09 abril 2019

CUANDO ESTÁS DANDO DEMASIADO


Psicología/Desarrollo Personal

       AUTOSACRIFICIO : ¿ cCUANDO ESTÁS DANDO DEMASIADO?


Nunca se sacrificarán las convicciones personales por las opiniones o deseos de los otros”, escribió la filósofa Aynd Rand, y en esta frase resumió todo su pensamiento. Su mensaje, diametralmente opuesto al que nos trasmite la sociedad, cuestiona el sobredimensionamiento de la abnegación y la entrega. Nos alerta de los peligros de caer en un proceso crónico de autosacrificio en el cual terminamos perdiéndonos, en nombre de una persona o una causa, que muchas veces ni siquiera reconoce la magnitud de esa entrega. 

¿Qué es el autosacrificio? 
Un sacrificio implica, por una parte, un conflicto de valores y por otra, una renuncia. Nos encontramos ante una situación que demanda un sacrificio cuando no podemos obtener ambas cosas y nos vemos obligados a renunciar a una de ellas. El autosacrificio va un paso más allá porque implica desistir de una parte de nosotros. 
El autosacrificio, en Psicología, es el abandono de los intereses personales para preservar el bienestar de otro. Implica negarse la satisfacción de ciertas necesidades, metas y placeres personales para proteger los intereses de otra persona y/o satisfacer sus necesidades. Por tanto, es una renuncia a una parte importante y valiosa de nosotros, de nuestra identidad o dignidad. 
Por otra parte, el autosacrificio también implica que valoramos algo o a alguien más de lo que nos valoramos a nosotros mismos. Cuando nos encontramos ante una disyuntiva y nos obligados a elegir, asumimos que ese algo o alguien es más importante que nuestro “yo”. 
El autosacrificio termina siendo una forma extrema de altruismo. Y aunque socialmente se ve con buenos ojos e incluso se alienta este tipo de actos, en muchas ocasiones no es la mejor solución para la persona que se sacrifica. 
El autosacrificio crónico conduce al altruismo patológico 
Padres y madres que pasan una vida sacrificándose por sus hijos. Hijos que se sacrifican por sus padres. Personas que se sacrifican por sus parejas o amigos. Soldados que se sacrifican por la Patria. Ciudadanos que se sacrifican por un ideal o una causa. Los ejemplos de autosacrificio son infinitos. 

Sin embargo, cuando se cae en el autosacrificio crónico, cuando no se trata de un hecho puntual, sino que la persona convierte esa renuncia en su estilo de vida, corre el riesgo de perderse a sí misma. No podemos olvidar que en la base de ese autosacrificio se encuentra una desvalorización de su propio “yo”, se ha producido un cambio en su jerarquía de valores de manera que la persona que se sacrifica ha dejado de ser su prioridad.
La exaltación del autosacrificio puede hacer que esas personas se sacrifiquen cuando no deben hacerlo. De hecho, no deberíamos dar por sentado que lo que más nos importa es lo que realmente importa más. Cuando algo se distorsiona en el proceso de formación de nuestros valores, debemos desconfiar de los valores que promulgamos. Las mujeres que han sido criadas siguiendo normas de género coercitivas, por ejemplo, según las cuales para ser buenas personas deben mostrarse particularmente abnegadas y dispuestas a sacrificarse por los demás, podrían no valorarse lo suficiente, condenándose a una situación de insatisfacción permanente.
En esos casos se puede hacer referencia a un altruismo patológico porque se termina borrando el “yo”, el cual siempre queda relegado a un segundo plano. La persona no se valora y, por ende, no se prioriza. Por tanto, sus necesidades siempre quedan insatisfechas, a merced de los demás. Al final, estas personas se sentirán mal consigo mismas. 
Su vida y su autoestima requieren que el hombre sea leal a sus valores, a su mente y a su juicio. Lo que se le enseña, en cambio, es que la esencia de la moralidad consiste en el autosacrificio; el sacrificio de la propia mente a una autoridad superior y el sacrificio de los valores personales a quienquiera que se sienta con derecho a reclamarlos”, escribió Ayn Rand. 
Todo ello conduce a “violentar su propio juicio racional, a revertir el orden de su jerarquía de valores, a renunciar a aquello que su mente considera bueno, a invalidar su propia conciencia […] Esta visión establece un conflicto desastroso al nivel más íntimo del ser humano, una dicotomía letal que lo hace trizas”, según la filósofa. 
Señales que indican que estás dando más de lo que recibes
- Te sientes culpable a menudo, sobre todo cuando priorizas tus deseos y necesidades.
- El nivel de ayuda que brindas es insostenible, de manera que no te queda tiempo, energía o recursos para ti mismo
- Sientes un gran vacío emocional, que es la expresión de que no estás satisfaciendo tus necesidades de afecto, amor y atención.
- Tu sacrificio se ha convertido en una obligación, de manera que lo que antes dabas voluntariamente se ha transformado en una exigencia.
- Necesitas sacrificar algo continuamente para hacer feliz a la otra persona.
- Tu sacrificio fomenta una dependencia, incompetencia, irresponsabilidad o mal carácter en la persona ayudada. 
- Te encuentras diciendo "si" a menudo, cuando sabes que la respuesta más adecuada es "no".
- La relación se ha dañado, instaurándose un desequilibrio de poder en el que tú solo das y a otra persona se limita a reclamar y recibir. 
La ambición moral como antídoto 
Ayn Rand consideraba que para combatir esa tendencia de la sociedad a empujarnos a un autosacrificio crónico debemos desarrollar nuestra ambición moral, que no es más que “ganarse el derecho de considerarse a sí mismo como el valor máximo”.
Para la filósofa, debemos poner en práctica un egoísmo racional. Apunta que egoísmo es, nada más y nada menos que “la preocupación por los intereses personales”. Pero este concepto en sí mismo “no incluye una calificación moral; no nos dice si la preocupación sobre lo que a uno le interesa es buena o mala”, es la sociedad quien ha calificado el egoísmo como un antivalor, pero en realidad no tiene nada de malo perseguir nuestros sueños, intentar satisfacer nuestras necesidades y, en última instancia, ser felices. 
El secreto está en el equilibrio. En la vida habrá momentos en los que tengamos que sacrificarnos por los demás y anteponer sus necesidades a las nuestras, pero debemos asegurarnos de que no se convierta en una costumbre. También hay momentos en los que debemos priorizar nuestras necesidades o correremos el riesgo de llegar al final de nuestra vida sin haberla vivido, sometiéndonos siempre a los deseos de los demás.
Fuente:  Rand, A. (1964) La virtud del egoísmo. Buenos Aires: Grito Sagrado.

