El proceso mediante el cual reducimos o eliminamos un conflicto al activarlo en la conciencia y permitir que se exprese”.
Desde esta perspectiva, la catarsis sería un darse cuenta de cosas que nos están dañando pero que operan por debajo del umbral de la conciencia. De hecho, en el psicoanálisis actual la catarsis se considera como la descarga de los efectos vinculados a eventos traumáticos que habían sido reprimidos, devolviéndolos a la conciencia para volver a experimentarlos y deshacerse de su influjo negativo o limitante. 
Esto significa que, si bien la catarsis encierra un poderoso componente emocional, también tiene un fuerte componente cognitivo que nos permite adquirir nuevos conocimientos o perspectivas asumiendo y dejando atrás esas heridas emocionales. Por tanto, la catarsis emocional: – Nos hace sentir mejor liberando las emociones negativas y, – Conduce a un cambio positivo en nuestro “yo” permitiéndonos integrar esos contenidos reprimidos. 
¿Por qué es importante expresar las emociones? 
La sociedad suele ejercer un papel represor sobre las emociones. Está mal visto que expresemos las emociones “negativas”, de manera que se fomenta su represión, lo cual nos lleva a sepultarlas en lo más profundo del inconsciente.
Sin embargo, la expresión emocional forma parte de un “yo” maduro y equilibrado. Cada emoción que experimentamos y expresamos forma parte de nuestra esencia. Gracias a ellas podemos conocernos mejor. Las emociones actúan como brújulas que nos indican instantáneamente reacciones de agrado o rechazo, por lo que nunca se deben reprimir, solo es necesario aprender a expresarlas asertivamente. 
Una emoción reprimida terminará generando un conflicto que se enquistará en el inconsciente, simplemente porque no hemos procesado el mensaje de esa emoción y no la hemos utilizado adaptativamente. Al contrario, asimilar las emociones, sobre todo las emociones “negativas”, nos permitirá comprenderlas y usarlas a nuestro favor para crecer. 
¿Hacer catarsis siempre es beneficioso? 
Al pasar a formar parte del vocabulario popular, la catarsis se ha desdibujado. Muchos piensan, por ejemplo, que hacer catarsis para liberar la ira significa dar golpes a la almohada o encerrarse en una habitación a gritar. Se ha demostrado que este tipo de recursos expresivos es contraproducente e ineficaz a largo plazo. 
Un estudio muy interesante realizado en la Universidad Estatal de Iowa analizó cuál era la mejor estrategia para ventilar la ira. Estos psicólogos pidieron a un grupo de personas enojadas que golpearon un saco de boxeo y pensaron en la persona que los había enojado y a otros les pidieron que pensaran en que se estaban poniendo en forma. Un tercer grupo se quedó sentado en una habitación, sin más. 
Luego, a todos les dieron la oportunidad de administrar fuertes ráfagas de ruido a la persona que los había enojado. Se descubrió que las personas que habían golpeado el saco de boxeo pensando en quien los había enojado no solo seguían estando muy enojadas sino que también se comportaron de manera más agresiva. Al contrario, quienes más se calmaron fueron los que se quedaron sentados tranquilamente. 
La ventilación física de las emociones puede ayudar y tener un pequeño efecto catártico, pero es necesario ir un paso más allá. Si la mera catarsis física fuera una práctica constructiva, la labor de los psicólogos sería mucho más sencilla. Para curar y resolver los conflictos no basta con actuar y experimentar, es necesario trabajar a nivel conceptual con la imagen del “yo”. 
Eso significa que para lograr el cambio positivo que se persigue con la catarsis es necesario reflexionar sobre esas emociones, de manera que podamos integrarlas en nuestro autoconcepto. 
También hay que tener en cuenta que la única emoción que se ventila con la catarsis no es la ira. La tristeza que experimentamos después de la pérdida de un ser querido, cuando se reprime, sigue doliendo. Al contrario, cuando se expresa se supera más rápido. Se ha demostrado que llorar es catártico, casi siempre. De hecho, la catarsis en Psicología se usa fundamentalmente para aliviar el dolor y el sufrimiento asociados a un trauma. 
Un estudio realizado en la Universidad de Illinois descubrió que la catarsis provoca cambios a nivel fisiológico que pueden ayudarnos a encontrar el equilibrio emocional más rápidamente. Estos psicólogos apreciaron que ventilar las emociones genera una disminución de la presión arterial y cambia el ritmo de la respiración, lo cual podría ayudarnos a calmarnos. De hecho, cuando estamos enojados respiramos a un ritmo diferente que cuando estamos tranquilos o tristes. Cada emoción tiene su ritmo de respiración, de manera que cuando cambia nuestro estado mental, nuestra respiración cambia inmediatamente. Por tanto, regulando nuestra respiración también podemos controlar las emociones. 
¿Cómo hacer catarsis para generar un cambio positivo duradero? 
1. Conecta con tus sentimientos. Ante todo, es vital que aceptes todas tus emociones y sentimientos. Debes evitar la idea de que existen emociones “negativas” que no deberías experimentar. Todas las emociones son válidas y no te hacen peor ni mejor persona. No es lo que sientes sino cómo lo canalizas. Por tanto, no intentes reprimir ni luchar contra esas emociones. Conecta con ellas para que escuches el mensaje que deben transmitirte. A veces, detrás de la ira se esconde la tristeza, por ejemplo, o la sensación de impotencia. Pero no podrás resolver el conflicto si te desconectas de tus emociones. 
2. Busca la forma de hacer catarsis que funciona para ti. Lo que puede ser catártico para algunos no lo es para otros. Por tanto, debes encontrar la estrategia de expresión emocional que mejor funciona para ti. No siempre es necesario ni recomendable golpear una almohada, llevar un diario terapéutico puede ser una forma de exorcizar tus problemas. El arte también es una excelente herramienta catártica. 
3. No te olvides del elemento cognitivo. La catarsis está compuesta por dos aspectos: la liberación emocional que generalmente tiene un fuerte componente somático y el elemento cognitivo, que implica la reflexión sobre lo ocurrido. Si te limitas a la liberación emocional te habrás quedado a medio camino. Es necesario que reflexiones sobre el origen de esas emociones que te perturban y, sobre todo, que encuentres una vía para expresarlas de manera asertiva, sin hacerte daño y sin dañar a los demás. 
Por último, pero no menos importante, no fuerces tu ritmo de curación. A veces algunos contenidos se esconden en el inconsciente porque no tenemos las herramientas psicológicas necesarias para afrontarlos y sacarlos a la conciencia sería extremadamente doloroso. Asume la catarsis como un proceso terapéutico de autosanación y autoaceptación en el que cada día irás dando pequeños pasos. 
Fuente: 
Verona, E. & Sullivan, E. A. (2008) Emotional Catharsis and Aggression Revisited: Heart Rate Reduction Following Aggressive. Emotion; 8(3): 331–340. 

