24 junio 2020

SI NO DUERMES BIEN TU ESTADO DE ÁNIMO LO PAGARÁ


PSICOLOGÍA SUEÑO                                                                                SI NO DUERMES BIEN TU ESTADO DE ÁNIMO LO PAGARÁ 
El insomnio y las emociones tienen un vínculo muy estrecho. De hecho, es probable que en más de una ocasión te hayas despertado malhumorado, irritable o decaído después de una noche en la que dormiste poco y no pudiste descansar lo suficiente.
Como media, pasamos 25 años de nuestra vida durmiendo. Es mucho tiempo. Y eso nos indica la enorme importancia del sueño, tanto a nivel fisiológico como psicológico. Dormir menos de 6 horas al día puede tener efectos nefastos a corto y largo plazo, tanto para nuestra salud como para nuestro equilibrio emocional.
La falta de sueño reduce las emociones positivas
Dormir poco y mal afecta negativamente nuestro estado emocional. Lo comprobaron investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, quienes analizaron los patrones de sueño de 59 personas y sus reacciones al día siguiente.
Primero estas personas durmieron con normalidad en sus casas para someterse a una serie de pruebas a la mañana siguiente. Luego, durante tres días, debían irse a la cama dos horas más tarde y levantarse una hora más temprano de lo habitual. Por la mañana realizaron pruebas de precisión y capacidad de respuesta, así como tests para evaluar las emociones positivas y negativas que estaban experimentando.
Los investigadores comprobaron que cuando no dormimos el tiempo necesario, respondemos mucho más rápido ante los estímulos, pero somos menos certeros y nos equivocamos mucho más. En práctica, reaccionamos más rápido para compensar la falta de concentración. Como resultado, cometeremos más errores. 
Nuestro estado emocional también se resiente. “Los sentimientos positivos obtuvieron un puntaje peor después de solo una noche de sueño reducido, y disminuyeron aún más después de tres noches”, escribieron los psicólogos. Por tanto, concluyen que la falta de sueño puede convertirse en un problema emocional que empeora rápidamente.
Después de una mala noche de sueño perdemos la neutralidad
No dormir lo suficiente no solo influye en nuestro estado de ánimo, sino que afecta la manera en que nuestro cerebro procesa los estímulos a los que nos enfrentamos a lo largo del día, según otro estudio realizado en la Universidad de Tel Aviv.
En este caso, los participantes realizaron una serie de test después de haber dormido como de costumbre y tras una noche insomne mientras los investigadores medían su actividad cerebral. Una de las pruebas consistió en pedir a las personas que indicaran la dirección en la que se movía un punto amarillo sobre distintas imágenes que tenían una valencia emocional positiva, negativa o neutral.
Curiosamente, quienes habían dormido bien eran capaces de identificar la dirección del punto sobre las imágenes neutrales más rápido y con mayor precisión. En cambio, quienes no habían dormido tenían dificultades para identificar el punto sobre todas las imágenes, lo cual significa que también estaban reaccionando ante las neutrales.
Haber pasado una noche sin dormir distraía a las personas, activando la amígdala, el centro de control emocional en el cerebro que detecta las señales más sobresalientes del entorno, de manera que tomaban los estímulos neutros como amenazantes.
Esos resultados revelan que, sin dormir, se altera el mero reconocimiento de lo que es emocional y lo que es un evento neutral. Podemos experimentar provocaciones emocionales similares de todos los eventos entrantes, incluso los neutrales, y perder nuestra capacidad de resolver más o información menos importante. Esto puede conducir a un procesamiento cognitivo sesgado y un juicio pobre, así como a la ansiedad”, concluyeron los investigadores. Eso explicaría nuestra irritabilidad cuando dormimos mal.
El cerebro insomne
Al parecer, cuando no descansamos lo suficiente se afecta el control cognitivo de la emoción, el cual es fundamental para responder de manera adaptativa al medio. En práctica, las zonas de la corteza prefrontal, que serían las encargadas de regular la activación emocional que se produce en el sistema límbico, dejan de ejercer diligentemente su función de control, de manera que se produce una hiperreactividad emocional. Eso explicaría la profunda conexión entre insomnio y emociones.
Otro estudio realizado en el Laboratorio de Neurociencia Social, Cognitiva y Afectiva de la Universidad de Arizona podría tener la respuesta a esa “desconexión” – o al menos parte de ella. Estos neurocientíficos apreciaron que después de una noche sin dormir las personas que mantenían un estado de ánimo más positivo eran aquellas que presentaban una materia blanca más compacta.
La materia blanca está compuesta por fibras largas y aisladas que conectan las células cerebrales de la materia gris. La materia blanca, por tanto, sería la que permite que nuestro cerebro funcione de manera eficaz y rápida, facilitando la velocidad y la conectividad entre las neuronas.
Cuando esta conexión falla o se vuelve más lenta, se afectan las conexiones entre las diferentes zonas del cerebro, de manera que no podemos ejercer el autocontrol con tanta eficacia y el cerebro emocional campa a sus anchas.
Las mujeres sufren más los efectos secundarios de la falta de sueño
Curiosamente, el vínculo entre insomnio y emociones es más intenso en las mujeres. Un estudio llevado a cabo en el Centro de Investigación del Sueño de la Universidad del Sur de Australia reveló que tras 36 horas sin dormir vamos experimentando una afectación gradual de nuestro estado de ánimo.
La falta de sueño genera depresión, ira, confusión y ansiedad, acompañado de menos energía y agotamiento. Sin embargo, las mujeres fueron más vulnerables a esos cambios, experimentando un estado de ánimo más deprimido y mayor ansiedad después de la privación del sueño. 
Por supuesto, dormir es un proceso altamente individual. Hay personas que necesitan dormir ocho horas todas las noches y otras que pueden descansar con menos. Lo más importante es que cada quien logre encontrar su equilibrio. Lo sabrás por tu estado de ánimo al día siguiente. Si estás de buen humor y alerta cuando te levantas significa que tus hábitos de sueño son beneficiosos. Si no es así, deberías replantearte tu rutina, por el bien de tu salud física y tu equilibrio emocional.

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