LA MEJOR DE LAS INTENCIONES TE PUEDE LLEVAR A LA PEOR DE LAS DECEPCIONES


·      Psicología /desarrollo personal                                                                                
LA MEJOR DE LAS INTENCIONES TE PUEDE LLEVAR A LA PEOR DE LAS DECEPCIONES
Había una vez un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y rosales. Los árboles vivían felices y satisfechos.
Todo era alegría, excepto por un árbol, que se sentía profundamente triste. Aquel árbol no sabía quién era.
Lo que le faltaba era concentración, decía el manzano:
- Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. Es muy fácil.
- No lo escuches...- decía el rosal. - Es más sencillo tener rosas. - ¿No ves qué bellas son?
Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían. Sin embargo, como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más y más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, le dijo:
- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo que tienen muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución: ¡No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas! Sé tú mismo, conócete y escucha tu voz interior.
Dicho esto, el búho desapareció.
- ¿Mi voz interior? ¿Ser yo mismo? ¿Conocerme? – Aquellas palabras no tenían mucho sentido para el árbol, hasta que de repente comprendió a qué se refería el búho.
Cerró los ojos y los oídos, abrió el corazón y pudo escuchar su voz interior diciéndole: 
-Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. ¡Eres un roble! Y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros y belleza al paisaje. Tienes una misión: ¡Cúmplela
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí. Muy pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Cuando los demás empujan en la dirección equivocada
Si por un momento nos viéramos con los ojos de la Física, nos convertiríamos en una persona sobre la que inciden numerosas fuerzas, que nos empujan en diferentes direcciones. Y lo más interesante es que las fuerzas mayores la ejercen precisamente las personas que más amamos, nuestros padres, hijos, pareja y amigo
La mayoría de estas personas no son conscientes de su fuerza o incluso creen que la ejercen en la dirección adecuada, creen que nos están haciendo un favor e incluso añaden: “cuando tengas más experiencia, comprenderás”. Sin embargo, lo cierto es que estar sometidos a todas esas fuerzas puede desgastarnos y resulta agotador. 
Además, cuando todos a nuestro alrededor tienen algo que opinar sobre nuestras decisiones y comportamientos, corremos el riesgo de perdernos a nosotros mismos. Una persona que no sea lo suficientemente segura de sí, sucumbirá ante la presión y probablemente terminará comportándose como los demás esperan que haga, perdiendo así la iniciativa e incluso la motivación. 
Cuando deseamos agradar y satisfacer a todos, corremos el riesgo de descuidar a la persona más importante del mundo: nosotros mismos. De esta forma, dando pequeños pasos, tomando pequeñas decisiones, un día podemos ser víctimas del Efecto Mariposa y darnos cuenta de que estamos en un punto del camino que no nos satisface ni nos hace felices.
Y es que, por mucha experiencia que hayan acumulado las personas que están a nuestro alrededor, no hay nadie que nos conozca mejor que nosotros mismos. Podemos escuchar las opiniones de los demás, pero somos nosotros quienes debemos decidir. Es imposible transmitir un sentido de la vida realmente significativo que guíe nuestros pasos, cada persona debe encontrar su propio sentido. Y para ello, quizás necesite equivocarse y caer varias veces. Porque a través de los errores también se crece. La misión de las personas que realmente nos aman, a veces no es evitar que caigamos sino ayudarnos a levantarnos.
¿Qué hacer?
Prácticamente todos, en algún que otro momento de nuestra vida, asumimos ambos roles. Es decir, empujamos o somos empujados. Por tanto, el primer paso consiste en aprender a moderar nuestro tono. Debemos brindar consejos cuando nos los piden, dar nuestro punto de vista sobre la situación porque este podría ser válido y podría ayudar al otro, pero no debemos empujar en una dirección. Porque a veces, la mejor de las intencioneste puede llevar a la peor de las decepciones.
Considera además que, en ocasiones, algunas personas acuden a nosotros con la esperanza de que resolvamos su problema o que tomemos una decisión en su lugar. Declina con cortesía la oferta porque cada uno debe elegir su propio camino y hacerse responsable por sus decisiones. No podemos ni debemos elegir por los demás.
Al contrario, cuando nos encontramos con una persona que intenta empujarnos en una dirección, debemos hacérselo notar de forma asertiva. Cuando una persona intente invadir tu espacio y pretenda tomar las decisiones en tu lugar, simplemente di: “Comprendo que quieres ayudarme y que te preocupas por mí. Valoraré tu consejo y después tomaré una decisión”.
Recuerda que tu vida es solo tuya, nadie puede vivirla en tu lugar. Por tanto, también es justo que seas tú quien decida, solo así podrás descubrir tu verdadero potencial y encontrar aquello que te apasiona y por lo que vale la pena vivir, como el roble de la historia.