31 marzo 2020

EL SILENCIO PUEDE CAMBIAR TU VIDA


Psicología/ desarrollo personal                                                                 

EL SILENCIO PUEDE CAMBIAR TU VIDA
El ruido puede convertirse en una música de fondo que nos acompaña a lo largo de nuestra rutina cotidiana. Sin embargo, se ha demostrado que el ruido activa nuestro sistema nervioso e incrementa el nivel de estrés. De hecho, varios estudios realizados cerca de grandes aeropuertos europeos han desvelado que los niños que viven cerca de estas zonas tienen mayores niveles de tensión arterial. En el caso de los adultos el problema es aún mayor ya que existe una mayor incidencia de enfermedades cardíacas e hipertensión.

Estos resultados no deben sorprendernos ya que el ruido puede aumentar los niveles de cortisol, y cuando estos se mantienen elevados a lo largo del tiempo terminan provocando desequilibrios en el sistema inmunitario y en el metabolismo. De hecho, si haces la prueba, te darás cuenta de que al pasar de un sitio con mucho ruido a un lugar silencioso, tu cuerpo se relaja automáticamente, es como si la tensión te abandonara.

esgraciadamente, muy pocas personas son conscientes de la importancia del silencio en nuestras vidas. Sin embargo, abrazar el silencio puede provocar cambios muy positivos.
1. Te ayuda a conectar con tu “yo” más profundo. Sentarnos en silencio, simplemente para disfrutar de la quietud, nos permite conectar con nuestro “yo” más profundo. Ese estado de calma nos invita a mirar dentro de nosotros, por lo que terminaremos descubriendo cosas nuevas. De hecho, el silencio nos enseña a estar cómodos con nosotros mismos, a sentirnos a gusto sin hacer nada, disfrutando de nuestra compañía. Algo que muy pocas personas saben hacer.

