08 julio 2008

¿Adonde van las palabras que no decimos?

¿Adonde van las palabras que no decimos? Sí, recibí un e-mail diciéndome que mi blog me echaba de menos, porque hacia mucho que no escribía. La verdad, he estado muy ocupado y el tiempo, ese bien tan preciado, en mi vida ha estado escaseando. Para ser exacto, la cuestión no es el tiempo, son las prioridades. Así que aquí estoy de nuevo, por supuesto, no solo por haber recibido el email, sino porque tengo algo que decir. Solo me paro a escribir cuando algo de lo que ocurre a mi alrededor, o me afecta personalmente, me requiere una reflexión, utilizo mis palabras como vehiculo para encontrar caminos, soluciones… respuestas. Bendito sistema!
El momento requiere que ponga en práctica todas esas teorías que tan bien se me da explicar y sobre las cuales podría escribir una enciclopedia..
Temas tales como la valentía a la hora de sentir y expresar, el coraje para enfrentarse a los miedos, la batalla contra los fantasmas de nuestro interior… todo aquello relacionado con vivir impacientemente.
Tengo matricula de honor en la teoría, soy una referencia para dar consejos, empatizar, analizar, relativizar y dar puntos de vista utilizando la lógica y el sentido común, que como dice un buen amigo que es el menos común de los sentidos.
Así que me estoy poniendo manos a la obra, porque la empresa vale la pena o al menos así lo siento, hay que poner patas para arriba los ánimos en busca de las armas!
Ha comenzado la guerra! Pero esta guerra en nada se parece a las demás. Nadie morirá en la batalla más que los miedos y los fantasmas, que no tienen cabida en los pensamientos positivos.
Esta guerra contra mi mismo sólo me hará más fuerte, más dueño de mi mismo y de mi vida.
Cada persona tiene un proceso interno, el mío es lento y silencioso… o yo debo estar sordo, porque lo que parecía un río sin apenas caudal, de vez en cuando se convierte en un torrente de pensamientos que va anegando todo lo que encuentra a su paso.
Estoy aprendiendo que las personas somos mayoritariamente fruto de nuestros pensamientos, de aquello que hemos aprendido, visto y oído, pero toda conducta es subsanable con fuerza de voluntad, motivación y ganas de superarse y luchar.
Como ser valiente no significa ser camicace, la prudencia me hace ir haciendo pequeños agujeritos en la esperanza, para ver si pequeños rayos de luz se transforman en la luz que ilumina el camino por donde caminar con rumbo a la felicidad.
Como dice Lluis Llach :” Que tinguem sort i que la vida ens porti per un cami ben llarg”
Que tengamos suerte y la vida nos lleve por un camino bien largo.
Jul-08 dts.

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