En este sentido, es particularmente aclaradora una frase, con la que el psicólogo Fritz Perls iniciaba sus grupos de trabajo: "Yo hago mis cosas, y tú haces las tuyas. No estoy en este mundo para cumplir tus expectativas, ni tú estás para cumplir las mías. Tú eres Tú, Yo soy Yo. Si por casualidad nos encontramos, será hermoso. Si no, entonces no hay nada más que hacer".

08 abril 2019

¿POR QUÉ COMPARTIMOS LAS HISTORIAS A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES?


Psicología / comunicación
*¿POR QUÉ COMPARTIMOS LAS HISTORIAS A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES?

Las personas comparten historias, noticias e informaciones con los otros. Antes de que existiera Internet este proceso se daba a través de la comunicación cara a cara, pero ahora las redes sociales y el correo electrónico nos permiten compartir las informaciones que nos han resultado interesantes con mayor rapidez. Sin embargo, no todos los contenidos que existen en Internet se comparten por igual y, lo que es aún más importante: ¿qué motiva a las personas a compartir?
Según Jonah Berger, profesor de la Universidad de Pensilvania, las emociones desempeñan un rol esencial en nuestro deseo de compartir las historias. Por ende, aquellas noticias que despierten nuestras emociones y provoquen cierto nivel de excitación (entendido como activación arousal), tendrán muchas más probabilidades de ser compartidas a través de las redes sociales. Así, la simple activación de nuestro sistema nervioso autónomo nos impulsa a la transmisión social.
En una investigación anterior este psicólogo halló que las historias más compartidas del New York Times tenían un aspecto en común: evocaban emociones positivas o en su ausencia, provocaban emociones muy intensas y negativas como la ira. Al contrario, las historias menos compartidas fueron las que evocaban la tristeza.
A partir de estos resultados Berger se preguntó el porqué de este comportamiento selectivo. Para responder a esta pregunta diseñó dos experimentos. En el primero de ellos participaron 93 estudiantes que vieron pequeños videos que generaban cierto nivel de ansiedad o de diversión (emociones con un mayor nivel de activación arousal) y videos que propiciaban la tristeza o pequeñas dosis de alegría (emociones con un menor nivel de activación arousal).
Posteriormente se le presentó un artículo y un video de contenido emocional neutro y se les preguntó si deseaban compartirlo con sus amigos o familiares. Los resultados no dejaron lugar a dudas: quienes experimentaban un mayor nivel de activación arousal (en este caso promovido por el video anterior), mostraban una tendencia mucho más fuerte a compartir el contenido del artículo que habían leído.
En el segundo experimento se involucraron a 40 estudiantes a los cuales se les pidió que trotaran (una tarea diseñada para aumentar el nivel de activación arousal) o que se quedaran tranquilos en su lugar durante el tiempo de un minuto. Posteriormente se les pidió que leyeran un artículo de tono neutral y se les preguntó si desearían enviarlo por correo electrónico a sus amigos. Una vez más, aquellos que se habían sometido a la actividad física para aumentar su nivel de activación, mostraron la tendencia a compartir la información.
Se conoce que las emociones como el miedo, la ira o la diversión están acompañadas por una gran activación arousal que, al parecer, nos compulsaría a compartir información. Para aquellos que no conocen qué es la activación arousal, baste decir que es un estado de activación fisiológica y psicológica que determina el nivel de alerta y vigilia e incide en el desempeño de la persona.
Obviamente, esto no quiere decir que otros factores propios del contenido como la novedad, la calidad o la importancia no incidan en el hecho de que una noticia se propague con más facilidad que otras. Y es que más allá de lo excitados que podamos llegar a sentirnos, la lógica nos dice que compartimos lo que nos resulta interesante.
No obstante, lo que a la mayoría de las personas podría parecerle un pequeño descubrimiento; en el ámbito de la publicidad y la creación de videos y contenidos virales podría tener una enorme repercusión.
Fuente: Berger, J. (2011) Arousal Increases Social Transmission of Information. Psychological Science; 22(7): 891-893.