2. Te permite estar más atentos a los detalles. Estar tranquilos y en silencio nos ayuda a desarrollar la atención y la concentración. De hecho, nos permite mantenernos atentos a los pequeños detalles, abriendo considerablemente nuestra percepción del mundo. Cuando estamos en un entorno ruidoso, nuestros sentidos simplemente se restringen, pero cuando comenzamos a abrazar el silencio nuestra percepción se amplía.
3. Te enseña a desarrollar la gratitud. La tranquilidad nos ayuda a ver la vida desde perspectivas diferentes. Cuando estamos a solas con nuestros pensamientos, con total tranquilidad, podemos comenzar a vislumbrar las mil y una razones por las cuales podemos sentirnos agradecidos. El simple hecho de estar ahí, ya es una buena razón para sentirse agradecidos.
Te motiva a abrazar la simplicidad. Cuando estamos en silencio, apreciamos detalles que no habíamos notado. En esos momentos nos damos cuenta de que para ser felices y tener una vida plena no necesitamos mucho, basta aprender a disfrutar de lo que tenemos ahora mismo. El silencio, ese estar a solas contigo mismo, te enseñará el valor de la simplicidad para tu vida.
5 Te permite saber qué deseas. La vertiginosidad de la vida cotidiana a menudo no solo hace que mantengamos relaciones frágiles y superficiales con los demás sino incluso con nosotros mismos. Cuando estamos sumidos en el ruido no tenemos tiempo para preguntarnos qué deseamos realmente. Al contrario, el silencio estimula la introspección y nos hace preguntarnos qué queremos y hacia dónde nos dirigimos.
T ayuda a relajarte. Las primeras veces que te sientes en silencio, sin hacer nada, te resultará muy extraño y probablemente no dures más de cinco minutos. Esto se debe a que estás demasiado acostumbrado al exceso de estímulos. Sin embargo, si perseveras, notarás cómo el silencio te ayuda a relajarte, no solo a nivel mental sino también físico. 
Te da una lección de coraje. Muchas personas piensan que el coraje consiste en enfrentar los miedos, pero en realidad la valentía consiste en enfrentar nuestros propios temores. Cuando estás en silencio a solas descubres esos miedos que están dentro de ti y que normalmente oculta el ruido. Entonces te darás cuenta de que muchos de ellos son infundados, y crecerás como persona. Fuente:

Münzel, T. et. Al. (2014) Cardiovascular effects of environmental noise exposure. European Heart Journal; 829-836.H


29 marzo 2020

PSICOLOGÍA CÓMO RECUPERARSE CUANDO TOCAS FONDO EMOCIONALMENTE


 Psicología/ desarrollo personal                                                                 
PSICOLOGÍA CÓMO RECUPERARSE
CUANDO TOCAS FONDO EMOCIONALMENTE

La vida no siempre nos sonríe. A veces se tuerce y retuerce. Nos asesta duros golpes de los cuales es difícil recuperarse. Cuando nada nos sale bien y el andamio que sustentaba la estructura de nuestra vida se desmorona, no es extraño que terminemos tocando fondo.
Entonces sentimos que nos deslizamos – lenta pero inexorablemente – por un túnel sin asideros. Caemos sin resistencia. Sin autoestima a la cual aferrarse. Sin esperanzas. Con la certeza de que ya no tenemos nada que perder – y tampoco nada que ganar.
No es una experiencia agradable. No cabe duda. Pero tras tocar fondo emocionalmente, debemos asegurarnos de no quedarnos atrapados en ese agujero indefinidamente. Justo en ese momento, cuando más hundidos y destrozados estamos, podemos usar esa experiencia para fortalecernos y crecer.
Caemos por la fuerza de gravedad, pero nos levantamos con la fuerza de voluntad
Cuando tocamos fondo emocionalmente tenemos dos opciones: quedarnos paralizados en ese agujero o comenzar el ascenso. Aunque parezca irracional, lo cierto es que en ciertas circunstancias la perspectiva de quedarse ahí abajo puede ser tentadora. A todo se acostumbra uno. Y estar en ese agujero, por cuanto oscuro, frío y angustioso que sea, nos libera finalmente de la necesidad de luchar, nos da permiso para deponer las armas y bajar las manos, ya inertes y sin fuerzas. De cierta forma, ese agujero se convierte en un respiro de todos los problemas que nos condujeron hasta el fondo. Y eso se agradece.
Por otra parte, el peso psicológico que arrastramos también nos arrebata las fuerzas para subir y nos nubla la mente, de manera que somos incapaces de vislumbrar una salida, aunque la tengamos justo delante de nuestros ojos. Sin embargo, quedarnos en el fondo del pozo implica una muerte segura – en el sentido metafórico y a veces también literal. Por eso, apenas reunamos un ápice de fuerza, necesitamos emprender la escalada.
Cinco lecciones muy valiosas que aprendemos al tocar fondo
Si no sabemos nadar para mantenernos a flote, acabaremos tocando fondo. Aunque la sensación de ahogo no nos guste y no sepamos cuándo podremos salir, el fondo nos permitirá coger impulso y emprender un viaje de autodescubrimiento y evolución personal. Podemos sacar algo bueno de esa terrible experiencia.
1.      Concientizamos las verdaderas implicaciones de las decisiones que hemos ido tomando en la vida. Tocar fondo nos enseña que no somos inmunes a los golpes de la vida y nos permite comprender el alcance de todos y cada uno de los pasos que hemos ido dando. Nos ayuda a quitarnos la venda de los ojos y detectar las decisiones incorrectas que nos llevaron hasta ese punto del camino. A su vez, nos ayuda a aceptar la responsabilidad por nuestras decisiones, contribuyendo a que nos demos cuenta de que quejarnos, buscar culpables o inventar excusas no tiene ningún sentido.
2.      Descubrimos nuestros comportamientos desadaptativos y creencias irracionales. Tocar fondo puede ser extremadamente iluminador. Desde ahí abajo, cuando no tenemos mucho más que perder, podemos ver la vida desde otra perspectiva, la cual puede sacar a colación todas las ideas irracionales que hemos ido alimentando y los comportamientos disfuncionales que hemos puesto en práctica. Lo más interesante es que en el fondo del pozo muchos de esos pensamientos y creencias pierden su poder, de manera que comprendemos que tocar fondo no solo era inevitable sino necesario para realizar un reset y deshacernos de esos patrones de pensamiento malsanos.
3.      Comenzamos a cuestionarlo todo. Al tocar fondo comenzamos a cuestionarnos no solo nuestras decisiones, motivaciones y creencias sino también las de los demás. Adquirimos una mayor madurez que nos permite ver el mundo de manera más objetiva. Esa nueva perspectiva nos ayuda a orientarnos en el mejor camino.
Tocar fondo es un golpe de realidad que nos lleva a replantearnos todo lo que habíamos dado por sentado, un ejercicio que puede abrirnos puertas insospechadas.
4.      Ganamos en humildad y compasión. Muchas veces, cuando tocamos fondo, logramos desarrollar una actitud desapegada hacia nosotros mismos. Eso significa que podemos vernos con más compasión, que no implica sentir pena por nosotros sino ser conscientes de que necesitamos cuidarnos y querernos. Tocar fondo también nos permite desarrollar una actitud más humilde ante la vida pues nos ayuda a calmar el ego. Y nos anima a valorar las cosas más sencillas de la vida, de manera que cuando logremos salir de ese agujero, seremos felices con mucho menos.
5.      Aprendemos a dejar ir todo lo que nos daña. No hay nada como tocar fondo para aprender a dejar ir todo aquello que no vale la pena o que nos daña. Ya sean ideas, proyectos o incluso personas. Lo que en un primer momento puede parecer un vaciamiento interior, en realidad es un ejercicio imprescindible para deshacernos de todas aquellas cosas que nos condujeron a ese estado. Dejamos ir lo que nos daña para dejar llegar lo que nos sanará.
Por último, pero no menos importante, tocar fondo nos ayudará a encontrar nuestra verdadera fuerza interior. Se convertirá en una experiencia de empoderamiento que nos acompañará por toda la vida, ayudándonos a poner todos los problemas en perspectiva y confiando más en nuestra capacidad para salir adelante. Tocar fondo y ser capaces de salir del pozo nos demostrará nuestra capacidad de resistencia. Y esa es una experiencia que no se olvida.
Comenzar el ascenso
El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”, dice una sabia frase budista. No podemos evitar caer, pero podemos detener ese descenso hacia la depresión y comenzar la escalada. En cierto punto, debemos dejar de cavar para salir del agujero.
El ascenso no siempre es fácil. Será paso a paso y puede haber momentos en los que necesitemos tomarnos un respiro o incluso descender un poco para tomar impulso. Lo importante es no cejar en el empeño o caer en el rol de víctima impotente.
Para ello, necesitamos empezar a enfocarnos en lo positivo, aunque sean pequeñas cosas. Mientras estábamos sumidos en la desgracia, muchas cosas positivas pasaron a nuestro alrededor, pero no fuimos capaces de verlas. Ahora necesitamos cambiarnos las gafas y mirar en esa dirección.
Solo necesitamos comenzar el ascenso teniendo claro que la noche es más oscura justo antes del amanecer. Y amanecer, amanece siempre.