07 abril 2019

rases motivadoras DE VIRGINIA WOOLF SOBRE LA VIDA, LA SOCIEDAD Y LA AUTENTICIDAD


Frases motivadoras
DE VIRGINIA WOOLF SOBRE LA VIDA, LA SOCIEDAD Y LA AUTENTICIDAD


Considerada como una de las mujeres más poderosas del siglo XX, según la revista Time, la escritora británica Virginia Woolf también es una de las figuras más destacadas del modernismo literario.
Hija de un académico y una modelo, Virginia Woolf nació el año 1882 en un Londres donde imperaban los convencionalismos sociales y que silenciaba la voz de las mujeres. Su infancia, adolescencia y juventud no fueron precisamente un mar de rosas. Tuvo que soportar un núcleo familiar extremadamente represivo, la muerte de sus padres e incluso los abusos sexuales de dos de sus hermanastros. Como resultado, no es extraño que luego la escritora padeciera problemas emocionales, probablemente un trastorno bipolar que luego la condujo al suicidio, cuando tenía 59 años.
En su primera novela de 1915, “Fin de viaje”, ya se atrevió a criticar duramente los esquemas de la época abordando cuestiones como la ignorancia sexual, las dificultades en las relaciones entre hombre y mujer y el lugar que estos ocupan en la sociedad. Más tarde, en 1929, publicó “Una habitación propia”, el ensayo que daría alas al movimiento feminista de los años ’70.
En esa obra, Woolf exponía las dificultades con las que tenía que lidiar una mujer para escribir en un mundo dominado por los hombres. Otra obra trascendental para el feminismo donde también hace referencia a los terribles efectos psicológicos de la guerra fue La señora Dalloway, que se convirtió en un retrato de la desigualdad social imperante.
Las mejores frases de Virginia Woolf 
1. No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo.
Virginia Woolf nos alertaba del peligro de querer impresionar a los demás y esforzarnos por cumplir con los cánones ajenos. Nos alertaba del riesgo de caer prisioneros de las expectativas que otros han tejido para nuestra vida. A todo ello antepone la autenticidad, la búsqueda de quienes somos. 
2. Los ojos de los demás son nuestras cárceles, sus pensamientos nuestras jaulas.
Con esta frase, la escritora hace referencia al enorme influjo que ejerce la sociedad en cada uno de sus individuos, hasta el punto de que las normas y expectativas sociales pueden transformarse en cárceles para quienes no siguen sus cánones.
3. Un Yo que sigue cambiando es un Yo que continúa viviendo.
Las experiencias nos transforman, no solo cambian nuestros puntos de vista, sino que transforman nuestra personalidad. Un “yo” que se queda atado a sus prejuicios, estereotipos y creencias es un “yo” que no vive, que se encuentra anclado en el pasado sin progresar.
4. Para disfrutar de la libertad, tenemos que controlarnos a nosotros mismos.
Esta frase de Virginia Woolf nos remonta directamente a la idea de que nuestra libertad termina donde comienza la libertad del otro. Por tanto, si queremos ser libres, debemos comenzar por respetar la libertad de los demás, y ser capaces de controlarnos.
5. Sea sincero, y el resultado seguramente será increíblemente interesante.
La sociedad que le tocó vivir a Virginia Woolf era increíblemente hipócrita, por lo que no es extraño que la escritora estuviera obsesionada con la necesidad de ser sinceros.
6. Más allá de la dificultad de expresarse uno mismo, existe la suprema dificultad de ser uno mismo.
Virginia Woolf se refería al hecho de que muchas personas no se conocen lo suficiente, han dejado que la sociedad les ponga demasiadas máscaras sociales detrás de las cuales se han perdido.
7. No puedes encontrar paz evitando la vida.
Para Virginia Woolf no fue fácil vivir, pero si alguien sabía que era necesario hacer las paces con el pasado era ella. No podemos seguir adelante y aspirar a la tranquilidad emocional si no hemos cerrado las viejas heridas y no estamos dispuestos a volver a herirnos mientras saboreamos de la vida.
8. No dejemos de pensar: ¿qué es esta ‘civilización’ en la que nos encontramos? ¿Cuáles son estas ceremonias y por qué deberíamos participar en ellas? ¿Cuáles son estas profesiones y por qué deberíamos hacer dinero con ellas?
Con esta frase la escritora nos anima a seguir buscando y cuestionándonos las cosas, incluso esas que siempre se han hecho así, las tradiciones más arraigadas y las creencias más antiguas. No debemos olvidar que a veces nos convertimos en prisioneros de tradiciones que han perdido su razón de ser.
9. No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.
Esta frase de Virginia Woolf nos recuerda la férrea voluntad que también mostró Viktor Frankl cuando lo encerraron en los campos de concentración y luego nos recordó que la única libertad que no pueden arrebatarnos es la libertad de elegir la actitud con la que enfrentamos las circunstancias.
10. Todo es efímero, como el arcoíris.
La sensación de seguridad y de que todo es permanente es tan solo una ilusión. Darnos cuenta de ello al inicio provoca incertidumbre y hasta temor, pero luego nos alienta a abrazar el presente, que es lo único cierto que tenemos. Hay que recordar que las cosas y las personas que amamos un día ya no estarán, nos permite ser más conscientes del enorme regalo que es su presencia.

06 abril 2019

10 técnicas y eficaces para combatir la ansiedad


Psicología/ Ansiedad
10 técnicas y eficaces para combatir la ansiedad

La ansiedad no es agradable. No te deja vivir. Si sufres ansiedad, es probable que experimentes un estado de inquietud de carácter difuso. Te sentirás expectante, como si fuera a ocurrir algo negativo de un momento a otro, lo cual te mantiene en un estado de alarma permanente que te impide relajarte.