26 marzo 2020

Y EL AVIÓN y los ciegos✈


Psicología/ Psicología Social  

Fábula
Y EL AVIÓN  y los ciegos


¡NADA MÁS REAL.!

  
Están todos los pasajeros en la sala de embarque esperando la salida del vuelo cuando de repente llega el copiloto impecablemente uniformado con gafas oscuras y un bastón blanco tanteando el camino...

   La empleada de la compañía aclara que, si bien es ciego, es el mejor copiloto que tiene la empresa.
   Al poco rato llega el piloto, con el uniforme impecable, con gafas oscuras y un bastón blanco asistido por dos azafatas.
   La encargada de la Sala  de embarque avisa que,  el piloto también,  es ciego, pero que es el mejor piloto que tiene la compañía y que, junto con el copiloto,  forman un equipo muy experimentado
   Con todos a bordo, el avión comienza a corretear, tomando cada vez más velocidad y con los pasajeros aterrorizados.

   El avión sigue tomando velocidad pero no despega..., continúa la carrera y sigue en tierra.
   ¡Cada vez el final de pista está más cerca y en una explosión de histeria general los pasajeros comienzan a gritar como poseídos!

En ese momento el avión, milagrosamente, toma altura..., entonces el piloto le dice al copiloto:

- “El día que los pasajeros no griten , nos vamos a la mierda”.

*MORALEJA:*

Así está hoy nuestro país, gobernado por ciegos que no ven, o no quieren ver la realidad,
a la espera de que el pueblo “GRITE” ...para levantar vuelo.
   ¡Yo creo que como no gritemos nos vamos a la mierda!
¡Aún estamos a tiempo de GRITAR!

25 marzo 2020

AMISTAD Y SILENCIO


Psicología/ Psicología Social  


AMISTAD Y SILENCIO
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.

Asistir al desvelamiento de un secreto, al desvelamiento de la intimidad de las personas, produce en el ser humano un enmudecimiento del espíritu, un sentimiento de gratitud por lo que se percibe como un don o regalo inmerecido, una impresión de estar pisando terreno sagrado. De hecho, todos podemos remitirnos a alguna ocasión en la que, en conversación íntima con un amigo, al acabar de escuchar, no hemos encontrado palabras adecuadas para decir nada. En esos casos, quizá la prueba de mayor gratitud o de "correspondencia" sea precisamente el silencio; un silencio, eso sí, cuajado de respuesta.

Hay veces en las que no se puede decir nada... porque las palabras lo estropean todo. Hay cosas que la única contestación que merecen o que exigen es el silencio; hay cosas con las que sólo puede mantenerse conversación en silencio. Porque o el lenguaje es limitado, o uno es limitado, o ambas cosas. Pero algunas cosas, si se expresan, se profanan. Así ocurre en las experiencias de encuentro: con un amigo, con un paisaje, una obra de arte. En esos momentos, pronunciar algo es mancharlo; hablar es romperlo. Algunas veces la comunicación con las cosas y también con las personas requiere como condición que haya silencio; solamente silencio. Y no un silencio para llenar, sino como medio de entendimiento.

Cuando se tiene la suerte de topar con alguien que tiene algo -poco o mucho- que decir; cuando se tiene la suerte de que esas personas te abran sus puertas y dejan que te asomes y penetres en su mundo interior, en la mayor parte de los casos sólo se puede contestar enmudeciendo. Y ese silencio quiere ser entonces un homenaje: la mayor muestra de agradecimiento y de admiración. Porque no se trata de un silencio vacío sino pletórico de contenido: no significa carencia sino plenitud.

El silencio es importante en la amistad. Estar con un amigo es también poder estar en silencio sin miedo a que éste tenga que romperse y sin sentir la necesidad perentoria de tener que llenarlo con palabras. No hay verdadera amistad entre dos amigos si no saben disfrutar y valorar su silencio. El silencio es en sí mismo un espacio y un tiempo para compartir. Rico de contenido y esencialmente valioso porque supone una íntima comunión de espíritus.