Sin embargo, no logras explicar por qué te sientes así, no encuentras la causa de la ansiedad. También es probable que seas consciente de que ese estado de sobreactivación no tiene sentido, pero no logras encontrar las estrategias adecuadas para combatir la ansiedad y eliminarla de una vez por todas. El primer paso consiste en comprender la ansiedad.
¿Qué tipo de ansiedad sufres?
A grandes rasgos, se puede hablar de dos grandes tipos de ansiedad: la ansiedad rasgo y la ansiedad estado. Distinguir qué tipo de ansiedad padeces es importante porque te permitirá conocer mejor el problema y dar los pasos necesarios para superar la ansiedad.

- La ansiedad rasgo indica a una persona que desde una etapa muy temprana de su vida ha sentido ansiedad, quizás desde la infancia o la adolescencia. Estas personas suelen tener un temperamento que les conduce a reaccionar inmediatamente ante las más diversas situaciones, se excitan con facilidad y les cuesta relajarse. De hecho, como han tenido que combatir la ansiedad durante gran parte de su vida, no saben cómo es vivir de otra manera. Para estas personas la ansiedad ha sido una compañera perenne de viaje.

- La ansiedad estado, al contrario, está desencadenada por algún acontecimiento específico (o un conjunto de ellos). Ante esa situación, una persona que nunca ha sido particularmente nerviosa, responde con ansiedad. En el fondo, lo que ocurre es que esa persona no cuenta con las herramientas psicológicas necesarias para hacerle frente al problema, por lo que su cuerpo y su mente responden con un estado de activación “excepcional”.

Por supuesto, ambos tipos de ansiedad pueden coexistir. Una persona ansiosa notará que su nivel de ansiedad aumenta cuando tiene que enfrentar determinadas demandas del medio. De la misma forma, alguien que nunca ha sido ansioso, puede comenzar a responder con ansiedad ante diferentes situaciones, ya que no logra retomar el control de su vida emocional.
La buena noticia es que los síntomas de la ansiedad se pueden revertir, sin tener que recurrir a los ansiolíticos. De hecho, no debes olvidar que los medicamentos para la ansiedad no están exentos de efectos adversos y no son una solución a largo plazo. Al contrario, existen diferentes estrategias que han sido comprobadas científicamente y que son fáciles de aplicar que ayudan a combatir la ansiedad de manera natural.
¿Cómo eliminar la ansiedad de manera natural?
1. Acepta la ansiedad, sé un observador imparcial

La ansiedad es dañina, lo sabemos y por eso queremos eliminarla. Por tanto, es normal que nuestro primer impulso sea negarla y rechazarla. Sin embargo, la paradoja radica en que mientras más intentemos combatir la ansiedad, más agobiados nos sentiremos. Cuando negamos una emoción o sensación, esta crece. 
De hecho, la mente de una persona ansiosa no está llena de preocupaciones por hechos de su vida cotidiana sino por las metapreocupaciones. Es decir, se preocupan porque se preocupan. Esta persona activa su crítico interior, una voz que le dice constantemente que la ansiedad es intolerable, que es incapaz de mantener el control o que su existencia es miserable. 
De esta forma desencadenan un círculo vicioso que solo sirve para aumentar la ansiedad. Por tanto, no intentes negar la ansiedad que experimentas, simplemente sé consciente de su existencia. Cuando no huyes de una emoción ni la etiquetas como “negativa” puedes adoptar una distancia emocional del problema y recuperar el control de ti mismo.
2. Destierra la prisa de tu vida

La mayoría de las personas ansiosas se mueven continuamente de un lugar a otro, comen de pie, sin sentarse a la mesa y realizan diferentes tareas a la vez. Su ordenador, por ejemplo, suele ser un caos compuesto por diferentes ventanas y programas abiertos. Y es que lo que expresamos hacia el exterior, no es más que el reflejo de nuestra mente.
Sin embargo, cuando asumimos las tareas cotidianas desde esta perspectiva caótica y apresurada, le estamos dando una retroalimentación muy negativa al cerebro porque es como si le estuviéramos diciendo que debe funcionar aún más deprisa porque las cosas están fuera de control. Como resultado, el cerebro responde aumentando aún más los niveles de cortisol y adrenalina, que generan más ansiedad.
La solución radica en cortar ese círculo vicioso. Disminuye el ritmo y, sobre todo, dale un orden a las tareas que debes realizar a lo largo del día y prioriza las más importantes. Oblígate a bajar la marcha, verás que logras hacer mucho más, con menos estrés.
3. No dejes tareas pendientes

Una de las cosas que más aumenta nuestro estado de ansiedad es saber que tenemos tareas pendientes. De hecho, no son las tareas en sí las que nos desgastan y agotan, sino el recordatorio mental constante de que debemos hacerlas.

Los expertos en productividad personal afirman que para resolver este problema, lo mejor es aplicar la regla de los 2 minutos. En práctica, cuando surja una tarea, si esta no requiere más de 2 minutos, hazla inmediatamente ya que posponerla y recordarla consumirá más energía que llevarla a cabo. Si la tarea demanda más tiempo y no lo tienes, pregúntate si es realmente importante. Si es así, búscale un hueco en tu agenda.

Recuerda que la forma en que organices tu día repercutirá en tu estado mental. Por tanto, no dejes que las tareas se acumulen porque si las dejas para el último momento, solo estarás contribuyendo a que aumente tu nivel de ansiedad. Aprender a organizar tu vida te permitirá eliminar una gran fuente ansiógena: las tareas pendientes y las que te roban energía sin brindar ninguna recompensa a cambio.
4. Dedícate al menos una hora al día


En la sociedad en que vivimos, se premia el hacer sobre el ser. Por eso, nos sentimos obligados a correr, a no tener ni un minuto de descanso, porque es sinónimo de pereza, es la antítesis de los valores que promueve la cultura occidental
De hecho, no es extraño que las personas ansiosas siempre estén llenas de trabajo y proyectos pendientes, no tienen ni siquiera unos minutos al día para dedicarlos a sí mismos. Inmersos en ese estado de tensión constante, no le permiten a su cerebro “desconectar”, como resultado, los niveles de ansiedad se disparan.
Sin embargo, desconectar y estar a solas consigo mismo es tan importante como ser proactivos. Aunque como las personas ansiosas suelen encontrar difícil estar de brazos cruzados, una excelente alternativa consiste en dedicarle al menos una hora cada día a una actividad que realmente disfruten. De esta forma, el cerebro comienza a liberar una serie de neurotransmisores como las endorfinas, que generan un estado de bienestar y relajación
5. Cuestiona tus pensamientos negativos recurrentes

La mente de una persona ansiosa es su peor enemigo. De hecho, la ansiedad crece a raíz de los pensamientos poco realistas que la persona va desarrollando. Por eso, es fundamental que aprendas a detectarlos y que detengas su curso.
Lo más usual es que la persona ansiosa responda de manera exagerada ante las situaciones de su vida cotidiana. Hace una tormenta en un vaso de agua, piensa que un simple error tendrá consecuencias nefastas. De esta manera, añade una tensión innecesaria.
Por eso, es importante que comiences a cuestionarte esos pensamientos catastrofistas que no se ajustan a la realidad. Pregúntate: ¿Esa preocupación es realista? ¿Cuántas probabilidades existen de que se cumpla? ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Cómo podría manejarlo? 
6. Asume otra perspectiva

La ansiedad está provocada, en gran medida, por el significado que le conferimos a determinadas situaciones. Por eso, una de las estrategias más eficaces para combatir la ansiedad es cambiar la manera en que pensamos en los agentes estresores.
Un estudio realizado en la Universidad de Yale les presentó a algunos dirigentes un vídeo en el que se transmitía la idea que el estrés era potenciador ya que algunas personas dan lo mejor de sí cuando están bajo presión. Durante las dos semanas siguientes estas personas no solo mejoraron su desempeño laboral, sino que reportaron menos problemas psicológicos y sus niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuyeron. En el grupo que seguía creyendo que el estrés es negativo no se apreciaron estos cambios.
Por ejemplo, realizar una presentación en público es estresante y genera ansiedad, pero, por otra parte, también es una oportunidad para poner a prueba nuestras habilidades y ampliar nuestra red de contactos profesionales. En este sentido, te será de gran ayuda utilizar más a menudo el “sin embargo”. Cuando descubras esos pensamientos irracionales, intenta darles una vuelta utilizando este término. Por ejemplo, si mientras estás estudiando piensas: “no voy a aprobar ese examen”. Reestructura ese pensamiento de forma positiva: “quizás no apruebe ese examen; sin embargo, me voy a esforzar para dar lo mejor de mí”.

02 abril 2019

FRASES DE MOTIVACIÓN PARA SEGUIR ADELANTE


 Psicología
FRASES DE MOTIVACIÓN PARA SEGUIR ADELANTE

La motivación es nuestro motor impulsor. Sin la motivación simplemente no podemos seguir adelante, es la energía psicológica que dinamiza nuestro comportamiento y nos empuja a perseguir nuestros sueños, perseverar o hacerle frente a los embates de la adversidad. Por supuesto, la motivación no es mágica y a menudo no es suficiente para lograr nuestras metas, pero si no existe una motivación intrínseca, podemos estar seguros de que estaremos condenados al fracaso porque es una condición esencial para avanzar.
De hecho, muchos de los grandes inventores, filósofos y personas de éxito han reconocido a través de diferentes frases motivadoras el valor de esa fuerza interior que nos anima a seguir cuando lo mejor de nosotros cuando todo parece ir en contra. Algunas de estas frases positivas de motivación pueden servirte para encontrar la fuerza en los momentos más difíciles. Y es que a veces, una frase motivadora, en el momento justo, puede ser todo lo que necesites para continuar.
Frases sabias de motivación para los momentos más difíciles
1. Ponte de frente al sol y las sombras quedarán detrás de ti. - Proverbio mahorí
2. Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre. Pero con frecuencia miramos tanto a la puerta cerrada que no somos capaces de ver la puerta que se ha abierto frente a nosotros. - Hellen Keller
3. La vida es 10% de lo que me ocurre y 90% de como reacciono a ello. - Charles Swindoll
4. La principal causa de la infelicidad no es la situación, son tus pensamientos sobre ella. - Eckhart Tolle