LA INTERIORIDAD
La amistad está también muy relacionada con la interioridad. Entre dos amigos ésta es más rica y sólida cuanta mayor sea la intimidad, la interioridad de cada uno de ellos. Hay quienes tienen un gran mundo interior; tienen mucho que decir porque son personas que integran en sí todo lo que hay a su paso: una frase que ha dicho en clase el profesor, la actitud de tal o cual persona, la satisfacción de haber llegado al pico de la montaña, la crisis que le produce una situación difícil de trabajo, un libro  que ha leído, la experiencia  de la madurez.
Así es como las personas se van enriqueciendo por dentro y como su interioridad cobra cada vez mayor volumen: integrando la experiencia, la vivencia personal y las de las otras personas. Aprendemos también a través de las vivencias de los demás, de la experiencia ajena. Quien está atento a su alrededor aprovecha todo intensamente.

Se puede aprender a sentir de un modo distinto al propio; se puede aprender a pensar de manera diferente a la que uno piensa; se puede aprender a valorar cosas que yo no valoro. Escuchar a las personas y tratar de ser ellas, nos permite conocer el mundo desde mil perspectivas diferentes a las nuestras. Y eso conlleva ampliación personal, crecimiento, enriquecimiento, altura, perspectiva y profundidad. La interioridad rica hace que la relación entre los amigos se amplíe. Un amigo me decía este verano -hablando de otra persona-la satisfacción que le producía tratar con ella "porque es de esas personas que tienen algo que aportar".

El conocimiento que alimenta la intimidad es-una vez más-el que sabe mirar, sabe escuchar, sabe estar. La sola convivencia con las personas, o el mero estar junto a las cosas o entre las cosas (junto al mar rodeado de un bonito paisaje, o entre las obras magníficas de una biblioteca) no basta. Más de una vez las ratas habrán correteado por los pasillos de una biblioteca; sin embargo, todavía no hemos tenido ocasión de encontrarlas embelesadas frente a un libro, tras haber pasado sobre el mismo toda la noche. Para las personas, las que son capaces de ello, las cosas tienen una historia que contar, la naturaleza tiene algo que transmitir y todo lo que encuentran es capaz de darles un mensaje.

El hombre con interioridad es capaz de ver sentido a todas las cosas; y en cierto modo de darles él mismo el sentido puesto que es él quien lo capta, lo descubre y en ese sentido lo crea, lo recrea. Por eso, forma parte del "tesoro" de la amistad tener amigos con un gran mundo interior.

La amistad de las personas es un regalo. El regalo es mayor cuanta mayor sea la interioridad y la intimidad compartida. Esta debe cuidarse en ella juega un papel muy importante el saber mirar porque puede franquearnos el paso al alma del amigo.


La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.
PSICOLOGÍA SOCIAL,
AMISTAD Y SILENCIO
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.

Asistir al desvelamiento de un secreto, al desvelamiento de la intimidad de las personas, produce en el ser humano un enmudecimiento del espíritu, un sentimiento de gratitud por lo que se percibe como un don o regalo inmerecido, una impresión de estar pisando terreno sagrado. De hecho, todos podemos remitirnos a alguna ocasión en la que, en conversación íntima con un amigo, al acabar de escuchar, no hemos encontrado palabras adecuadas para decir nada. En esos casos, quizá la prueba de mayor gratitud o de "correspondencia" sea precisamente el silencio; un silencio, eso sí, cuajado de respuesta.

Hay veces en las que no se puede decir nada... porque las palabras lo estropean todo. Hay cosas que la única contestación que merecen o que exigen es el silencio; hay cosas con las que sólo puede mantenerse conversación en silencio. Porque o el lenguaje es limitado, o uno es limitado, o ambas cosas. Pero algunas cosas, si se expresan, se profanan. Así ocurre en las experiencias de encuentro: con un amigo, con un paisaje, una obra de arte. En esos momentos, pronunciar algo es mancharlo; hablar es romperlo. Algunas veces la comunicación con las cosas y también con las personas requiere como condición que haya silencio; solamente silencio. Y no un silencio para llenar, sino como medio de entendimiento.

Cuando se tiene la suerte de topar con alguien que tiene algo -poco o mucho- que decir; cuando se tiene la suerte de que esas personas te abran sus puertas y dejan que te asomes y penetres en su mundo interior, en la mayor parte de los casos sólo se puede contestar enmudeciendo. Y ese silencio quiere ser entonces un homenaje: la mayor muestra de agradecimiento y de admiración. Porque no se trata de un silencio vacío sino pletórico de contenido: no significa carencia sino plenitud.

El silencio es importante en la amistad. Estar con un amigo es también poder estar en silencio sin miedo a que éste tenga que romperse y sin sentir la necesidad perentoria de tener que llenarlo con palabras. No hay verdadera amistad entre dos amigos si no saben disfrutar y valorar su silencio. El silencio es en sí mismo un espacio y un tiempo para compartir. Rico de contenido y esencialmente valioso porque supone una íntima comunión de espíritus.