5. No juzgues cada día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas. - Robert Louis Stevenson

6. Cuando dejas de perseguir las cosas negativas, le das la oportunidad a las cosas positivas para que te alcancen. - Lolly Daskal

7. Para lograr grandes cosas, no solo debemos actuar, también debemos soñar, no solo es necesario planear, también debemos creer. - Anatole France

A veces, un pequeño cambio de actitud lo cambia todo. Debemos asegurarnos de no convertir lo improbable en imposible, de no fijarnos demasiado en el lado oscuro de la luna como para olvidar que también tiene un lado luminoso. Estas frases de motivación no significan que la actitud positiva lo puede todo, pero sin duda ayuda mucho.
8. Nunca es demasiado tarde para ser la persona que podrías haber sido. - George Eliot 
9. Un tulipán no trata de impresionar a nadie. No se esfuerza en ser diferente de una rosa. No tiene que hacerlo. Es diferente. Y hay sitio en el jardín para cada una de las flores. - Marianne Williamson

10. Recuerda que no puedes fallar en ser tú mismo. - Wayne Dyer
11. La única persona en la que estás destinado a convertirte es la persona que decidas ser. - Ralph Waldo Emerson
12. Cuando dejas ir lo que eres te conviertes en lo que puedes ser. - Lao Tzu
La mejor manera para no perder la brújula durante el camino es asegurarnos de ser nosotros mismos e intentar superarnos cada día, sacando nuestra mejor versión. La motivación extrínseca no dura, la motivación intrínseca es una enorme fuente de energía que se recarga fácilmente.
13. El fracaso es éxito si aprendemos de él. - Malcolm Forbes
14. El éxito no consiste en no cometer errores, sino en no cometer el mismo dos veces. - George Bernard Shaw
15. Cualquiera que no esté cometiendo errores es que no está intentándolo lo suficiente. - Wess Roberts
16. El éxito parece ser en buena parte cuestión de perseverar después de que otros hayan abandonado. - William Feather
17. El fracaso es solo la oportunidad de comenzar de nuevo de forma más inteligente. - Henry Ford

18. La derrota no es el peor de los fracasos. No intentarlo es el verdadero fracaso. - George Edward Woodberry

19. Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar. - Paulo Coelho

20. No te preocupes por los fracasos, preocúpate por las posibilidades que pierdes cuando ni siquiera lo intentas. - Jack Canfield

21. El éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. - Winston Churchill

22. La motivación es lo que te permite comenzar. El hábito es lo que te mantiene en el camino. - Jim Ryun

Estas frases motivacionales hablan de nuestro temor al fracaso, y de cómo este a menudo nos bloquea. Sin embargo, las grandes personas son conscientes de que a menudo la diferencia entre el fracaso y el éxito consiste en dar tan solo un paso más, en persistir otro poco. Los errores son oportunidades de aprendizaje, no excusas para tirar la toalla.

23. Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés. - Theodore Roosevelt
24. La mayoría de las personas gastan más tiempo y energía en hablar de los problemas que en afrontarlos. - Henry Ford

25. Debes hacer las cosas que piensas que no puedes hacer. - Eleanor Roosevelt
26. No es que tengamos poco tiempo, es que perdemos mucho. - Séneca
27. No tienes que ser grande para comenzar, pero tienes que comenzar para ser grande. - Zig Ziglar
28. El hombre que mueve montañas comienza cargando pequeñas piedras. - Confucio
29. Tienes que levantarte cada mañana con determinación si quieres acostarte cada noche con satisfacción. - George Lorimer
30. Lo más difícil es tomar la decisión de actuar, el resto es mera tenacidad. - Amelia Earhart

En la base de toda gran conquista siempre se encuentra la perseverancia. Detrás de cada gran idea hay mucho trabajo, que a menudo no se ve, pero es lo que marca la diferencia entre cumplir un sueño y quedarse a mitad. Por eso, si tenemos grandes proyectos, debemos ser conscientes de que tendremos que realizar grandes sacrificios en términos de tiempo y energía.

31. Nadie nunca logró nada espléndido fuera de quienes se atrevieron a creer que algo dentro de ellos era superior a las circunstancias. - Bruce Barton

32. Los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta. - Henry Ford
33. El no querer es la causa, el no poder el pretexto. - Séneca
34. Hay tres tipos de personas. Los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasan y los que se preguntan qué paso. - Nicholas Murray Butler
Si no creemos en nosotros, nadie más lo hará. Para alcanzar grandes cosas debemos ser conscientes de nuestras potencialidades, de lo que podemos ser capaces de lograr. Si no creemos que realmente podemos lograr algo, encontraremos pretextos para abandonar.

35. Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto? - Facundo Cabral

36. Tus actuales circunstancias no determinan donde puedes ir; se limitan a determinar por dónde empezar. - Nido Qubein
37. La felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad. - Eduard Punset
38. Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida sea interesante. - Paulo Coelho
39. Siempre parece imposible hasta que se hace. - Nelson Mandela
40. Las personas exitosas hacen lo que las otras personas no hacen: no desean que las cosas sean más fáciles, sino superarse ellas mismas. - Jim Rohn

41. Siempre es temprano para rendirse. - Norman Vincent Peale
Estas frases de motivación nos recuerdan que no debemos olvidarnos de ser felices mientras perseguimos nuestras metas, que no debemos postergar la felicidad a alcanzar determinadas cosas porque mientras tanto, la vida continúa, no podemos ponerla en pausa.

42. El coraje es la resistencia al miedo, el dominio del miedo, no la ausencia del miedo. - Mark Twain

43. No permitas que el miedo a perder sea mayor que el entusiasmo por ganar. - Robert Kiyosaki
44. La manera más común en la que las personas entregan su poder es pensando que no tienen ninguno. - Alice Walker
45. Jamás podrás cruzar el océano si no tienes el coraje de perder de vista la orilla. - Cristóbal Colón
46. Tendrás que luchar más de una batalla para poder ganar. - Margaret Thatcher
47. El mundo rompe a todos, después algunos son más fuertes en los lugares rotos. - Ernest Hemingway
48. No te das cuenta de tu fuerza hasta que tienes que enfrentarte a tu mayor debilidad. - Susan Gale
49. Todas las grandes historias del mundo comenzaron con una persona que decidió no rendirse, sino que siguió sin importar lo que pasara. - Spryte Loriano

50. Las pequeñas mentes son domadas y sometidas por la mala suerte, las grandes mentes se erigen por encima de eso. - Washington Irving

Las personas que han llegado más lejos no son aquellas que no tenían miedo, sino las que han sabido superarlo o usarlo a su favor como un factor motivacional. A menudo, las circunstancias más difíciles son las que nos hacen crecer, así que no debemos temerles.
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01 abril 2019

SOMOS MÁS FÁCILES DE ENGAÑAR QUE UN NIÑO DE 3 AÑOS AL PARECER, SÍ



Psicología /Curiosidades
SOMOS MÁS FÁCILES DE ENGAÑAR QUE UN NIÑO DE 3 AÑOS AL PARECER, SÍ

Prácticamente todos los días, cuando enciendo el televisor, encuentro a algún político haciendo uso de la retórica. En el mejor de los cuadros, dan argumentos tan débiles que son incapaces de sostenerse por sí mismos. En el peor de los cuadros que, dicho sea de paso, es el más común, los argumentos son simplemente inadmisibles porque caen en falacias que contradicen la lógica. Sin embargo, muchas personas les creen. ¿Cómo es posible? 
Un curioso estudio realizado en la Universidad de Neuchâtel nos da una pista muy interesante
Los psicólogos reclutaron a 84 niños con edades comprendidas entre los 3 y los 5 años y a un grupo de adultos. A los niños les mostraron dos viñetas en las cuales se apreciaba a una niña que había perdido a su perro y lo estaba buscando. 
En una de las viñetas aparecía un personaje que, con voz neutra, indicaba el paradero del perro: “El perro se fue en esa dirección, lo sé porque lo he visto”. En la otra viñeta aparecía un personaje bastante similar que indicaba una dirección diferente y, siempre con voz neutra, decía: “El perro se fue en esa dirección, lo sé porque ha seguido ese sentido”.
El niño y los adultos debían decidir a quién creerle y en qué dirección buscar el perro. 
Como puedes apreciar, el primer personaje se basa en su experiencia y da una pista visual ya que afirma haber visto al perro, es lo que se conoce como un “argumento de percepción”. Al contrario, el segundo personaje ofrece una explicación circular; o sea, se basa en una falacia que escuchamos a menudo y que consiste en demostrar un argumento usando el mismo argumento. Lo cual, obviamente, no demuestra nada pero nos engaña.
¿A quién decidieron creerle?
Tanto los niños como los adultos decidieron creer en aquel que había dado la pista visual, desechando el que había recurrido al razonamiento circular. Lo cual nos indica que incluso los niños de tres años son capaces de detectar este tipo de falacias. 
Sin embargo, todo cambió cuando se le dio una vuelta de tuerca al experimento.

En esta ocasión los experimentadores diseñaron dos viñetas que hacían referencia a un gato que se había perdido. Uno de los personajes decía: “El gato se fue en esa dirección” y el otro personaje, que fue diseñado para transmitir la sensación de que tenía más autoridad que el primero, utilizaba el razonamiento circular.
En este punto, los niños de tres años continuaron apostando por la dirección que indicaba el primer personaje mientras que los adultos y los niños mayores prefirieron seguir la dirección que indicaba el segundo personaje. ¿Por qué?
Según los investigadores, entran en juego dos factores fundamentales. Por una parte, preferimos confiar en alguien que nos brinda un argumento, aunque este sea una falacia, antes que en una persona que simplemente se limita a transmitir una información. Lo cual, obviamente, no habla a favor de nuestra inteligencia :)
Por otra parte, a medida que crecemos, somos más proclives a fijarnos en otros detalles de la persona que nos brinda la información, como su nivel de autoridad y prestigio social. Por tanto, somos más proclives a creerle a este tipo de personas, aunque sus argumentos no sean convincentes. Sin embargo, como los niños de tres años aún no se han insertado del todo en la sociedad (entiéndase sus reglas y organización), son inmunes a estos detalles.
¿Cuál es la moraleja? No creas todo lo que escuches, analiza siempre si los argumentos son válidos, no importa de quién provengan.