LA INTERIORIDAD
La amistad está también muy relacionada con la interioridad. Entre dos amigos ésta es más rica y sólida cuanta mayor sea la intimidad, la interioridad de cada uno de ellos. Hay quienes tienen un gran mundo interior; tienen mucho que decir porque son personas que integran en sí todo lo que hay a su paso: una frase que ha dicho en clase el profesor, la actitud de tal o cual persona, la satisfacción de haber llegado al pico de la montaña, la crisis que le produce una situación difícil de trabajo, un libro  que ha leído, la experiencia  de la madurez.
Así es como las personas se van enriqueciendo por dentro y como su interioridad cobra cada vez mayor volumen: integrando la experiencia, la vivencia personal y las de las otras personas. Aprendemos también a través de las vivencias de los demás, de la experiencia ajena. Quien está atento a su alrededor aprovecha todo intensamente.

Se puede aprender a sentir de un modo distinto al propio; se puede aprender a pensar de manera diferente a la que uno piensa; se puede aprender a valorar cosas que yo no valoro. Escuchar a las personas y tratar de ser ellas, nos permite conocer el mundo desde mil perspectivas diferentes a las nuestras. Y eso conlleva ampliación personal, crecimiento, enriquecimiento, altura, perspectiva y profundidad. La interioridad rica hace que la relación entre los amigos se amplíe. Un amigo me decía este verano -hablando de otra persona-la satisfacción que le producía tratar con ella "porque es de esas personas que tienen algo que aportar".

El conocimiento que alimenta la intimidad es-una vez más-el que sabe mirar, sabe escuchar, sabe estar. La sola convivencia con las personas, o el mero estar junto a las cosas o entre las cosas (junto al mar rodeado de un bonito paisaje, o entre las obras magníficas de una biblioteca) no basta. Más de una vez las ratas habrán correteado por los pasillos de una biblioteca; sin embargo, todavía no hemos tenido ocasión de encontrarlas embelesadas frente a un libro, tras haber pasado sobre  el mismo toda la noche. Para las personas, las que son capaces de ello, las cosas tienen una historia que contar, la naturaleza tiene algo que transmitir y todo lo que encuentran es capaz de darles un mensaje.

El hombre con interioridad es capaz de ver sentido a todas las cosas; y en cierto modo de darles él mismo el sentido puesto que es él quien lo capta, lo descubre y en ese sentido lo crea, lo recrea. Por eso, forma parte del "tesoro" de la amistad tener amigos con un gran mundo interior.

La amistad de las personas es un regalo. El regalo es mayor cuanta mayor sea la interioridad y la intimidad compartida. Esta debe cuidarse en ella juega un papel muy importante el saber mirar porque puede franquearnos el paso al alma del amigo.
Una vez dentro, el mundo se abre ante nosotros de un modo desconocido y luminoso que provoca en nosotros muy diversos sentimientos (admiración, compasión, respeto, etc.), pero siempre el de "desear el bien del amigo, por el amigo mismo" (Aristóteles).

24 marzo 2020

SILENCIO Y SUEÑO: LAS DOS NECESIDADES DE LA MENTE QUE SE HAN VUELTO LUJOS

psicología /desarrollo personal
SILENCIO Y SUEÑO: LAS DOS NECESIDADES DE LA MENTE QUE SE HAN VUELTO LUJOS

Si miramos al pasado, nos daremos cuenta de que vivimos en un mundo de lujos. Tenemos cosas que nos facilitan la vida que nuestros bisabuelos ni siquiera podían imaginar. Y la industria se las ingenia para producir cada vez más cosas, que prometen facilitarnos aún más la vida, hacernos más felices y exitosos. Bombardeados por ese frenesí de estímulos, es fácil olvidar y descuidar las cosas más esenciales y necesarias de la vida, como el silencio y el sueño, dos necesidades de la mente que se están convirtiendo en lujos.


La mercantilización del sueño

En el imaginario colectivo se ha asentado la idea de que dormir poco es digno de admiración y una señal de éxito puesto que significa que esa persona está muy ocupada, probablemente transformando su tiempo en dinero. Cuando nos encontramos con alguien y nos dice que no tiene ni un minuto libre, asumimos que se trata de una persona «exitosa». Este fenómeno ha alcanzado un nivel tal que en Tokio se practica lo que se conoce como inemuri, que significa literalmente “estar presente mientras dormimos”.
Esa práctica surgió a finales de los años ’80, en medio de la burbuja económica que estaba convirtiendo a Japón una gran potencia. Entonces los japoneses llevaban una vida laboral tan activa que no tenían tiempo para dormir. Las personas de negocios tenían jornadas de 24 horas, por lo que comenzaron a practicar el inemuri donde pudieran, en el transporte público o en el trabajo, solo para darle un pequeño descanso a su mente mientras aprovechaban al máximo su tiempo.
Sin embargo, a medida que los científicos comprenden mejor qué ocurre durante el sueño, alertan de que es imprescindible para nuestra salud física y emocional. Durante el sueño nuestro cerebro reprocesa las experiencias que hemos vivido durante el día, las reorganiza en la memoria y les resta parte de su impacto emocional, lo cual nos permite levantarnos al día siguiente con una perspectiva más objetiva y la mente más fresca.
También se ha apreciado que durante el sueño el cerebro se deshace de las sustancias de deshecho de su metabolismo, esas mismas sustancias que se han relacionado con la aparición de enfermedades neurodegenerativas como las demencias. Por eso, podemos afirmar que dormir poco y mal encoge y envenena nuestro cerebro, literalmente.
La industria lo sabe, por lo que ya estén apareciendo empresas que mercantilizan el sueño. Existen compañías que cuentan con salones de siesta para que sus empleados puedan descansar sin salir de la oficina. Y en las grandes urbes se abren centros conocidos como “retiros del sueño”, como Siesta&Go que ya se encuentra presente en más de cinco grandes capitales del mundo, donde los ocupados trabajadores pagan por horas para poder echar una siesta.

También están surgiendo nuevas aplicaciones que nos prometen ayudarnos a dormir, hay colchones inteligentes que nos “aseguran” un sueño reparador y hasta se han creado máscaras para dormir que monitorizan las ondas cerebrales y estados REM.
El problema es que todos estos inventos se venden como una ventaja para mejorar nuestro desempeño y ser más eficaces en el trabajo. Así se cierra un círculo vicioso: la tecnología y el estilo de vida que nos han arrebatado el sueño nos venden tecnología para que consigamos dormir en aras de seguir manteniendo el mismo estilo de vida. ¡Es insensato! Sobre todo porque para dormir mejor solo sería necesario aprender a desconectar.
Debemos recordar que dormir mal, que no significa solo dormir poco sino en un entorno ruidoso que provoca despertares continuos, equivale a apilar un fardo de enfermedades, estrés y mal humor. Algunas personas serán más resistentes que otras, pero si no le das a tu sueño la importancia que merece, acabará costándote muy caro en términos de salud.
La tendencia a priorizar el dinero sobre la salud, pensando que este puede resolverlo todo es uno de los peores errores que podemos cometer en la vida. Nos hemos desecho del sueño a favor de otros sueños: el sueño del éxito, el sueño de tener más cosas, el sueño de ser mejores… Y no estoy segura de que salgamos ganando en ese cambio.

¿Cómo nos robaron el silencio?

Nuestro mundo se rige por la economía, nos guste o no. Por eso se piensa que lo fundamental es generar más ingresos, aunque eso no significa necesariamente generar más prosperidad. Sin embargo, en el afán de producir más ganancias, hemos atiborrado nuestros espacios de objetos ruidosos y de tecnología que perturba los ciclos naturales de sueño y vigilia. Así el silencio también se ha convertido en un producto de lujo.
Desde siempre, el silencio ha sido valuado y el ruido aborrecido. Hace mucho tiempo, en Síbari, se obligaba a los artesanos cuya profesión era ruidosa a vivir fuera de los muros de la ciudad. Sin embargo, hoy vivimos y trabajamos en ciudades ruidosas llenas de objetos que, obviamente, dejan una huella sonora.
Mientras tanto, la industria se encarga de hacer del silencio su mayor reclamo vendiéndonos electrodomésticos silenciosos a precios casi prohibitivos que solo puedes pagar a costa de dormir menos para trabajar más. American Airlines, por ejemplo, comercializa su «Admirals Club» realizando una asociación entre el lujo, el éxito y el silencio: «Acceda a nuestros salones Admirals Club, un oasis de paz lejos del ajetreo del aeropuerto. Relájese en un ambiente tranquilo y sofisticado«. Y no son los únicos, Finlandia, por ejemplo, se publicita como un destino de turismo silencioso.




el silencio